Un negocio basado en helados y yogures enriquecidos con proteínas
Proasis diseña alimentos con un extra de proteínas y probióticos intentando mantener todo el sabor de los productos
En la empresa catalana Proasis reivindican pasar del “sin al con” o, lo que es lo mismo, del “sin sabor” de los alimentos denominados saludables a que, sin perder sus cualidades, lo tengan. La idea surgió en una sobremesa entre amigos, conocedores del sector de alimentación, y que animó a sus fundadores, Marc Castro y Fernando Calpe, a dejar sus trabajos y comenzar la aventura de fabricar alimentos saludables con sabor y con un plus, el de añadir proteínas y probióticos.
Unos extras que agregaron porque detectaron que los consumidores españoles suelen tomar 2 o 3 alimentos a la semana enriquecidos con proteínas y porque una buena parte toma probióticos de forma regular y en diferentes formatos. “No encontrábamos una marca de alimentación saludable que estuviera rica, siempre había que renunciar a algo. Para conseguir productos saludables teníamos que visitar la sección de dietéticos y la de “los sin”, porque en el lineal general no había”, explica Calpe, que, junto con Castro, trabajó muchos años en distintas empresas de alimentación.
Con una inversión inicial de 400.000 euros, en 2022 salieron al mercado con una gama de helados y en 2023 ya estaban en 850 puntos de venta de cadenas como El Corte Inglés (Hipercor), Eroski o Carrefour.
Sin fábrica propia, para cada producto que diseñan, que les lleva más de un año de investigación, buscan pequeñas industrias en España especializadas y expertas —”porque elaborar alimentos con proteínas es más fácil; con probióticos es más difícil, es una bacteria viva”— que les ofrezcan calidad, se interesen por estos alimentos y los vean como una vía de negocio. “A los grandes no les encaja este tipo de producto. No es fácil encontrar un fabricante que nos permita mantener nuestro aporte diferencial”, subraya Calpe.
Con cinco empleados, los 21 productos de su actual catálogo (compuesto por helados, yogures, yogures bebibles, chocolates, cereales y cremas de queso), aptos para toda la familia, les han reportado una facturación de 500.000 euros en el pasado ejercicio, sin beneficios por el momento, frente a los ingresos de 50.000 obtenidos en 2022. Productos que se pueden encontrar en algunos de los supermercados citados o en la cadena catalana La Sirena, con unos precios cercanos a los de las marcas premium pero, como explica Calpe, “sin pretensiones de llegar al lineal gurmé. Saludables, pero en la categoría generalista”.
Entre sus proyectos está ampliar a 25 el número de productos, pero no ir mucho más allá, ya que, según cuenta el emprendedor, no todos los alimentos admiten ese añadido extra de proteínas o probióticos: “En el jamón cocido, por ejemplo, el cocinado mata estas bacterias, pero estamos investigando cómo salvarlas”, explica.
El cofundador de la empresa concreta que 2024 será el año de la internacionalización con proyectos para abrir mercados en Alemania, Polonia, Dubái, Hong Kong y Bélgica, donde ya venden desde el pasado año. También aspiran en 2026 a licenciar sus productos para fabricar en Estados Unidos o en China de la mano de colaboradores fabricantes, pero, de momento, su foco está en España y Europa.
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