Migrados
Coordinado por Lola Hierro

30.000 razones para acoger

La campaña Hospitalidad.es recoge más de 30.000 firmas en España para exigir la acogida de refugiados

Muxotepolobat (Hospitalidad.es)
Más información
Refugiados: cinco razones para salir a la calle el 17J
España, pocas peticiones de asilo y muy pocos refugiados
Cientos de personas exigen en Valencia una acogida real a los refugiados
La solución sencilla

Una razón por cada firma de cada persona que ha decidido que sí, que quiere apoyar la acogida de personas solicitantes de asilo y refugio. Y lo han hecho a través de una de tantas campañas que ahora mismo sigue en marcha: la de Hospitalidad.es, organizada por el Servicio Jesuita Migrante, Entreculturas, Alboan y la Fundación San José y llamada Yo soy Tierra de Acogida. Bajo los lemas #YoSoyTierraDeAcogida y #YoTiendoPuentes, animan a la sociedad a mostrar que frente a la xenofobia de unos, hay muchos otros que exigen hospitalidad con las personas refugiadas y migrantes. En el último año han salido por las calles de muchas ciudades españolas y han reunido 30.131 firmas que han sido presentadas en la Secretaría General de Inmigración y Emigración.

Estamos inmersos en la llamada "crisis de refugiados", que no es tal, no es una crisis en realidad, porque movimientos migratorios ha habido siempre. Bien es cierto que el número de quienes están en tránsito es el mayor desde la Segunda Guerra Mundial: 65,3 millones en todo el mundo han dejado involuntariamente su hogar y, de ellos, 20 millones han cruzado las fronteras de su país de origen. Ellos y ellas se marchan porque necesitan escapar de situaciones de violencia, de guerras, de persecución por razón de etnia o religión o inclinación sexual, o de los efectos del cambio climático, entre otras razones.La mayoría de ellos se han quedado en Estados vecinos, que a veces son más pobres, menos desarrollados, y no pueden cubrir las necesidades básicas de los recién llegados.

La situación se ha vuelto tan delicada en países como Siria, Irak, Somalia o Afganistán que en 2015 más de un millón de personas llegó a Europa. En 2016, la UE endureció los requisitos para acceder su territorio y así bajaron la cifra a 400.000 porque muchos han sido devueltos a Turquía, un país de tránsito para miles de personas en su periplo en busca de un lugar más seguro en el que vivir.

Aunque las cifras de llegada a Europa son bajas si las comparamos como otros continentes como África, y si tenemos en cuenta que los países de la UE son prósperos y tienen más recursos para proporcionar ayuda, la respuesta de este conglomerado de países no ha estado a la altura. En 2015, la UE acordó reubicar en dos años a 160.000 personas necesitadas de protección desde Grecia e Italia (a donde llegan cientos de miles de refugiados por otra vía muy peligrosa: el mar).. Es una cifra mínima si se tiene en cuenta ese millón que llegó en 2015 a suelo europeo y los 400.000 de 2016.

España, en concreto, asumió el cupo que le tocó en el reparto de refugiados: 17.337 refugiados: 15.888 que serían reubicados desde Grecia y 1.449 mediante el reasentamiento desde Turquía y Líbano como tarde en septiembre de 2017. Pero no ha ocurrido nada de esto. Cerramos 2016 habiendo admitido solo a un 5% de lo comprometido.

Frente a la inactividad de las instituciones choca el compromiso y la iniciativa de la sociedad civil. Han ofrecido viviendas, han recogido firmas y han salido a la calle porque tienen -tenemos- razones para ello. Por justicia y por derecho, ya que el derecho de asilo está recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención de Ginebra de 1951 y la Carta Europea de Derechos Humanos. así como en la Constitución. Porque debemos ser fieles a los valores que defiende la UE como la dignidad humana, la solidaridad, la democracia y el Estado de Derecho. En la práctica, se queda en palabrería. Por ser fieles a nuestra historia, ya que en el pasado los europeos también han sido refugiados y han recibido ayudas. Y porque necesitamos población porque cada vez tenemos menos niños, la población es más vieja y los refugiados y migrantes bien puede contribuir al crecimiento económico y al pago de pensiones. 

Tanto las firmas como las movilizaciones llevadas a cabo en todo el territorio nacional reclaman los siguientes puntos: 

  • Reforzar las operaciones de salvamento marítimo en España y en el Mediterráneo. Salvar vidas es prioritario. Cuanto más se cierran las fronteras, más peligrosas se hacen las rutas.
  • Impulsar vías de acceso legales y seguras como agilizar y flexibilizar la reunificación familiar, los visados humanitarios o abrir la posibilidad de solicitar asilo en Consulados españoles.
  • Acoger a las 16.033 personas que aún faltan por llegar a nuestro país por el compromiso adquirido de reasentamiento y reubicación y destinar los fondos suficientes para que esta acogida se haga en las condiciones necesarias conforme a sus necesidades y derechos.
  • Conceder asilo mediante procedimientos individualizados, rápidos, justos, y eficientes, sea cual sea el país de origen o de llegada. Recibir a las personas que llegan con dignidad y respeto a sus derechos, independientemente de su estatus migratorio.
  • Anular el acuerdo de la Unión Europea con Turquía y defender ante la UE políticas migratorias justas en virtud de las cuales la dignidad y los derechos humanos estén en el centro.
  • Poner fin inmediatamente a las devoluciones automáticas en las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta.
  • Desarrollar una política de Cooperación Internacional para el Desarrollo dignamente dotada de recursos presupuestarios, no supeditada al control de fronteras. Reforzar la ayuda humanitaria destinando el 0,4% de la Renta Nacional Bruta a Ayuda Oficial al Desarrollo en esta legislatura y el 10% de la AOD a Ayuda Humanitaria.
  • Abordar las causas estructurales y globales del creciente éxodo de hombres, mujeres, niños y niñas que abandonan involuntariamente sus hogares por la violencia, la guerra, la pobreza, la desigualdad o el cambio climático.
  • Posibilitar la integración: Brindar soluciones duraderas y adecuadas para la acogida e integración de las personas migrantes y refugiadas en nuestro país.
  • Fomentar una cultura de la hospitalidad desde las distintas políticas públicas implicadas, incluyendo la Educación para la Ciudadanía Global como estrategia para formar personas comprometidas, prevenir extremismos y fomentar sociedades de acogida cohesionadas y pacíficas.

Puedes informarte mejor sobre la campaña Yo soy Tierra de Acogida desde este enlace.

Archivado En