La villa de las nevadas de ensueño

Lintao Zhang (Getty Images)

LOS SERES HUMANOS amamos la nieve. Nos vuelven locos los paisajes nevados. Especialmente cuando somos pequeños. Cuando hace mucho frío, los niños sueñan con que su ciudad, su pueblo o su aldea amanezcan cubiertos de un manto blanco. Por eso, todos los menores se merecerían despertar un día en la Villa de la Nieve, este pueblo situado en China que se ha convertido en una atracción para miles de turistas por sus permanentes y copiosas nevadas. Aquí la temporada dura al menos siete meses y entre noviembre y febrero las temperaturas oscilan entre los 15...

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LOS SERES HUMANOS amamos la nieve. Nos vuelven locos los paisajes nevados. Especialmente cuando somos pequeños. Cuando hace mucho frío, los niños sueñan con que su ciudad, su pueblo o su aldea amanezcan cubiertos de un manto blanco. Por eso, todos los menores se merecerían despertar un día en la Villa de la Nieve, este pueblo situado en China que se ha convertido en una atracción para miles de turistas por sus permanentes y copiosas nevadas. Aquí la temporada dura al menos siete meses y entre noviembre y febrero las temperaturas oscilan entre los 15 grados bajo cero y los 35 grados bajo cero. La capa de nieve llega a alcanzar dos metros de altura. Por la noche se encienden los farolillos chinos que le dan al sitio un ambiente mágico. La luz cálida hace que los tejados, colmados de nieve, parezcan aún más mullidos. Es una auténtica belleza, la Villa de la Nieve. Probablemente no se pose tan bien la nieve, no luzca tan linda y suave ni en los propios sueños infantiles. 

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