Una ‘fabrika’ para entrenar a los directivos

Adegi, la patronal guipuzcoana, estrena un centro de alto rendimiento con el objetivo de enseñar a los jefes a transformar la cultura de las empresas

Juan Mancisidor, director de Fabrika, en una imagen tomada en San Sebastián el 20 de febrero.Javier Hernandez Juantegui

Fabrika no es una fábrica en sentido estricto. Es un “centro de alto rendimiento” para empresas, según la denominación que han elegido sus impulsores. No es una suerte de escuela de negocios a la que directivos y trabajadores acuden a aprender técnicas de gestión empresarial. Es una pista de entrenamiento para directivos y trabajadores donde se ejercitan habilidades para “transformar la cultura de las organizaciones”, afirma su director Juan Mancisidor, Irún, Gipuzkoa, 45 años). Fabrika, una...

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Fabrika no es una fábrica en sentido estricto. Es un “centro de alto rendimiento” para empresas, según la denominación que han elegido sus impulsores. No es una suerte de escuela de negocios a la que directivos y trabajadores acuden a aprender técnicas de gestión empresarial. Es una pista de entrenamiento para directivos y trabajadores donde se ejercitan habilidades para “transformar la cultura de las organizaciones”, afirma su director Juan Mancisidor, Irún, Gipuzkoa, 45 años). Fabrika, una iniciativa de la patronal guipuzcoana Adegi, abrió una sede en San Sebastián a mediados de enero tras una inversión de seis millones de euros: “Nuestra propuesta consiste en que cuanto mejor están las personas [de una empresa], mejores son los resultados. Y eso hay que trabajarlo y entrenarlo”.

La teoría en la que se basa Fabrika parte de que en las empresas, por lo general, se trabaja mucho en la mejora del producto y de los procesos de fabricación, pero se pasa por alto la pieza clave del negocio: las personas. Mancisidor explica que la transformación de los equipos pasa por “favorecer el crecimiento de las personas, porque son el motor de la actividad y el elemento indispensable para lograr los objetivos. Es un círculo mágico, y eso se consigue entrenando principios como la confianza, la participación, el liderazgo…, lo que redunda en el bienestar del grupo”.

Fabrika arrancó en enero de 2021 coyunturalmente en las instalaciones de Adegi, cuando puso en marcha el denominado “método fabrika”, inspirado en el proceso de cambio hacia una “nueva cultura empresarial” que la patronal impulsó en 2014. La inauguración del nuevo edificio ubicado en el Parque Tecnológico de Miramón (San Sebastián), con cinco plantas y 18 salas de uso, además de espacios al aire libre, supone la puesta de largo de un proyecto que cuenta con una plantilla de 12 entrenadores que asisten a los grupos. Son monitores que proceden del campo de la consultoría, el coaching, el acompañamiento, especialistas en recursos humanos o del ámbito del deporte. Fabrika atiende a un centenar de empresas u organizaciones, principalmente radicadas en Gipuzkoa, pero quiere ampliar su radio de acción al resto de España y al extranjero. Su propuesta va dirigida en primera instancia a empresas, sin distinción de tamaño, actividad o forma jurídica, pero también está trabajando con ayuntamientos, centros educativos, escuelas de negocio, investigadores y formadores profesionales, apunta su responsable.

José Luis Escorihuela Ulises es el director de I+D de Fabrika y creador del método que se aplica, basado en “la teoría de los sistemas vivos complejos”. Mancisidor remarca que la propuesta de este centro radica en que “cuanto mejor están las personas, mejores son los resultados. Son dos facetas complementarias. Fijarse solo en los indicadores económicos no es suficiente. Hay que incidir en otros términos y debe entrenarse la manera de relacionarnos las personas para hacer mejor nuestra tarea. No nos importa tanto el servicio o el producto que ofrecen esas organizaciones, eso es neutro o secundario, sino cómo interactúan los integrantes de los equipos. Eso es lo que nos interesa mejorar”.

Una empresa es, en su opinión, “un sistema interconectado, formado por partes diferenciadas que se coordinan y relacionan entre sí para generar unos resultados deseados”.

Mancisidor se refiere a intangibles que son claves en el funcionamiento de una organización y de los que dependen el éxito o el fracaso de una estrategia, como “la distribución de roles, la afinidad, el estatus y el poder”. En una organización “es fundamental diseñar bien todas las fases de un proceso de cambio”, añade el director de Fabrika. Los cambios en una empresa vienen en todos los estamentos, desde los líderes, los mandos intermedios, hasta el resto de los integrantes. Jesús Eguizabal, director general de Irundin, ha participado en el programa Fabrika: “Aquí te juntas con personas con las que compartes ocho horas de trabajo y te das cuenta de que casi no las conoces. De pronto, empiezas a empatizar más, entiendes sus problemáticas, encuentras una explicación a los comportamientos que estas personas tienen en el puesto de trabajo. Eso ha hecho enriquecernos y ser un grupo más cohesionado. Somos mejores de lo que éramos”.

Entrenadores

La experiencia que imparte Fabrika se ha puesto en marcha en el centro de Formación Profesional Tknika, afirma su director, Agustín Agirre. Uno de los facilitadores-entrenadores del centro, Juan Félix García, explica cómo se aplica el método y en qué consisten las sesiones: “Trabajamos dinámicas y ejercicios de forma grupal que nos permiten crear vivencias. Después nos juntamos en un diálogo generativo donde se crea una confianza en el seno del grupo. En ese ambiente ponemos en común experiencias y reflexiones y de ahí salen aprendizajes que son válidos tanto a nivel personal como colectivo”. Eduardo Jauregui, fundador y consejero delegado de Irisbond, expone así su experiencia: “Es realmente enriquecedor ver cómo personas alineadas y enganchadas a un mismo propósito consiguen mejores resultados. Si tuviese que resumir lo que es Fabrika, diría en primer lugar que es un regalo para conocerse uno mismo y sacar todo el potencial, conocer al equipo que va a liderar un proyecto y que entre todos compartan los mismos valores para conseguir un objetivo común”.

No existe otro centro como este, apunta Mancisidor, en el que se entrena a equipos para transformar su forma de funcionamiento, de tal modo que “la empresa se convierte en una trainera, en la que todas las personas reman juntas en la misma dirección”.

La decisión de construir un edificio singular en una superficie de 4.550 metros cuadrados responde al deseo de “industrializar a mayor escala el método Fabrika, hacerlo tangible y visible, y darle una proyección internacional”. El director concluye que el sueño de este proyecto es “transformar organizaciones para conseguir una sociedad mejor. Nos lo creemos porque lo que aprenden y practican aquí se puede aplicar con la familia, los amigos, fuera de la empresa. Es una herramienta de cambio social”.

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