El BBVA advierte del impacto que puede tener la “creciente carga fiscal” en España
La entidad avisa ante el supervisor bursátil de EE UU de que la aceleración de la transformación digital amenaza con “reducciones significativas de empleados”
Deterioro de la actividad económica, con riesgo de recesión incluso; una inflación persistente que puede impulsar un endurecimiento de la política monetaria; depreciación de la lira turca y el peso mexicano; deterioro del mercado inmobiliario, así como cambios en las políticas regulatorias o gubernamentales. Esa es la retahíla de amenazas que recoge el BBVA en su informe anual registrado ante la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC), un docu...
Deterioro de la actividad económica, con riesgo de recesión incluso; una inflación persistente que puede impulsar un endurecimiento de la política monetaria; depreciación de la lira turca y el peso mexicano; deterioro del mercado inmobiliario, así como cambios en las políticas regulatorias o gubernamentales. Esa es la retahíla de amenazas que recoge el BBVA en su informe anual registrado ante la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC), un documento en el que advierte asimismo del impacto adverso que puede tener la “creciente carga fiscal” en España. Por otro lado, sobre la transformación digital, adelanta que la aceleración hacia modelos de banca online puede requerir cambios: “Incluido el cierre, reestructuración o venta de sucursales, así como reducciones significativas de empleados”.
Sobre la factura impositiva, el grupo que dirige Carlos Torres recuerda las modificaciones que se han realizado. “Los gobiernos de diferentes jurisdicciones, incluida España, están buscando nuevas fuentes de financiación y recientemente se han centrado en el sector financiero”, argumenta la entidad. Entre estos cambios incluye la creación de nuevos impuestos —el gravamen extraordinario a la banca y la tasa sobre las transacciones financieras— y un incremento de los tipos existentes —por ejemplo el mínimo efectivo de Sociedades del 18% para la banca, así como el pago de un 5% de los dividendos obtenidos en el extranjero—. “La creciente carga fiscal que enfrenta el grupo puede tener un efecto material adverso en su negocio, situación financiera y resultados”, esgrime el documento.
Sobre España, además, el informe remitido a la SEC señala la incertidumbre que existe de cara a las próximas elecciones generales de final de año. “Cualquier cambio adverso que afecte las condiciones políticas, económicas y sociales en España podría tener un efecto material adverso”, dice el texto.
Por otro lado, el documento hace hincapié en los países emergentes (el BBVA genera la mayor parte de sus ganancias en estos mercados) y las dudas que puedan generar a los inversores: “El grupo tiene operaciones significativas en varios países emergentes, como México y Turquía, por lo que es vulnerable a cualquier deterioro en estos países”.
El caso de Turquía es especial, tanto por el aumento reciente de la participación en su filial Garanti (tiene una participación del 85,97%), como por la situación económica complicada del país. De hecho, el BBVA tuvo que aplicar la contabilidad por hiperinflación en este mercado, lo que le ha restado la mayoría del empuje que da Turquía a los beneficios del grupo. Al drama de una espiral alcista de precios desbocada hay que añadir la fuerte depreciación de la lira turca. Y, más reciente, el golpe de los terremotos sufridos en el país, lo que profundizará sus dificultades económicas. “Además de las enormes pérdidas humanas, se espera que los terremotos y la respuesta del Gobierno aumenten la inflación y los riesgos presupuestarios”, advierte la entidad.
El riesgo de nuevas subidas de tipos
Sobre la economía mundial, el informe recoge como el principal riesgo las agresivas subidas de tipos de interés adoptadas por los bancos centrales. Estas, reconoce, se explican por la presión inflacionaria, pero avisa: “Podría provocar una importante desaceleración del crecimiento, o una fuerte recesión económica, así como una crisis financiera”.
Se trata así de un efecto en cadena. El origen de todo es la inflación, que está siendo más persistente de lo esperado. Y esto, a su vez, es lo que puede desencadenar subidas de tipos aún más severas. Una medida para frenar la espiral alcista de precios, aunque existe el riesgo de que los bancos centrales se pasen de frenada y enfríen la economía demasiado.
Para el sector financiero, la subida de tipos es en un primer momento positiva, ya que ayuda a un incremento de los ingresos vía margen de intereses. Sin embargo, la fiesta no será eterna: “Aumentos adicionales en los tipos de interés podrían afectar negativamente al grupo al reducir la demanda de crédito, limitar su capacidad de generar crédito para sus clientes e incrementar la tasa de impagos”, zanja el BBVA.
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