La historia de ‘Beto’, el mono que no se aparta de su madre, la perra ‘Luna’

La policía ha intentado separar a los animales porque el mico se pone violento cuando la gente se acerca al can

La historia del mono 'Beto' que no se aparta de su madre, la perra 'Luna'.

El mono Beto se agarra con fuerza al lomo de su madre y no duda en usar sus dientes cuando, una y otra vez, los agentes intentan separarlo de Luna, una perra que lo adoptó cuando tan solo era una cría. En consecuencia, algunos vecinos del barrio Olaya Herrera de Cartagena de Indias (Colombia) han pedido a la policía que los separe porque el capuchino se pone agresivo cuando la gente se acerca a la perra, de la que nunca se separa. Sin embargo, las autoridades ambientales han decidido trasl...

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El mono Beto se agarra con fuerza al lomo de su madre y no duda en usar sus dientes cuando, una y otra vez, los agentes intentan separarlo de Luna, una perra que lo adoptó cuando tan solo era una cría. En consecuencia, algunos vecinos del barrio Olaya Herrera de Cartagena de Indias (Colombia) han pedido a la policía que los separe porque el capuchino se pone agresivo cuando la gente se acerca a la perra, de la que nunca se separa. Sin embargo, las autoridades ambientales han decidido trasladarlos juntos a una reserva de la región de Cartagena porque el primate no sobreviviría sin Luna.

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“Este mono no se baja de la perra, se pasa todo el día montado. Hemos intentamos bajarlo. Cuando lo conseguimos, corre y se monta al lomo de la canina”, ha relatado el agente de la Policía Ambiental y Ecológica Anderson Blanquiceth. La historia paternofilial de Beto y Luna comenzó hace 18 meses, cuando el mico era pequeño y fue sacado de su hábitat, un bosque al norte del país, y cuando Luna perdió una camada de cachorros. En ese momento, la perra decidió alimentarlo como si fuese su propio hijo. 

Los expertos han señalado que separar a Beto y Luna puede ser perjudicial para ambos, sobre todo para el mico. “Forman en su cerebro el reconocimiento de quién es su mamá. Es un mecanismo de aprendizaje regulado genéticamente que no se puede revertir una vez que se ha creado”, ha afirmado en radio Caracol el etólogo Enrique Zerda, profesor de la Universidad Nacional de Colombia.

“Este tipo de problemas son similares a los que ocurren en los seres humanos, al fin y al cabo los primates y los humanos tenemos el mismo mecanismo cerebral. Pasaría exactamente igual que cuando un niño humano es separado y aislado de su mamá. El animal no sobreviviría”, ha comentado Zerda. Además, Beto, al no haber crecido en la selva no podría defenderse y es posible que sea rechazado por los de su especie, ha asegurado el experto.

Ante la posibilidad de separar a madre e hijo, las autoridades ambientales han decidido trasladarlos a una reserva de la Corporación Autónoma Regional del Canal Del Dique (CARDIQUE), en la zona natural de la región de Cartagena, para que continúen viviendo juntos. "No van a ser separados. Están en unas excelentes condiciones de vida", ha explicado el teniente Camilo Sánchez en Radio Caracol.  

El mono capuchino (Cebus capuchinus) forma parte del género Cebidae de los primates de América Central. Su nombre se debe a la similitud del pelaje que rodea su cabeza con la capucha del típico traje de los monjes capuchinos. Su tamaño ronda los 100 centímetros de largo, con una cola prensil que utilizan para enrollarse alrededor de las ramas para trepar. Normalmente, viven en camada, por lo que cuando se liberan de su estado de cautividad se hace en grupo. Esta especie de primates es víctima del comercio ilegal de fauna silvestre.

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