Conflict Kitchen

En el restaurante de Pittsburgh solo se sirven platos típicos de los países con los que EE UU está en conflicto

Del prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) han salido ya 76 premios Nobel entre profesores y egresados. Yo creo que el número 77 debería ser para los artistas John Peña, Jon Rubin y Dawn Weleski, los inventores de la Conflict Kitchen (cocina conflictiva) que el MIT instaló hace unos meses en el centro de la ciudad de Pittsburgh (300.000 habitantes). En el Conflict Kitchen el sabor y el placer no son el meollo de la cuestión. En el restaurante de Pittsburgh solo se sirven platos típicos de los países con los que EE UU está en co...

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Del prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) han salido ya 76 premios Nobel entre profesores y egresados. Yo creo que el número 77 debería ser para los artistas John Peña, Jon Rubin y Dawn Weleski, los inventores de la Conflict Kitchen (cocina conflictiva) que el MIT instaló hace unos meses en el centro de la ciudad de Pittsburgh (300.000 habitantes). En el Conflict Kitchen el sabor y el placer no son el meollo de la cuestión. En el restaurante de Pittsburgh solo se sirven platos típicos de los países con los que EE UU está en conflicto. Han empezado con Irán, y cada cuatro meses cambia la carta: “Seguiremos con la cocina afgana, luego la norcoreana y luego quizá Venezuela. El proyecto tiene años de vida por delante, dada la cantidad de conflictos en los que EE UU está comprometido”, dicen los responsables del proyecto.

Naturalmente, de lo que se trata aquí en el fondo no es de cocina. La gastronomía en Conflict Kitchen es la excusa, o la invitación, para interesar a una clientela en principio indiferente en la realidad de países y culturas malignas, o adversas, a través de un programa de actividades –debates, conferencias, proyecciones, conciertos, cenas virtuales simultáneamente celebradas en Pittsburgh y Teherán y conectadas vía Skype, sesiones de vídeo para comparar y contrastar la cultura de cada ciudad, etcétera–, vertebradas por la Conflict Kitchen y que comienzan por la información que lleva el mismo envoltorio de los platos del ‘take-away’… Una idea muy buena, especialmente en un país como EE UU proclive, tanto o más que otros, al maniqueísmo.

¡El éxito que está teniendo Conflict Kitchen es tal que hay “oportunidades de empleo”! Buscan empleados tan capaces de cocinar y servir como de “mantenerse informados y conversar con los clientes sobre la cultura y política del país en cuestión”. Turnos de seis horas, salario mínimo de nueve dólares por hora, más propinas. Posibilidades de promoción.

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