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Los símbolos de Aitor Saraiba

El dibujante, escritor y ceramista vive rodeado de sus libros, discos, dibujos e imágenes que tienen un significado para él

Sobre la mesa de Saraiba sus dos últimos libros. A la derecha, el poemario Sin ti soy yo, envuelto y listo para envíar a Nacho Vegas, músico del que se confiesa “muy fan”. No solo escucha heavy. A la izquierda, Cuentos y ejercicios para niñas y niños inquietos, un libro dedicado “al Aitor” del pasado. En el de poemas, sin embargo, deja un mensaje para “el Aitor” del futuro: “Que no me llame nadie que estoy ocupado enamorándome”. También se puede observar uno de sus cuadernos, tiene decenas. Intenta escribir en estas libretas, los papeles se pierden. Explica que entender su obra cuando él no esté será muy fácil, todo está en su blocs: dibujos, poemas, pensamientos, ideas...Álvaro García
Este es el triángulo en el que cree Saraiba: “Hemos tenido que sustituir la ausencia de religión”. El arte, la poesía y la magia son su “Trinidad”. “Los artistas del siglo XXI estamos condenados a ser los nuevos magos. Ya ocurría en la centuria anterior, a los artistas se les permitieron licencias imposibles en otras épocas: que juegue, que investigue, que hagan cosas injustificadas...”Álvaro García
Una de las paredes del estudio de estudio de Saraiba es su declaración de principios. En el centro, una carta de tarot con la figura de la muerte. A pesar de que el terror a su propia muerte es un tema que le ha obsesionado desde muy niño; ahí, esa carta no tiene ese significado. La tiene por lo que representa en el tarot: cambio. Da mucha importancia a los símbolos, no le gusta que se usen sin pudor, que se banalicen: “En H&M puedes encontral mil sudaderas con cruces invertidas. Yo uso estos iconos con mucho cuidado”.Álvaro García
Laura Palmer y dos de sus símbolos característicos ocupan la parte central del mural que hay en su pared. La cabra, que siempre dibuja con muchos cuernos y ojos, representa sus miedos. Por otro lado, el adorable cervatillo con una cruz invertida en su frente es la representación del demonio. Los recortes en la pared están colocados estratégicamente. A la izquierda, lo positivo. Palabras como resistencia, equilibrio, poder, un mail del escritor Antonio Muñoz Molina, una foto de John Berger.... A la derecha palabras negativas: ego, pérdida de control, perversión, miedo, rencor...Álvaro García
Saraiba tiene esta foto junto con otra suya de cuando tenía unos siete años. Cuando trabaja las mira, el niño le recuerda lo que fue y lo que sigue siendo. Reconoce: “Demasiadas veces se comporta como un crío”. En la imagen aparece vestido de legionario, la profesión de su padre, eso le marcó. Pero más que su profesión le afectó su ausencia. Sus padres se separaron cuando él tenía nueve meses, se considera el típico hijo de divorciados de los ochenta. Todo esto lo plasmó en su novela gráfica, El hijo del legionario.Álvaro García
La madrastra de Blancanieves, en sus dos versiones: preguntándole al espejito y como anciana con la manzana. En cualquier caso “una mala de Disney”. A Saraiba le encantan los villanos, de pequeño eran los que más le interesaban de las películas. “Disney tiene esa sombra del mal en toda sus obras que me encanta”, explica.Álvaro García
Este es el material con el que está preparando su primera novela. Le da un poco de vértigo, son palabras mayores, pero tiene ganas y mucha gente que le anima. Se le achinan los ojos al sonreír mientras muestra uno de esos apoyos. Despega de la pared un mail impreso que recibió del escritor Antonio Muñoz Molina, en el que le decía “hazlo”.Álvaro García