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Ambina, la pesca artesanal de los Kichwa

La celebración de la pesca artesanal en las comunidades de la Amazonia sur ecuatoriana es un ejemplo de la fusión entre saberes ancestrales y conservación del medio ambiente

Abigail y varias familias de la comunidad arrastran por kilómetros una canoa que servirá para realizar la pesca. Esta práctica se lleva a cabo mediante una minga colectiva, que es un trabajo comunitario en el que participan todos los integrantes de varias familias. En un ejercicio de unidad y diversión, se traslada la canoa de la tierra hasta el agua un día antes de la pesca. Esteffany Bravo S.
Las canoas que son trasladadas al río han sido talladas y construidas por la gente de la comunidad. La realización de la canoa toma de uno a dos meses de trabajo. Este vehículo fluvial proviene de madera de árboles que se talla para dar su forma y utilidad tanto práctica como simbólica. Esteffany Bravo S.
Los hijos del río de maíz es la auto denominación que tiene la gente del Pueblo de Sarayaku. En kichwa, Sarayaku significa río de maíz y de ahí proviene el vínculo que posee su población con los ríos. La minga de canoas, que se observa en la fotografía, termina en un ritual de conexión con el río. En la imagen se visualiza el río Bobonaza que atraviesa los límites de las comunidades que conforman el Pueblo de Sarayaku. En este ritual los niños, mujeres, hombres y ancianos se bañan en el río después del arduo trabajo de acarrear la canoa por todo el pueblo. Después de este baño comienzan los preparativos de la pesca que se realizará al día siguiente. Esteffany Bravo S.
Esteffany Bravo S.
Cuando va amaneciendo y llega la primera luz de la mañana, los jóvenes preparan y afilan sus machetes para remontar el río, soltar el barbasco y esperar a que haga efecto y puedan comenzar a pescar. Esteffany Bravo S.
Indi, al igual que muchos otros niños varones, junto a su padre y el resto de hombres de la comunidad remontan el río Rotuno para soltar el barbasco río arriba. En la celebración de la pesca se visualizan prácticas referentes a la masculinidad y feminidad ancestral que engloba la cosmovisión de este pueblo originario. En este caso son los hombres los que remontan el río y sueltan el veneno, mientras las mujeres esperan río abajo para comenzar con la fiesta de captura de peces. Río arriba los hombres realizan esta práctica. Ellos llenan sus canoas de agua y se montan en ellas a aplastar el veneno con los pies y sus manos para extraer de la planta la mayor cantidad de veneno para posteriormente soltarlo al caudal del río. Esteffany Bravo S.
Una vez que el barbasco ha sido aplastado en la canoa, los hombres lo vierten sobre el río Rotuno. El río se pinta de una sustancia de color lechoso que comienza a propagarse por todas sus aguas. A lo largo de las orillas del río Rotuno todos los hombres de la comunidad golpean continuamente el barbasco para exprimir todo el veneno posible. El veneno comienza a recorrer las aguas y se inicia la celebración. Esteffany Bravo S.
Después de haber golpeado el barbasco, Félix y sus compañeros lavan la planta dentro del agua para que siga corriendo el veneno y también para así aprovechar al máximo el barbasco.Esteffany Bravo S.
Mientras los hombres sueltan el barbasco al río, los niños y mujeres se preparan para empezar a pescar. Se siente una alegría e ilusión por la pesca del día. Esta celebración comunitaria supone una práctica de diversión donde los niños gozan y aprenden sobre su cultura y la forma de vida de sus ancestros. Asimismo, es una práctica colectiva que se realiza en tiempos de vacaciones, cuando las familias se mueven a su territorio de descanso llamado purina. Las familias pasan de dos a tres meses en las zonas de purina o zonas de vacaciones. Esta movilidad de los centros habitados a las zonas de purina constituye un elemento esencial en la identidad de este pueblo. La gente de Sarayaku necesita moverse a lo largo de su territorio debido al bagaje ancestral de ser un pueblo guerrero y cazador.Esteffany Bravo S.
La pesca artesanal permite el traspaso de saberes, conocimientos y prácticas ancestrales de generación en generación. La transmisión de saberes es la base de la lucha por la protección de la selva viva que sostiene el Pueblo originario de Sarayaku.Esteffany Bravo S.
Ena, junto a sus hijas Misha y Sasi, cuenta y limpia los peces a orillas del río Rotuno. Ena comenta que a través de las prácticas como la pesca ancestral ella puede enseñar a sus hijas e hijos a contar y a aprender los nombres de los peces en su idioma, el kichwa. Estas prácticas comunitarias aparte de ser una celebración son también laboratorios pedagógicos donde se conjuga la experiencia vivida por lo niños y el aprendizaje cultural.Esteffany Bravo S.
Después de limpiar los peces, Indira y su familia los ponen en sus chalos para llevarlos hasta su casa, cocinarlos y también ahumarlos. Cada familia pesca alrededor de cien o doscientos peces. Hay algunos casos de familias que con mucho ahínco llegan a pescar más de trescientos peces en un día. Esteffany Bravo S.
Daniel e Indi descaman sus peces con cucharas y los lavan a la orilla del río. Aprovechan el agua para también bañarse y lavar sus canoas. Esteffany Bravo S.
Una vez que la cama está hecha es necesario salar los pescados para poder ahumarlos al fuego. Edelina cubre todo el cuerpo de sus pescados con sal mientras la luz se comienza desvanecer. Esteffany Bravo S.
En cada casa de las familias que han participado en la pesca se puede ver una cama de madera que después será llenada de pescados. Al finalizar la tarde, mujeres y niñas se dedican a colocar en la cama los pescados que han sido salados. Es un espacio para compartir entre abuelas, madres e hijas. Esteffany Bravo S.
Ena cubre sus pescados con hojas gigantes que ha arrancado de árboles cercanos a su casa. Tapar los pescados permite que el fuego fluya y de esta manera ahúme condensando el sabor que se va a preservar en el pescado.Esteffany Bravo S.
Minutos antes de que oscurezca, Indira prepara el fuego para ahumar los pescados que toda su familia ha capturado. En cuclillas, alimenta el fuego para dejarlo hacer su trabajo y poder unirse a su familia para compartir la experiencia del día y finalmente descansar después de una larga jornada. El proceso de ahumar el pescado dura toda la noche. En la mañana, las familias comen este pescado como desayuno y lo llevan para consumirlo durante el viaje de retorno a sus casas. Esteffany Bravo S.