5 fotos

Gervasio Troche: Dibujar lo invisible

El ilustrador argentino publica en España una recopilación de sus trabajos entre 2009 y 2012

Quino, Cachimba, Sempé, Liniers… son sus maestros. “Mirando sus dibujos aprendí mucho. Pero ellos, más que enseñarme, me estimularon”, cuenta. “Cuando descubrí a Sempe y a Saúl Steinberg sentí que esa era la forma en que yo podía contar mis propias historias, descubrí una forma de poder volcar mi imaginación. Cuando descubrí a Kioskerman me sentí totalmente hermanado. Vi que otro artista sentía de la misma forma. Sentí que el dibujo podía ser mi antena”.
No hay bocadillos en sus dibujos. No hay textos. Son invisibles, pero no mudos. “Pienso que mis dibujos tienen su propia voz”, explica. “No es una elección dibujar sin texto, es algo que sólo sucedió. El silencio es mi forma de hablar”.
“Nostalgia, amor, odio, miedo”, confiesa cuando le preguntan sobre los sentimientos que guían sus trabajos. Y noches, lunas, lluvias, paredes… son algunas de las constantes de sus obras. “Dibujo lluvia porque me gusta la lluvia. Es lluvia que veo fuera y que entra dentro de mí. Luego ya la llevo a la hoja de esa forma”, dice. “Soy sensible y todo pasa por ese filtro. Pero los sentimientos que expreso son los mismos que todos tenemos. El lector se identifica porque en esos sentimientos todos nos encontramos”.
“Soy un poco desprolijo, no tengo un horario”, razona sobre su proceso creativo. “Primero busco la idea. Puede ser mirando la hoja o caminando. Por momentos dibujo sin pensar hasta que aparece algo, otras veces camino mucho y vuelvo a casa con una idea. Pero muchas veces la idea no llega”, cuenta, sobre sus obras en blanco y negro. “Cuando tengo una idea la hago a lápiz y luego pasó a la acuarela negra. Trabajo con lápiz, goma, pincel fino y acuarela negra. Cuando el dibujo está terminado vuelvo al principio”.
“No soy mucho de mirar mis dibujos. Me gustan todos por igual y otras veces no me gusta ninguno”, confiesa. “El dibujo lo miro cuando lo termino pero enseguida tengo la necesidad de hacer otro. Me gusta estar en el proceso creativo. El dibujo terminado lo miro poco, me genera un vacío. Lo que más miro es el dibujo que no hice”.