‘Con la desconfianza en el ADN’
En relación al artículo Con la desconfianza en el ADN publicado en su diario con fecha 11-7-2013 e ilustrado con mi foto a todo color portando un cartel alusivo a los mandatarios Rajoy y Merkel, permítame decirle que pinté el mencionado cartel en un acto de sublimación de la indignación que me produce ver cómo una casta política sin escrúpulos en vez de servir al pueblo se sirve de él para mantener sus intereses y privilegios con una impunidad casi absoluta.
Los hechos conocidos estos últimos días a través del durante tantos años tesorero del PP dejan fuera de toda duda que la ...
En relación al artículo Con la desconfianza en el ADN publicado en su diario con fecha 11-7-2013 e ilustrado con mi foto a todo color portando un cartel alusivo a los mandatarios Rajoy y Merkel, permítame decirle que pinté el mencionado cartel en un acto de sublimación de la indignación que me produce ver cómo una casta política sin escrúpulos en vez de servir al pueblo se sirve de él para mantener sus intereses y privilegios con una impunidad casi absoluta.
Los hechos conocidos estos últimos días a través del durante tantos años tesorero del PP dejan fuera de toda duda que la “desconfianza” de la opinión pública hacia sus dirigentes no está en nuestro ADN, sino en la “corrupción” del suyo.
Donde algunas personas vemos la manera pacífica de expresar la disconformidad con las políticas neoliberales injustas e insolidarias, la Delegación del Gobierno ha visto la ocasión para distinguirme con una multa de 350 euros argumentando “desórdenes graves y alentar contra la autoridad”. El “desorden grave” consistió en llevar este cartel el día 6 de septiembre de 2012 con ocasión de la visita de la canciller a Madrid, fecha en que fue tomada la fotografía.
Al gris que todos llevamos dentro le es siempre más sencillo distinguir el color del dinero y del poder y entonar la canción de la paz y el orden de los cementerios; pero la humanidad salió de las cavernas gracias a otros colores que también llevamos en nuestro interior.— Ana María García Olmos.