Falsos recuerdos

Día llegará en que jugaremos con los recuerdos y el olvido como ancianos que remueven en sus pastilleros las grageas de colores

El futuro de los falsos recuerdos, sobre los que ha especulado tanto la ciencia-ficción, es espléndido. Solo hay que esperar a que se desarrollen un poco más algunas disciplinas neuronales y tecnológicas. Día llegará en que jugaremos con los recuerdos y el olvido –como en la novela de Ray Loriga Tokyo ya no nos quiere– como ancianos que remueven en sus pastilleros las grageas de colores. Y si fuera cierto, como escribe García Márquez, que “la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda,...

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El futuro de los falsos recuerdos, sobre los que ha especulado tanto la ciencia-ficción, es espléndido. Solo hay que esperar a que se desarrollen un poco más algunas disciplinas neuronales y tecnológicas. Día llegará en que jugaremos con los recuerdos y el olvido –como en la novela de Ray Loriga Tokyo ya no nos quiere– como ancianos que remueven en sus pastilleros las grageas de colores. Y si fuera cierto, como escribe García Márquez, que “la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”, la buena noticia es que la felicidad más hollywoodiense está a la vuelta de la esquina. Recomiendo a todos que se mantengan vivos hasta entonces.

La mente humana ya es una formidable generadora de memoria recreativa, como compruebo en el figón donde suelo almorzar: siempre hay alguien contando aquella vez en que su jefe intentaba reprocharle algo, pero él le replicó con agudeza, dejándole con la palabra en la boca, derrotado y humillado. Este relato recurrente se cuenta con tal convicción que me quedo pensando cómo es posible que subsista en España algún orden cuando la jerarquía está siendo sistemáticamente conculcada. Luego caigo en la cuenta de que se trata sólo de mentiras a medias voluntarias, y a medias falsos recuerdos.

De hecho ahí veo el obstáculo a los falsos recuerdos que el software del futuro nos permitirá instalar en nuestra conciencia para colocar escenas de triunfo. Yo ya tengo clara la lista, pero tendré que ser muy persuasivo para instalar la credulidad en mis conocidos, temo que me saldrá carísimo.

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