Reciclaje entre fogones

¿Qué hacer con los platos del día anterior? Les ofrecemos una batería de recetas creativas para aprovechar esas sobras que, a veces, no parecen tan reutilizables

Vicens Giménez

En los momentos en los que la crisis aprieta, en la cocina se imponen más que nunca la creatividad y el reciclaje. La frase “aquí no se tira nada” es una deliciosa manera de optimizar la inversión que se hace en comida y, de paso, mantener a raya ese Pepito Grillo que regaña (y con toda la razón) cada vez que no se le da salida a un alimento y este acaba sus días en el cubo de la basura. Algunas de las recetas más tradicionales de la cocina española tradicional –como las croquetas, los canelones, la pringá andaluza y hasta el turrón de yema– se concibieron para aprovechar sobras de otros plato...

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En los momentos en los que la crisis aprieta, en la cocina se imponen más que nunca la creatividad y el reciclaje. La frase “aquí no se tira nada” es una deliciosa manera de optimizar la inversión que se hace en comida y, de paso, mantener a raya ese Pepito Grillo que regaña (y con toda la razón) cada vez que no se le da salida a un alimento y este acaba sus días en el cubo de la basura. Algunas de las recetas más tradicionales de la cocina española tradicional –como las croquetas, los canelones, la pringá andaluza y hasta el turrón de yema– se concibieron para aprovechar sobras de otros platos, y aunque la preparación de algunos sea algo laboriosa para la cocina del día a día, siempre se puede buscar una opción más rápida que resulte igual de sabrosa.

Las carnes que sobran de los cocidos, mezcladas con un sofrito de tomate y cebolla, son perfectas para rellenar hortalizas o patatas, para improvisar un ragú o formar parte de un pastel rápido de carne y puré de patata. Los huesos y carcasas (antes o después de cocinarlos) de la ternera o el pollo pueden servir de base para deliciosos caldos blancos o lo que se conoce como fondos oscuros, una especie de caldos con los huesos previamente tostados que se usan como base de diversas preparaciones, como estofados y salsas.

No tire las cabezas de las gambas. Esos restos, hervidos a fuego lento, pueden ser buena  base para un arroz

Con los restos de verdura hervida, como guisantes o judías verdes, se pueden preparar unos huevos a la jardinera –una opción muy ligera si se usan recipientes de silicona, que no precisan de grasa añadida– o simplemente saltearse con un diente de ajo laminado, aceite de oliva virgen extra y una puntita de pimentón.

El pescado recalentado suele quedar seco y correoso, pero convertido en un pastel o suflé se convierte en un primer plato de categoría, técnica que se puede aplicar también a las gambas o langostinos. Y recuerde: nunca tire las cabezas y espinas de los pescados y mariscos cuando los limpie para cocinarlos. Esos restos de gambas y rape, hervidos a fuego lento durante un buen rato, serán la base para el arroz más gustoso que nunca haya preparado.

Aquí presentamos cinco jugosas recetas para sacar partido a las sobras: sopa de pollo a la mexicana; pincho de pescado con encurtidos y wasabi; pastel de escalivada con brie; rollitos de acelga con ternera pasta y cuscús y postre de bizcocho, turrón y mango.

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