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Ellas dan el toque

Las mujeres empiezan a consolidarse en el toque jondo cada vez con más fuerza. Españolas y extranjeras, derrumban clichés y empiezan a inspirar a nuevas generaciones

(Cádiz, 1972) De niña, Jiménez (doble página anterior, a la izquierda) pasó por debajo de una guitarra de juguete que colgaba de una tómbola. Iba sobre los hombros de su madre y se aferró al instrumento con tanta fuerza que se lo tuvieron que comprar. Con 14 años se ganó sus primeras 500 pesetas acompañando al baile, y con 27, después de luchar mucho sin conseguir nada, pensó en abandonar. “Era demasiado duro. No confiaban en mí, no me dejaban tocar. Sentía que ocupaba un sitio que no me pertenecía”. Pero la ficharon para una gira de un año en Japón y al volver a España empezó a tocar para grandes figuras como Carmen Linares, Olga Pericet o Rocío Molina. Jiménez prepara ahora su primer disco, en el que incorpora composiciones propias.

 

La tocaora lleva jersey de Uniqlo, vaqueros de Levi’s Altered 511, reloj Bvlgari Diagono Magnesium y zapatos de Hogan.

Fotografía de Papo Waisman / Estilismo de Josie

(Roma, 1986) De padre sueco y madre italiana, la primera vez que Afra Rubino (doble página anterior, a la derecha) vio tocar flamenco fue a dos mujeres. “No me imaginaba lo que había detrás, que me iba a resultar más difícil por ser chica”. Eso lo descubrió después, cuando quiso mejorar su técnica en Andalucía y se topó con el machismo imperante. En 2007 ingresó como alumna en la Fundación Cristina Heeren, en Sevilla. A los pocos años acabó de profesora en el mismo centro. “En mi primera clase, en 2009, apenas tenía alumnas, eran todo chicos”. Rubino regresó en 2013 en Suecia, donde imparte talleres y da conciertos. En 2016 lanzó su primer sencillo, The Double Bass Project, y para 2018 prepara un disco fusión de flamenco y ritmos latinoamericanos.  

 

Rubino luce camisa y pantalones de Chacok.

Fotografía de Papo Waisman / Estilismo de Josie

(Normandía) Francesa de padre español, San Román se inició en el instrumento de adulta. Empezó a dar clases de guitarra clásica en un conservatorio de Normandía. “Fue para mí un descubrimiento importantísimo. Me oxigenó”. Pero su maestro, Arnaud Dumond, vio en ella aptitudes para tocar flamenco y la fue llevando a ese terreno de la mano de los grandes. La francesa se interesó por la música de Paco de Lucía y Camarón. Al poco tiempo viajó a Sevilla e ingresó con una beca en la Fundación Cristina Heeren. Afra Rubino fue su profesora. En 2013 volvió a Francia, donde siguió vinculada al flamenco y forma parte del grupo Las Chicas de Ripa, compuesto además por cante y percusión. Con ellas acaba de terminar una gira en Francia y tienen proyectos para tocar a Canadá.  

 

La guitarrista francesa viste camisa de Mirto, camiseta de ZD, pantalón de Uniqlo y botas de Tod’s.

Fotografía de Papo Waisman / Estilismo de Josie

(Chicago, 1986) De haber sido por ella, habría tocado el arpa. Pero los ahorros de sus padres no daban para tanto. Le compraron una guitarra y con nueve años empezó a rasguear piezas clásicas. Hasta que se colaron en sus oídos los Gipsy Kings y descubrió que lo suyo era el flamenco. “Para mí no era suficiente la guitarra clásica. El flamenco es más visceral, más de improvisar, y para eso la clásica no te prepara nada”. Un alumno de Enrique Vargas le puso en contacto con el profesor y empezó a recibir sus clases vía Skype. Se acabó mudando a Madrid en 2015. “Me salen conciertos, pero no me da para vivir”, dice con un deje andaluz en su acento. No le importa porque es epidemióloga y trabaja a distancia. Elabora informes sobre infecciones y en sus ratos libres toca. “Quiero llegar a la gente. La comida puede venir de otros ingresos”. Su maestro dice de ella que es una fiera, muy disciplinada, y que su nombre dará que hablar en un futuro.

 

  Golenko lleva un vestido de Juan Vidal. Los pendientes son de la tocaora.

Fotografía de Papo Waisman / Estilismo de Josie

(Córdoba. 1980) Con 10 años, Laura González iba a clases de guitarra y baile flamenco. “Cada vez me iba llamando más tocar. Es un instrumento muy intimista y si tienes un carácter más reservado, como el mío, resulta muy dialogante”. González es profesora del Conservatorio Profesional de Música de Jaén y observa que cada vez hay más niñas que quieren aprender. De estudiante, sus referentes eran todos masculinos y en su clase del conservatorio, de 15 alumnos solo 3 eran chicas. “Yo no puedo decir que me haya encontrado rechazo, pero sí escasez de oportunidades. Si te contactan siempre es en el marco de una propuesta blanca: todo mujeres, para revindicar su papel en este arte. Pero solo en ese contexto. Yo no me he dedicado a acompañar no por ganas, sino porque esas puertas difícilmente se abren”.

 

  González viste blusa de Georges Rech. Los pantalones son de la guitarrista.

Fotografía de Papo Waisman / Estilismo de Josie. Asistente de estilismo: Diego Serna. Maquillaje y peluquería: Gino Mateus (N.Y.C Agency). Asistente digital e iluminación: Alberto Armendáriz