Leche, pan o legumbres: qué alimentos han moderado sus precios en los supermercados en el último año
Los alimentos registran el nivel de inflación más bajo desde enero de 2022, con una tasa del 5,3%. El aceite de oliva es el producto más caro en el mercado
Hacer la compra sigue estrujando los monederos de las familias españolas, pero poco a poco empieza a moderarse el precio de los alimentos. Por primera vez en más de dos años, desde enero de 2022, se han encarecido menos de un 5,5%, según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra, aunque alta, está muy lejos de ese máximo histórico del 16,6% que alcanzaron en febrero del año pasado y se espera qu...
Hacer la compra sigue estrujando los monederos de las familias españolas, pero poco a poco empieza a moderarse el precio de los alimentos. Por primera vez en más de dos años, desde enero de 2022, se han encarecido menos de un 5,5%, según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra, aunque alta, está muy lejos de ese máximo histórico del 16,6% que alcanzaron en febrero del año pasado y se espera que conforme los meses avancen se regulen aún más.
En estos 12 meses, las legumbres y hortalizas frescas —como las acelgas, berenjenas, lentejas o garbanzos— son algunos de los productos que más han bajado de precio. En concreto, han caído un 2,7% respecto a febrero 2023, cuando el coste se fue por las nubes hasta alcanzar una inflación del 23,6%. Las harinas, la mantequilla, el yogur y la leche entera son algunos de los productos más consumidos que también han dado un respiro al consumidor. En los tres primeros casos el coste ha reducido levemente respecto a hace un año, mientras que la leche se mantiene exactamente igual.
Lo que más se ha abaratado, sin embargo, son los aceites comestibles menos usados en la dieta mediterránea. Mientras el de oliva se ha encarecido un 67% en el último año, el resto como pueden ser el de girasol, colza, maíz o soja han caído un 24,6% en el mismo periodo, según los datos del INE.
En el terreno de las subidas moderadas se encuentra el pollo y el resto de aves. La tasa registrada en febrero ha sido de un 1,7%, con lo cual se convierten en la carne que menos se han encarecido entre febrero de 2023 y 2024. Del otro lado está el cerdo, el animal más consumido en España; este se ha disparado un 11% en el mismo periodo. Otros de los alimentos más socorridos como la mermelada (incluida en el grupo de frutas en conserva), el pan, el queso y el café, han aumentado entre un 1% y un 3% en estos doce meses. Mientras que el azúcar y el huevo lo han hecho entre un 4,1% y un 4,9%, según se observa en las estadísticas.
Si comer alguna de esas cosas ya significaba pagar un poco más que hace un año, lo cierto es que hay otros comestibles que por su precio se han convertido en un verdadero lujo. Tal es el caso de las patatas, cuyo coste ha repuntado un 11.6%. La sal, un básico en la cocina, también ha subido casi un 9%, y el cordero un 8,1%. Los zumos de frutas, por su parte, se han disparado prácticamente un 19% pese a que en febrero de 2023 se encarecieron un tanto igual.
Mención independiente merece el aceite de oliva. Su alto coste ha llevado a los supermercados a poner alarmas antirrobos en las botellas y garrafas a fin de evitar su hurto. Puede parecer excesivo, pero no lo es. Según la patronal de gran consumo AECOC, el también llamado oro verde es a día de hoy lo más robado en ocho de las 17 comunidades autónomas. Lo cierto también es que España, junto a Portugal y Grecia, es el país donde más se ha encarecido este producto, según Eurostat.
¿Son más baratos los productos que hace un año?
Con la evolución de estos índices, la pregunta es si los alimentos han bajado realmente de precio respecto a febrero de 2023. Y la respuesta es que no. Han aumentado, pero a un ritmo mucho más moderado que hace un año. Es lo que los expertos denominan el efecto base. El caso más evidente es la leche entera, cuyo nivel de inflación fue del 0%, es decir, que en términos interanuales no ha sufrido variación. Para un consumidor esto significa que cuando vaya al supermercado, el brick costará lo mismo que hace 12 meses. Dicho esto, hay algunos comestibles que sí se han abaratado en este periodo. Tal es el caso de los alimentos para bebé, la leche desnatada, la mantequilla o las legumbres.
Más allá de estos datos, los economistas perciben signos de mejora en la cesta de la compra. La proporción de insumos con una tasa de inflación inferior al 2% va en aumento y a día de hoy solo hay un producto con un nivel interanual superior al 20% —el aceite de oliva—. A lo largo del año, CaixaBank Research prevé un notable descenso de la tasa de inflación de los alimentos; del 11,1% de media anual en 2023 al 3,8% en 2024. Una vez más, parte de esta mejoría es resultado del efecto base, pues el año pasado fue el componente que mayor repercusión tuvo en el IPC general. A ello se suma, según el centro de análisis, que los costes agrícolas llevan varios meses con una tasa de variación interanual en negativo.
En lo que respecto solo a febrero, Funcas recuerda que los precios de los alimentos elaborados sufrieron una subida del 0,8% pese a que la tasa interanual descendió hasta el 5,3%. Buena parte de dicho incremento mensual procedió del tabaco y el aceite de oliva, al igual que sucedió en enero, aunque el resto de los alimentos elaborados también aumentaron sus precios de forma significativa. Por su parte, los alimentos no elaborados registraron una bajada de precios del 1,3%. Cabe destacar que desde hace varios meses este grupo se encuentran en línea, o incluso por debajo, de los incrementos habituales que se registraban antes del periodo inflacionista que empezó en 2022.
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