Comprueba adónde llevarían tus barreras éticas a la humanidad
Si has contestado 'no' la mayor parte de las preguntas de la encuesta, los trasplantes y las transfusiones no habrían salvado miles de vidas de personas en todo el mundo
En el año 1656, el célebre arquitecto inglés Christopher Wren, autor de la catedral de San Pablo en Londres, escribió una carta a un amigo: "El experimento más considerable q...
En el año 1656, el célebre arquitecto inglés Christopher Wren, autor de la catedral de San Pablo en Londres, escribió una carta a un amigo: "El experimento más considerable que he hecho últimamente es este: le he inyectado grandes cantidades de vino y cerveza en la sangre a un perro vivo a través de una vena, hasta que se emborrachó por completo [...]. Vomitó hasta morir". Hoy el experimento de Wren parece salvaje, pero de alguna manera fue un éxito. La intoxicación demostró que la primera inyección intravenosa había funcionado. A principios del siglo XX, la comunidad científica intenta lograr transfusiones de perro a perro, pese a que la sangre coagula y los experimentos fracasan. ¿Apoyarías esta línea de investigación?
Has interrumpido una línea de investigación que permitirá que hacia el año 2015 las transfusiones de sangre salven 80 vidas al día solo en España. Sin tus barreras éticas, se habrían alcanzado los 112 millones de unidades de sangre donadas cada año en el mundo.
En 1973, los genetistas estadounidenses Herbert Boyer yStanley Cohen desarrollaron un método para cortar un gen de un organismo y pegarlo en el genoma de otro. Lo hicieron en una bacteria. Un año más tarde, Rudolf Jaenisch y Beatrice Mintz emplearon un procedimiento similar para modificar el ADN de ratones. En 1992, EE UU aprobó el primer cultivo modificado genéticamente para producción comercial: los tomates Flavr Savr, que tardaban más en madurar. Hoy, pese a la oposición de algunas ONG, en el mundo son habituales los cultivos de maíz, soja y algodón modificados para ser resistentes a herbicidas o tóxicos para determinados insectos que destruyen las cosechas. Hace un año, más de un centenar de premios Nobel firmaron una durísima carta abierta instando a la organización Greenpeace a “reconocer las conclusiones de las instituciones científicas competentes” y “abandonar su campaña contra los organismos modificados genéticamente en general”. La Academia Nacional de Ciencias de EE UU subrayó en 2016 que, tras décadas de uso, no se ha hallado“ninguna prueba”de que los alimentos modificados genéticamente tengan un impacto negativo en la salud. Algunos científicos, como el bioquímico español Luis Manuel Rubio, lideran ahora una revolución transgénica para luchar contra el hambreen el mundo.
Cinco años después del descubrimiento de CRISPR, la técnica está presente en miles de laboratorios de todo el mundo. Es 10 veces más barata y tres veces más rápida que las anteriores técnicas de edición genética. La comunidad científica está volcada en corregir genes defectuosos en enfermedades hereditarias humanas. Investigadores de China y EE UU ya han modificado glóbulos blancos con CRISPR para intentar aumentar la respuesta inmune de pacientes de cáncer. Sin embargo, muchos debates siguen en pie. ¿Es ético cambiar el genoma de un óvulo o de un espermatozoides para que una persona nazca libre de una enfermedad? ¿Permitirá la humanidad que se modifiquen en el laboratorio cualidades humanas como la inteligencia?