Un gol a los ayatolás

Atta Kenare (AFP)

EL 10 de octubre cayó otra barrera en la segregación de la mujer. El partido Irán-Camboya fue el primero en cuatro décadas en el que las aficionadas iraníes pudieron acceder libremente a un estadio, un mes después de que una chica se inmolara pensando que la encarcelarían por colarse. La apertura, tras presiones de la FIFA, ha sido estrecha. Se pusieron a la venta para mujeres 4.000 de las 78.000 entradas del recinto. Ellas ...

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EL 10 de octubre cayó otra barrera en la segregación de la mujer. El partido Irán-Camboya fue el primero en cuatro décadas en el que las aficionadas iraníes pudieron acceder libremente a un estadio, un mes después de que una chica se inmolara pensando que la encarcelarían por colarse. La apertura, tras presiones de la FIFA, ha sido estrecha. Se pusieron a la venta para mujeres 4.000 de las 78.000 entradas del recinto. Ellas estaban separadas de los hombres y vigiladas por mujeres policía. La nueva política se aplicará en partidos internacionales pero no locales, donde la moral de los ayatolás seguirá excluyendo a la mujer del estadio.

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