Políticas comerciales para la equidad de género

Las desigualdades estructurales en este ámbito figuran entre las barreras más importantes para el acceso de las mujeres a las oportunidades comerciales

Teresa del Carmen en su tienda en Buga (Colombia).Charlotte Kesl / World Bank
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Las políticas públicas tienen un papel esencial que desempeñar para avanzar en la erradicación de las desigualdades en el acceso a las oportunidades y a los beneficios del crecimiento económico y del comercio. Desigualdades que no desaparecerán por sí solas ni como resultado de las fuerzas del mercado, y que, por tanto, exigen la elaboración de políticas comerciales que hagan una diferencia.

Recientemente Canadá y Chile dieron a conocer la modernización de su Tratado de Libre Comercio (TLC) con la adición de un nuevo capítulo sobre comercio y género que da cuenta de la importancia de aplicar perspectivas de género a temas económicos y comerciales, comprometiendo a ambos países a crear un comité que supervisará la cooperación y compartirá experiencias en el diseño de programas que promuevan la participación de mujeres en las economías.

En Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, celebramos este avance pues reconocemos la necesidad de potenciar un crecimiento localizado, socialmente inclusivo, vinculado a mercados dinámicos con enfoque de género.

En el Informe Latinoamericano sobre Pobreza y Desigualdad –publicación que realizamos con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), Canadá y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)-, revisamos los cambios en el crecimiento económico y la inclusión social en 10 países de América Latina. En el documento hemos descrito ejemplos de inclusión social y de género en Chile, influenciados por los acuerdos comerciales, en territorios con fuertes transformaciones favorables a la autonomía y empoderamiento de económico de las mujeres, como son los casos de las provincias de Chiloé y Concepción.

Las políticas comerciales internacionales pueden ayudar a reducir la pobreza y la desigualdad de género al incorporar más a las mujeres en la fuerza de trabajo

Las desigualdades estructurales en materia de género figuran entre las barreras más importantes para el acceso de las mujeres a las oportunidades comerciales. Estas desigualdades afectan principalmente a las mujeres rurales y por lo tanto requieren políticas públicas específicas y diferenciadas para mejorar los activos económicos y también para abordar la redistribución de la atención y el trabajo doméstico.

Las políticas comerciales internacionales pueden ayudar a reducir la pobreza y la desigualdad de género al incorporar más a las mujeres en la fuerza de trabajo y mejorar la calidad de los mismos.

No tenemos dudas de que cuando los acuerdos se elaboran con énfasis en el enfoque de género son más efectivos. Y un conjunto sólido de evidencia lo respalda: desde Rimisp podemos decir que hay impactos positivos del comercio asociados al empoderamiento económico de las mujeres en Chile.

María Ignacia Fernández, directora ejecutiva de Rimisp–Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. Doctora en Sociología, Universidad de Barcelona. Máster en Ciencia Política, Universidad de Chile.

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