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Elliniko: de estadio Olímpico a campo de refugiados

Instalaciones abandonadas que fueron construidas para los Juegos Olímpicos en 2004, alojan hoy a unos 3.000 migrantes procedentes de Afganistán y Siria

Médicos del Mundo ha estado trabajando en este estadio durante el último año. Nuestro equipo lo componen un médico, una pediatra, dos psicólogos y cinco intérpretes, que proporcionan atención médica básica, apoyo psicológico y cuidados pediátricos. La clínica está ubicada en una estrecha franja de terreno que funcionaba como aparcamiento, justo en medio de dos campos de deporte. Muchas personan pasas sus días vagando alrededor de los campos de hockey y béisbol para encontrar un espacio tranquilo donde sople algo de brisa del cercano mar Egeo, lo que siempre es un respiro entre las calurosas y atestadas tiendas de campaña. En la imagen, un niño con sus padres en el campo de hockey.Tess Vonck (Médicos del Mundo)
La pediatra Nikolitsa Koutrumaki toma la temperatura y mide los niveles de oxígeno en sangre a una paciente. Muchos de los niños y niñas del campo sufren problemas respiratorios. Las autoridades planean cerrar Elliniko este mismo mes, pero parece que la decisión no es todavía firme, o al menos no ha sido comunicada públicamente. Mientras tanto, Médicos del Mundo seguirá trabajando para asegurar que las personas con problemas de salud que habitan el campo sigan recibiendo el apoyo que necesitan.Tess Vonck (Médicos del Mundo)
Acabamos de añadir a nuestros servicios en el estadio una unidad dental móvil. Desde hace apenas un mes, la dentista Sofia Kouva y su ayudante, Ippolyti Karvouni, ofrecen atención bucodental gratuita a quienes viven en el campo. Sofía puede llegar a atender a unos 15 pacientes diarios. A partir de septiembre, el 'medibus' odontológico comenzará un recorrido por varios campos de personas refugiadas en el norte y centro de Grecia.Tess Vonck (Médicos del Mundo)
Antes de comenzar a trabajar en Elliniko, Martha prestaba atención psicosocial como voluntaria de Médicos del Mundo a bordo del ferry en el que viajaban los refugiados desde las islas griegas a la península. Ahora presta esa misma atención en la clínica del campo, en sesiones individuales. También dirige las sesiones grupales que comenzaron hace unas semanas en una tienda más confortable y con más privacidad, donde la gente puede encontrarse y compartir sus preocupaciones. Martha dice: “Nuestro objetivo es ayudar a normalizar los sentimientos de ansiedad, tristeza y frustración para ayudar a las personas a encontrar una manera de sobrellevar la vida diaria en la comunidad”.Tess Vonck (Médicos del Mundo)
Un hombre afgano durante el rezo de la tarde, en medio de lo que fue el campo de hockey. Aunque existen recintos provisionales donde se puede orar cinco veces al día -según la tradición del Islam- muchos prefieren hacerlo en su propia tienda. Tess Vonck (Médicos del Mundo)
Yalda siempre había soñado en licenciarse en literatura inglesa y ser profesora, algo casi imposible en Afganistán. Desde que su hermano empezó a trabajar con el ejército estadounidense en Pakistán, la familia –de cuatro miembros– recibía amenazas de muerte de los talibanes, por lo que decidieron dirigirse a Europa. “Cuando llegamos hace seis meses, monté una escuela con otros compañeros y compañeras voluntarios. Dejo a mi familia sola durante todo el día para dar clases y apoyar a otras personas refugiadas y a organizaciones que trabajan en el campo. Las mujeres confían en mí y acuden a buscarme cuando tienen una queja que plantear o quieren hablar de asuntos privados, así que se puede decir que soy una líder no oficial de las mujeres en el campo de hockey”.Tess Vonck (Médicos del Mundo)
Azimi, el artista que vino de Herat (Afganistán). La primera vez que plantó su estudio de pintura en la entrada del estadio de hockey, la dirección del campo de Elliniko se mostró remisa a permitírselo. “Ahora me facilitan pintura y otros materiales para el taller que organizo semanalmente para 50 estudiantes”. A principios de agosto, Azimi organizó la primera exposición de esta escuela provisional en el estadio de hockey. En estrecha colaboración con un centro educativo liderado por personas refugiadas y voluntarias y con la gestión del campo, consiguió mostrar tanto su propio trabajo como los dibujos y trabajos de artesanía elaborados por sus estudiantes.Tess Vonck (Médicos del Mundo)
Alireza (11 años) llegó a Elliniko hace cinco años y medio con su familia. Perdió de vista a su buen amigo y primo mayor Mohammez Reza, de 15 años, durante el largo viaje de Irán a Grecia. Un traficante les consiguió un bote hinchable en Çesme (Turquía), pero Mohammed desapareció en un momento de caos. Alireza acaba de encontrarlo sano y salvo viviendo con una familia de acogida en Alemania y su tía ha solicitado ya la reunificación familiar, pero todavía no sabe si volverá a ver a su amigo de nuevo.Tess Vonck (Médicos del Mundo)