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Una economía solidaria en medio de la guerra

Los indígenas nasa de Colombia están desarrollando proyectos sostenibles pese al abandono estatal y años de conflicto

Desde los años setenta, los indígenas nasa empezaron a organizarse políticamente en el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y comenzaron a recuperar sus tierras ancestrales, ocupadas por terratenientes criollos. En la imagen, sede del CRIC en el resguardo de San Francisco, municipio de Toribío.María Rado
La Constitución colombiana de 1991 reconoció por primera vez el carácter multiétnico del país y concedió ciertos poderes autonómicos a los cabildos indígenas. Estos comenzaron a gestionar sus propios sistemas educativos, sanitarios y económicos, basados en su cosmovisión, y mantuvieron su legislación propia, el fuero indígena.María Rado
La autoridad estatal sigue presente a través de las alcaldías, aunque los indígenas también han logrado dirigirlas a través de su propio partido político. En la imagen, un grupo de personas sentadas frente a la alcaldía de Toribío.María Rado
Desde 2001, la Guardia Indígena realiza labores policiales dentro de los resguardos, armados tan sólo con una 'chonta' y apoyándose en toda la comunidad para oponerse a los diferentes actores armados activos en la zona.María Rado
La 'chonta' es el bastón de mando que porta la Guardia Indígena y las autoridades del Cabildo. Debe pasar un ritual de armonización por parte de los mayores espirituales antes de ser entregado a su portador. El verde y el rojo representan los colores CRIC.María Rado
Los indígenas nasa gestionan sus comunidades de manera asamblearia y las directrices de la política económica apoyada por el Cabildo se deciden en grandes reuniones. En la imagen, asamblea indígena en la vereda de Paletón, resguardo de Jambaló.María Rado
Las empresas alimentarias de los nasa se basan en el respeto al territorio y la producción de alimentos autóctonos para lograr una autonomía alimentaria. La piscifactoría de truchas de Loma Gorda es gestionada de forma comunitaria por ocho familias locales.Pablo Rodero
A través de su sistema educativo propio, los indígenas nasa están tratando de recuperar su idioma, el nasa yuwe, sus costumbres y folklore, perdidos parcialmente tras siglos de colonización occidental. En la imagen, un grupo de niños vestidos con el traje tradicional en un acto por la paz en Toribío.María Rado
Tras años de guerra, muchos edificios de Toribío quedaron dañados o destruidos. A través de los murales que representan elementos de la cosmovisión indígena, el pueblo quiere borrar la imagen del conflicto de sus murosMaría Rado
Las creencias ancestrales, como los espíritus de los mayores, se combinan entre los nasa con el culto cristiano traído por los españoles en una suerte de sincretismo religioso. En la imagen, representación de la deidad inca Pacha Mama en el polideportivo de Toribío.María Rado
En la vereda de Paletón, resguardo de Jambaló, un avión del ejército fue derribado por la guerrilla en 2009 y la torre de comunicación fue destruida dejando al pueblo cuatro años sin cobertura telefónica. Ahora la población estudia incorporarse a los nuevos proyectos de cannabis medicinal que se están desarrollando en la zona.María Rado
A pesar de que el conflicto ha remitido y podría finalizar pronto los resguardos indígenas del norte del Cauca padecen una falta de infraestructuras y unos altos niveles de pobreza. En la imagen, una mujer indígena con su caballo en el camino sin asfaltar que une Toribío y Jambaló.María Rado
El 2 de octubre, los acuerdos de paz negociados entre el Gobierno y las FARC fueron sometidos a referéndum. Contra todo pronóstico, la población rechazó los acuerdos que suponían poner fin a una guerra de más de 50 años. En la imagen, una mujer indígena frente a las listas de votación el día del plebiscito en Jambaló.María Rado
Tras la victoria del “No” en el plebiscitio la incertidumbre sobre el futuro del conflicto se ha extendido por Colombia. En Toribío y Jambaló, donde el “Sí” se impuso ampliamente, los nasa sueñan con un futuro libre de guerra para su hijos tras cinco décadas de conflicto en la zona. En la imagen, una niña indígena en un acto por la paz en Toribío.María Rado