El verdadero espíritu de una tasa sobre la soda

Filadelfia se decide a gravar los refrescos para financiar el servicio de guardería universal

El alcalde de Filadelfia rescata un gravamen sobre lo refrescos que él mismo rechazó para cumplir con sus promesas electorales. La de gravar los refrescos en nombre de la salud de los ciudadanos es una vieja idea que hace mucho ruido, pero acaba teniendo una repercusión real muy relativa. Eso, al menos, es lo que se ha visto en Estados Unidos, un país amante de la soda, en el que el debate se ha abierto en múltiples ocasiones, pero en el que la tasa a este tipo de bebidas solo ha salido adelante en la ciudad californiana de Berkeley.

Ahora el alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, ha rescat...

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El alcalde de Filadelfia rescata un gravamen sobre lo refrescos que él mismo rechazó para cumplir con sus promesas electorales. La de gravar los refrescos en nombre de la salud de los ciudadanos es una vieja idea que hace mucho ruido, pero acaba teniendo una repercusión real muy relativa. Eso, al menos, es lo que se ha visto en Estados Unidos, un país amante de la soda, en el que el debate se ha abierto en múltiples ocasiones, pero en el que la tasa a este tipo de bebidas solo ha salido adelante en la ciudad californiana de Berkeley.

Ahora el alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, ha rescatado la idea para la ciudad, pero ha planteado la medida sin poner la salud como la primera de sus preocupaciones (en lo que se refiere a este impuesto), sino dejando claro y meridiano que su objetivo no es otro que hacer caja para ayudar a cumplir una de sus grandes promesas electorales, el servicio de guardería universal. En la presentación del presupuesto para 2017, habló también de una inversión adicional para el fondo de pensiones de 26 millones de dólares. Y propuso sufragarlo con una tasa de tres céntimos por onza en los refrescos.

“No tengo nada en contra de los grandes distribuidores, ni siquiera de los grandes fabricantes de soda, creo que son buena gente, pero discrepo de algo”, dijo el alcalde, y continuó: “El problema es que esta gran industria carga al ciudadano y a los pequeños negocios mucho más de lo que les cuesta producir y usan parte de esas ganancias en financiar los lobbies que vienen a decir que el impuesto costará empleos”.

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El gravamen, según los cálculos que ha defendido el alcalde ante la prensa, generará unos ingresos de 400 millones de dólares. Paradójicamente, el mismo Kenney se opuso hace unos años a otra tasa que el alcalde anterior de la ciudad, Michael Nutter, trató de impulsar sin éxito. El actual alcalde no ve contradicción en su postura: “Aquello no estaba bien porque no había ningún esfuerzo al que asociar ese dinero, ahora hay una serie de cosas que no podemos hacer de otro modo”.

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