Faraones sin arañas

No se conocen representaciones de esos animales en el Antiguo Egipto, lo que resulta intrigante

La diosa egipcia Selket, vinculada al escorpión.

Como aún no he visto la momia de Tom Cruise no les puedo hablar de ella, pero sí puedo explicarles que parece que a los antiguos egipcios no les gustaban las arañas. Espero que les compense.

Los estudiosos de la civilización faraónica —y nosotros con ellos— se sorprenden de que no haya ninguna representación de arañas en la producción artística de los egipcios de la antigüedad. Y mira que pintaron y esculpieron animales, los tíos. Incluidos un montón de invertebrados, entre ellos...

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Como aún no he visto la momia de Tom Cruise no les puedo hablar de ella, pero sí puedo explicarles que parece que a los antiguos egipcios no les gustaban las arañas. Espero que les compense.

Los estudiosos de la civilización faraónica —y nosotros con ellos— se sorprenden de que no haya ninguna representación de arañas en la producción artística de los egipcios de la antigüedad. Y mira que pintaron y esculpieron animales, los tíos. Incluidos un montón de invertebrados, entre ellos mariposas, abejas, saltamontes y, claro, escarabajos. Se conoce hasta la representación de tres garrapatas, instaladas en la oreja de la pintura de una hiena en la tumba de Intef (TT 155).

Manifestaron desde época predinástica los egipcios una notable predisposición hacia los escorpiones, que resulta que también son arácnidos, relacionándolos a menudo con el poder real, por su carácter agresivo y vinculándolos iconográficamente a la diosa Selket, que aparece como mujer con un bicho de esos en la cabeza. Pero araña, araña, ni una (si exceptuamos un discutido amuleto de esteatita que parece ser de origen minoico y una pintura rupestre en Kharga).

La egiptóloga Linda Evans, que ha estudiado el asunto, se manifiesta estupefacta (véase su texto Invertebrates in Ancient Egyptian Art). Dado que en Egipto andan bien surtidos de arañas, incluidas la tarántula, la viuda negra y la violinista (como la hallada recientemente en un piso en Vallecas, donde se creee que estaba de paso), parece que los antiguos egipcios no las representaron porque no les dio la gana. “La respuesta más simple es que no les parecerían interesantes”, concluye Evans con un erudito encogimiento de hombros. Es raro.

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