Vacaciones en Corea del Norte

En un restaurante de Pyongyang, una televisión exhibe los logros militares del régimen norcoreano.

Entre el verano de 2015 y la primavera de 2017, el fotógrafo belga Carl De Keyzer viajó cuatro veces a la República Popular Democrática de Corea. El reportero de la agencia Magnum pasó 60 días en este reducto del comunismo puro, duro y sin aparente fecha de caducidad. De Keyzer tuvo acceso privilegiado a los lugares y a las gentes del reino de Kim Jong-un: un país de otra era en el siglo XXI.

LEJOS DE limitarse, como otros reporteros, a captar en la capital Pyongyang las 10 o 12 imágenes controladas por los comisarios del régimen norcoreano, Carl De Keyzer recorrió los poco más de 200 lugares que un extranjero puede visitar en el país más cerrado del mundo. Lo hizo con Koryo, una agencia británica de viajes “a destinos inusuales” y, por supuesto, escoltado por guías oficiales. “No podía dar un paso por mi cuenta, ni salir del hotel”, dice. El objetivo del fotógrafo de la agencia Magnum no era establecer juicios políticos, s...

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LEJOS DE limitarse, como otros reporteros, a captar en la capital Pyongyang las 10 o 12 imágenes controladas por los comisarios del régimen norcoreano, Carl De Keyzer recorrió los poco más de 200 lugares que un extranjero puede visitar en el país más cerrado del mundo. Lo hizo con Koryo, una agencia británica de viajes “a destinos inusuales” y, por supuesto, escoltado por guías oficiales. “No podía dar un paso por mi cuenta, ni salir del hotel”, dice. El objetivo del fotógrafo de la agencia Magnum no era establecer juicios políticos, sino coreografiar la psicología de rostros y cuerpos de los súbditos de Kim ­Jong-un. El resultado: DPR Korea Grand Tour, un libro y una exposición que, tras pasar por el Museo de la American University de Washington, se expone hasta el 19 de mayo en la Roberto Polo Gallery de Bruselas. 

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