14 fotos

Así se construye una letrina

Una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso a retretes. En Tanzania, la ong ONGAWA ha diseñado un catálogo para ayudar a artesanos y emprendedores a ofrecer opciones económicas y eficientes a sus comunidades

Una de cada tres personas en el mundo no dispone de un sanitario adecuado para hacer sus necesidades y una de cada siete las hace, directamente, al aire libre, según la ONU. En el distrito de Kongwa, (región de Dodoma, en Tanzania) donde viven unas 300.000 personas, la ong española Ongawa observó que solo el 22% de los hogares tenía acceso a una letrina con unas condiciones mínas para garantizar una higiene y salud adecuadas, por lo que se decidió poner en marcha el programa UMATA, en el que está trabajando esta organización para aumentar este porcentaje.

Una de las herramientas fue un catálogo diseñado con la financiación de la Universidad Politécnica de Madrid que sirviera para identificar, analizar, desarrollar y promocionar diversas opciones de saneamiento para los hogares que fueran sostenibles y económicamente asumibles.

Ongawa
El programa UMATA pretende abordar tres de las principales causas por las que no hay un saneamiento adecuado en un hogar: no hay sensibilización sobre el problema para la salud que supone la falta de higiene y saneamiento, no hay capacidad financiera para comprar esta tecnología y no hay una oferta en el mercado que provea a los interesados de una letrina en condiciones y asequible.

Otras organizaciones están implementando programas de sensibilización y promoción de higiene para explicar a las comunidades cómo pueden mejorar sus vidas en términos de salud, así como en la puesta en marcha de líneas de crédito para solucionar la segunda. Para solucionar el tercer problema, Ongawa y la Universidad Politécnica de Madrid diseñan este catálogo, entre junio y noviembre de 2014, adaptado a las condiciones naturales y culturales de la región de Dodoma.

Ongawa
Ongawa trabaja en el distrito de Kongwa con profesionales de la construcción y pequeños empresarios para darles opciones de letrinas baratas, sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y que ellos puedan ofrecerlas a las familias interesadas.

La clave no es solo que sepan hacerlas, sino que aprendan a promocionar sus productos y su negocio prospere. Así se contribuye a resolver la falta de saneamiento en la zona y a la vez se impulsa la economía local.

La organización buscó a varios profesionales del sector y les formó en la compra de materiales, la construcción de los sanitarios, los precios, la promoción... Para llegar a todas las zonas de Kongwa, se decidió formar a dos artesanos de cada pueblo y dos emprendedores de cada mancomunidad. Para ello primero se escogieronseis con habilidades destacadas y estos participaron directamente tanto en las formaciones como en el diseño del catálogo.

Ongawa
El catálogo propone una escalera de saneamientos está formada por cinco niveles: dos tienen condiciones higiénicas insuficientes mientras que en los otros tres casos son más aceptables, y se consideran como un saneamiento mejorado, y se consideran como un saneamiento mejorado.

El primer escalón es la defecación a cielo abierto, una práctica que realiza una de cada siete personas en el mundo y que sobre todo se da en países asiáticos como India. El segundo corresponde a una letrina básica, realizada al aire libre con chamizo, juncos... y reforzada con una cuerda. Es la opción que más se ve en Tanzania, pero no cumplen la función básica de evitar el contacto entre las heces con las heces fecales. Tiene una vida útil muy corta porque en cuanto llueve, colapsa. A partir del tercer nivel, se considera que son letrinas mejoradas.

Ongawa
Tener una letrina mejorada implica que es segura para adultos y niños, que la pueden usar discapacitados y que el usuario se puede lavar las manos. El catálogo contempla cuatro modelos distintos, dl más sencillo y económico al más completo y caro.

La primera opción es muy simple: un hoyo de unos tres metros de profundidad con las paredes reforzadas, una losa de cemento, o al menos que sea lavable, una tapa para cubrir el agujero y que no entren y salgan insectos, una super-estructura y techo para cubrir el espacio y garantizar la privacidad, y un lavadero de manos.

Sus ventajas son su privacidad y el bajo precio. Además, la losa es reutilizable (se puede transportar a una nueva cuando la que se estaba usando ya se llena) y es apropiada para regiones con escasez de agua.

Ongawa
La segunda letrina en orden de importancia se diferencia de la anterior en que dispone de una tubería de ventilación con una red que impide la entrada de bichos. Este elemento, al igual que la tapa para cerrar el agujero, son muy importantes porque cortan la transmisión de gérmenes. Con esta opción, no obstante, las principales desventajas son que no se puede utilizar la super estructura y que no tiene sello hidráulico.

La tapa, que suele ser de madera, evita que las moscas y otros bichos entren en contacto con los excrementos. Es fundamental evitar esto porque esos mismos insectos, al posarse después en los alimentos, los van a contaminar y van a provocar infecciones. El uso de la tapa es igual de importante que el lavado de manos, pero resulta difícil concienciar a la población sobre lo necesario que es su uso. Por eso, una de las innovaciones en las que se está trabajando es en fijar la tapa a la losa, al estilo de los retretes occidentales.

Ongawa
Es la opción de más éxito entre las familias de Kongwa. Su principal atractivo reside en que el hoyo donde se almacenan las heces no está debajo de la letrina, sino desplazado unos metros, algo muy importante porque evita accidentes: si el firme no está bien reforzado, acaba cediendo, y esto ha provocado que muchos usuarios hayan terminado con sus huesos en el fondo de la fosa séptica.

Otras ventajas son que se necesita muy poca agua, que hay menos oportunidades de transmisión de gérmenes o de malos olores ya que la fosa está muy apartada del aseo y que la estructura se puede reutilizar cuando el pozo se llena, ya que solo hay que excavar otro al lado y unirlo por otra tubería.

Ongawa
Esta es la mejor opción, aunque también la más cara, pues dispone de un sello hidráulico o sifón con un reservorio de agua que impide que los excrementos, insectos y olores salgan. En este caso se puede dejar la tapa abierta porque no hay contacto con las heces. Los malos olores tampoco llegan nunca y los insectos, como las moscas, no pueden acceder a la fosa, así que se corta la transmisión de gérmenes.

Su principal inconveniente es que necesita de más agua que otras, así que en las regiones más secas no se puede usar.

Ongawa
El catálogo indica distintas maneras de construir un hoyo, la parte más importante de toda la estructura. La decisión depende del tipo del suelo, entre otros factores. Cuando el terreno es inestable, debe reforzarse convenientemente con piedra o bloques de cemento o ladrillos. Estos últimos son los más populares por su coste, inferior al del resto.

El tamaño adecuado para que una familia de cinco miembros lo pueda usar durante más de diez años años es de 1,2 metros por cada lado y una profundidad de tres metros.

El catálogo aporta consejos a los artesanos, como que la distancia entre una letrina y la fuente de agua más cercana nunca sea inferior a 30 metros para evitar su contaminación, que se tenga en cuenta hacia dónde sopla el viento para evitar que entre el olor en las casas o que las letrinas no se instalen nunca en zonas de paso. En esta imagen, la primera opción corresponde a una letrina simple con el agujero justo debajo de donde se coloca el usuario; la segunda opción tiene el agujero desplazado y es más seguro, y la tercera y más compleja es una opción que consta de dos tanques: una fosa séptica debajo del aseo conectada a un pozo de absorción. Cuando la primera se llena, el contenido pasa a la segunda cavidad, que no está completamente sellada. Esto facilita que los deshechos acaben por juntarse con la tierra, así que es mucho más duradera y menos contaminante.

Ongawa
En las páginas del catálogo se aportan los precios de los materiales y la cantidad que se debe usar a la hora de construir una estructura de saneamiento. Esto es muy útil para los artesanos, pues les permite explicar al detalle a sus clientes los presupuestos que estos les solicitan. Para cada una de las opciones de letrinas hay un desglose que detalla toda la información necesaria y una foto.

El hoyo es la parte de la estructura menos costosa de realizar. Nunca se vacía así que, cuando se llena al cabo de unos cinco años, hay que taparla y construir una nueva.

Aunque hay comunidades pequeñas que comparten la letrina, por lo general cada familia intenta tener la suya. Esto es mejor ya que se suele poner más cuidado en su limpieza y su conservación cuando solo pertenecen a una sola casa que cuando son de toda una aldea.

Ongawa
La losa que se utiliza en la parte superior del agujero de la letrina es la parte más cara de toda la estructura. Puede ser de cemento o porcelana. La más cara es la que corresponde a las letrinas con sello hidráulico porque están hechas con porcelana para poder adaptar el sifón. Cuestan nueve euros.

Una cualidad muy valorada en las losas es que sean reutilizables, es decir, que cuando un agujero se tiene que tapar porque ya se ha llenado, la familia pueda desinstalar la plataforma y utilizarla en la nueva letrina que se vayan a construir.

El catálogo detalla distintos tipos de losa y advierte que las dimensiones que debe tener el orificio en el centro de la losa deben ser de unos 30 centímetros de largo por 17 centímetros de ancho. También advierte que debe ser suficientemente robusta como para aguantar el peso de un adulto.

Ongawa
El catálogo aporta diversas opciones para la súper estructura de la letrina. Todas tienen ventilación gracias a un ventanuco situado en la parte superior, pero solo algunas disponen de la tubería con redecilla en el orificio de salida para facilitar la circulación de aire e impedir la entrada de bichos.

Los habitáculos pueden ser de adobe, ladrillo o cemento, siendo este un material cada vez más usado porque su disponibilidad ha aumentado y porque construir con él es fácil, ya que son bloques muy grandes.

La super-estructura también se puede construir con un baño anexo para lavarse el cuerpo con total privacidad. Este no es más que una pequeña habitación diáfana con un desagüe y un bidón de 20 litros de agua.

Las puertas, por su parte, pueden ser de madera o de plancha de metal, siendo estas más comunes por su coste inferior.

Ongawa
Hay detalles que no se pueden obviar: aquellos que hacen la vida más fácil a ancianos y personas con discapacidad. El catálogo da algunas claves: son muy útiles las barras laterales acopladas a la pared para que una persona con movilidad reducida pueda sujetarse. Pueden ser de madera o hierro y se adaptan tanto en plataformas fijas como reutilizables.

Para las personas ciegas, es conveniente instalar una cuerda que las guíe hacia el inodoro, así como un camino bien señalizado hasta la puerta del aseo. También viene bien procurar que el suelo de la plataforma sea anti deslizante.

Capítulo aparte son los accesorios: cada baño debe disponer de útiles de limpieza como un cubo con agua limpia para la higiene personal o la de la letrina, un cepillo y un palo para limpiar la losa y una papelera para depositar papeles y otros desechables.

Ongawa
Para que las condiciones higiénicas sean completamente óptimas, es necesario lavarse las manos correctamente con agua y jabón después de usar el servicio. Este simple gesto ayuda a reducir en más del 40% los casos de enfermedades diarreicas y casi en un 25% los casos de infecciones respiratorias, según Unicef, que calcula que estas enfermedades ocasionan la muerte a más de 3,5 millones de niños menores de cinco años al año.

En el estudio inicial hecho en el programa UMATA en el que ONGAWA está trabajando se concluyó que solo el 4% de los adultos se lavaba correctamente las manos después de ir al baño.

Se ofrecen diversas opciones. La más económica y simple es la llamada Tip-Tap, y se construye con unas ramas, una cuerda y una botella. Su funcionamiento es muy sencillo: solo hay que pisar un palo amarrado a una cuerda, la cual a su vez está atada a una botella llena de agua. La botella se mueve y el agua cae. De esta manera se evita tocar la botella y el agua con las manos sucias.

La siguiente opción, más cara pero más cómoda, es un cubo con un grifo. La más moderna de todas es un recipiente de cemento y arcilla, más robusto y que ayuda a mantener el agua fresca.

Ongawa