Opinión

Cómo atender a una madre de 14 años

Las poblaciones más vulnerables de la región de Mesoamérica mejoran su acceso a la salud gracias a iniciativas que desplazan a equipos médicos a sus municipios y fortalecen la atención primaria

Una madre con su hijo en Chiapas (México), donde son atendidos gracias al programa Salud Mesoamérica.PABLO LINDE
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Que una niña se quede embarazada a los 14 años es un trago amargo, aunque viva en una localidad llamada Dulce nombre de Culmí. Es la edad que tenía Suyapa cuando dio a luz a su primer hijo en este municipio del sudeste de Honduras. Es uno los más pobres del país centroamericano y sus tasas de desnutrición y mortalidad materno-infantil son de las más altas del país. El centro de salud más cercano está a unas tres horas de distancia a pie, lo que hace que ni Suyapa ni sus hijos tengan un control médico regular, ni siquiera durante los periodos de embarazo.

Por ello, es una de las zonas de atención prioritaria de la Iniciativa Salud Mesoamérica, un proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destinado a eliminar las brechas de acceso a la salud de las mujeres y niños más vulnerables de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y el Estado de Chiapas, en México. Desde su comienzo, hace cinco años, ha prestado atención a más de 67.000 mujeres en edad fértil y a más de 33.000 niños menores de cinco años. En Honduras, la aplicación de este programa se ha traducido en un mejor acceso a la salud del 20% más pobre de la población, un aumento del parto institucional que ha pasado del 68% en 2013 al 85% en 2017 y un incremento de la atención posparto en los primeros días, que ha pasado del 47 al 60% entre esas mismas fechas.

Suyapa, con 18 años y sin saber apenas leer y escribir, estaba embarazada de su tercer hijo cuando abrió la puerta de su casa a los Equipos de Salud Familiar (Esfam). Estas visitas forman parte del plan impulsado por la Secretaría de Salud del Gobierno de Honduras con el apoyo de la iniciativa del BID para fortalecer la atención primaria en salud a niños y mujeres como ella. Pronto quedaron manifiestas las carencias sanitarias en las que viven las familias vulnerables de Honduras. Suyapa estaba en la décima semana de gestación y su embarazo no estaba registrado ni controlado. Sus dos hijos anteriores sufrían desnutrición, anemia, parásitos intestinales y una vacunación incompleta. Uno de ellos padecía deshidratación por una diarrea mal tratada y el otro una neumonía leve.

El equipo de salud de la entidad colaboradora Predisan actuó de inmediato. En primer lugar, registró la situación social y económica de la familia y la incluyó en un plan prioritario para dar respuesta a sus necesidades básicas de salud. Una primera sesión con consejos de cuidado personal, nutrición e higiene fue seguida de la elaboración de un calendario de cinco controles prenatales que dieran seguimiento a su embarazo y a asegurar un parto atendido en un centro de salud, así como un posparto adecuado en la clínica materno-infantil.

El programa Salud Mesoamérica ha prestado atención a más de 67.000 mujeres en edad fértil y a más de 33.000 niños menores de cinco años

Toda la familia pasó a ser incluida en un programa de transferencias condicionadas por el que Suyapa recibe un apoyo económico a cambio de asegurar la asistencia a la escuela de sus hijos y el cumplimiento de los controles de salud. Los hijos fueron inscritos en otro programa de atención integral a la niñez (AINC) que les proporciona tratamientos desparasitantes, sales de cinc y de rehidratación oral para la diarrea, antibióticos para tratar la neumonía y micronutrientes en polvo para reducir la anemia. Finalmente, el equipo médico le entregó un carné verde que garantiza que cada vez que acuda al ambulatorio para vigilar su salud y la de sus hijos tendrá una visita preferente con el médico sin aguardar de listas de espera.

Meses después, esta joven hondureña dio a luz a su tercer hijo en el centro de salud correspondiente tras haber realizado los controles médicos preventivos. Recibió ayuda económica para pagar el viaje de ida y vuelta desde su aldea hasta el hospital y, antes de regresar a su casa, se le hizo entrega de un acopio de pañales y artículos para el cuidado del bebé y de un diploma que la certifica como madre estrella, una iniciativa que premia a las que asisten a sus cinco citas de atención prenatal y que deciden que sus partos y postpartos sean atendidos por personal cualificado.

El modelo de desarrollo de la Iniciativa Salud Mesoamérica se apoya en la fórmula de financiamiento basado en resultados. Cuenta con la participación de la Fundación Carlos Slim, la Fundación Bill y Melinda Gates y los gobiernos de España y Canadá. Los donantes y el BID aportan el 50% del capital necesario para sus proyectos y el otro 50% es costeado por el país beneficiado que, si cumple con las metas negociadas, recibe una donación equivalente a la mitad de su contribución original, cantidad que puede invertir libremente en su sector de salud.

Esta forma de invertir en desarrollo combina oferta y demanda, incentivos a nivel nacional, protagonismo de los gobiernos, seguridad de recursos financieros, mediciones externas y asesoría técnica en todos los niveles, lo que permite garantizar un mejor funcionamiento de los sistemas públicos de salud de estos estados. Y los resultados benefician a niños y mujeres como Suyapa y sus hijos que, sin saberlo, abrieron la puerta de su casa a una atención en salud que merecían pero a la que no habían tenido acceso.

Hugo Godoy es especialista líder en protección social y salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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