Las ventas de Pescaderías Coruñesas se disparan un 35% hasta los 56 millones

Lhardy, el único de los restaurantes del grupo en números rojos, reduce pérdidas y duplica su facturación

Interior de la tienda de Lhardy, restaurante del grupo Pescaderías Coruñesas, en una imagen de abril de 2021.Santi Burgos

La restauración y el mercado inmobiliario madrileño viven años dorados. Pescaderías Coruñesas, el grupo gestionado por los descendientes de Evaristo García y que tiene como enseñas los conocidos restaurantes El Pescador, la marisquería O Pazo o Filandón, ingresó el año pasado 56 millones de euros a través de cinco sociedades (Pescaderías Coruñesas, O Pazo, Inversiones La Grotta, Pescacoruña y Lhardy), un 35% más que el año anterior. El beneficio neto pasó de los c...

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La restauración y el mercado inmobiliario madrileño viven años dorados. Pescaderías Coruñesas, el grupo gestionado por los descendientes de Evaristo García y que tiene como enseñas los conocidos restaurantes El Pescador, la marisquería O Pazo o Filandón, ingresó el año pasado 56 millones de euros a través de cinco sociedades (Pescaderías Coruñesas, O Pazo, Inversiones La Grotta, Pescacoruña y Lhardy), un 35% más que el año anterior. El beneficio neto pasó de los casi 2,3 millones de 2021 a los 3,8 millones, un 67% más, según los datos depositados en el Registro Mercantil.

Las sociedades de los hermanos Marta, Diego y Paloma García Azpíroz se dedican a la explotación de restaurantes, la distribución de pescados y mariscos y la gestión de un gran patrimonio inmobiliario que también crece cada año. En el área hostelera todos los locales que poseen ofrecieron resultados positivos excepto Lhardy, el histórico restaurante madrileño de la Carrera de San Jerónimo que rescataron en 2021 del concurso de acreedores comprando además la propiedad de todo el edificio. La casa, que sigue ofreciendo sus míticos cocidos, el solomillo Wellington o el soufflé, y que ha introducido otros platos de pescado, redujo pérdidas desde el medio millón de euros a poco más de 300.000 euros, al tiempo que disparó su facturación, de 1,4 millones a 2,7 millones.

El Filandón, situado en la carretera Fuencarral-El Pardo y en el que trabajan 142 personas, está gestionado desde Inversiones La Grotta, que reportó unas ventas de 12,8 millones de euros, un 14% más, con un resultado de explotación de 1,7 millones que crece un 31% gracias al aumento de la facturación y al mantenimiento de los márgenes. Desde la sociedad O Pazo gestionan el quinto de sus restaurantes inaugurado hace dos años y bautizado con el nombre Desde 1911, fecha de fundación de Pescaderías Coruñesas. Sobre este último las cuentas depositadas en el Registro no ofrecen datos desglosados. La distribuidora de pescados y mariscos de la familia, situada tras su tienda al público de la calle Juan Montalvo, pasó de unas ventas de 20 a 26 millones de euros. En ese mismo período, el precio del pescado en España, según el INE, creció un 8% y el del marisco más de un 12%. Los restaurantes del grupo, que basan la mayoría de sus cartas en productos del mar, fueron responsables de compras a la distribuidora por valor de casi seis millones de euros. Diariamente la empresa elabora y procesa más de ocho toneladas de materia prima que envía a los restaurantes de Madrid con su propia flota de reparto y que distribuye al canal horeca en el resto del país en 24 horas.

Inmuebles

La familia, que tiene sus orígenes en Combarros (León), lleva más de un siglo de prosperidad desde que el arriero Santiago Gómez, abriese en Madrid una de las primeras pescaderías de la capital, la Astorgana, en 1890. Norberto García, su yerno, adquirió Pescaderías Coruñesas en 1956 para poner al frente a su hijo Evaristo, que con 23 años llevaba desde los 14 trabajando en el negocio familiar del pescado. Evaristo la hizo crecer en ventas y popularidad a la vez que construía un sólido patrimonio inmobiliario que sus hijos se han encargado de ampliar. Entre otros edificios, la familia es dueña del teatro Reina Victoria, que compraron en 2018 al presentador Carlos Sobera; del Palacio de Trinidad, ubicado en la calle de Francisco Silvela, o de un edificio histórico situado en la plaza de Canalejas de Madrid. El valor de los terrenos y construcciones que poseen, según las cuentas de la empresa cabecera (Pescaderías Coruñesas) asciende a 95 millones de euros. Durante el 2022 la familia compró varios inmuebles en Madrid destinados al alquiler y fincas rústicas en Ponferrada. En Cáceres la sociedad tiene un compromiso de reventa al promotor de varios inmuebles en la polémica urbanización Marina Isla de Valdecañas, construida en una zona protegida por la Red Natura. El pasado mes de marzo, la empresa también vendió un solar industrial por cinco millones de euros con el que obtuvo un beneficio de 1,1 millones y cuyo impacto se reflejará en las cuentas que se presenten el año próximo.

La mayoría del resultado de sus sociedades se ha destinado a reservas y a la compensación de pérdidas de años anteriores, principalmente las que registraron durante el año de la pandemia, de un millón de euros. Inversiones La Grotta repartió un dividendo entre los socios de 640.000 euros. Completan el grupo una empresa de catering y una participación en una firma dedicada a la caza en Villaviciosa de Odón.

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