Carrera de camellos robotizados

Karim Sahib (AFP)

ESTAMOS EN EL desierto de Liwa, dos centenares de kilómetros al suroeste de Abu Dabi. Aquí se celebra el Festival de la Duna de Moreeb, un evento que aglutina a principios de año carreras de coches, bicicletas, halcones, caballos y camellos que promueven el folclore local de este rincón del golfo Pérsico. Lo que no esperábamos es encontrar a estos contendientes dirigidos por unos yoqueis robotizados que se controlan a una prudencial distancia de la pista del hipódromo. Tan exótico como carente de encanto y riesgo humano, el acontecimiento nos pone sobre aviso. Lo próximo será sin duda la carre...

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ESTAMOS EN EL desierto de Liwa, dos centenares de kilómetros al suroeste de Abu Dabi. Aquí se celebra el Festival de la Duna de Moreeb, un evento que aglutina a principios de año carreras de coches, bicicletas, halcones, caballos y camellos que promueven el folclore local de este rincón del golfo Pérsico. Lo que no esperábamos es encontrar a estos contendientes dirigidos por unos yoqueis robotizados que se controlan a una prudencial distancia de la pista del hipódromo. Tan exótico como carente de encanto y riesgo humano, el acontecimiento nos pone sobre aviso. Lo próximo será sin duda la carrera de camellos sin camellos. Y llegado el caso, sin arena ni nadie que los mire.

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