Las grandes automovilísticas paran de nuevo por la falta de materiales
Las plantas de Stellantis en Zaragoza y en Vigo interrumpen este fin de semana su actividad, mientras que la fábrica de Volkswagen en Navarra cerrará el próximo 2 de septiembre
La crisis de suministros no da tregua a la industria de la automoción. La rápida reanudación de la actividad tras el parón de la pandemia disparó la demanda de semiconductores y las fábricas no han dado abasto. La escasez de componentes —desde botones para el volante y el salpicadero, hasta módulos para el sistema del sonido— sigue atrasando la vuelta a la normalidad en las grandes automovilísticas, que aún se ven obligadas a paralizar puntual...
La crisis de suministros no da tregua a la industria de la automoción. La rápida reanudación de la actividad tras el parón de la pandemia disparó la demanda de semiconductores y las fábricas no han dado abasto. La escasez de componentes —desde botones para el volante y el salpicadero, hasta módulos para el sistema del sonido— sigue atrasando la vuelta a la normalidad en las grandes automovilísticas, que aún se ven obligadas a paralizar puntualmente su producción. “Con la crisis sanitaria y la guerra en Ucrania se han ido encadenando situaciones que nadie podía prever. El panorama ha mejorado con respecto a principios de año, pero todavía está tensionado. Hasta finales de año seguiremos con coletazos, porque tendremos un otoño caliente por la alta inflación”, apunta Jordi Carmona, secretario sectorial de Industria Automovilística de UGT.
Ante la inestabilidad en el aprovisionamiento de piezas, la planta de Volkswagen en Navarra cerrará el próximo 2 de septiembre, cuando se aplicará un ERTE. La falta de suministros ha incrementado el número de coches cuya fabricación todavía está incompleta que están aparcados en las explanadas de la fábrica. En lo que va de año, el centro acumula una decena de jornadas de interrupción de su actividad. “Hay una incertidumbre tremenda. Cada jueves convocamos a los sindicatos para comunicarles cómo se trabajará la semana siguiente. El plan es este desde inicio de año y no se pueden hacer previsiones a corto plazo. Los equipos logísticos nos comunican que cada día es una pelea para conseguir piezas”, advierten fuentes de la empresa. A finales de diciembre, la fábrica contaba con unos 4.600 trabajadores.
Las dificultades de abastecimiento perjudican a la industria en su conjunto. En la planta de Stellantis en Figueruelas (Zaragoza), la paralización de la producción ha comenzado a las diez de la noche del jueves y se extenderá a todos los turnos del viernes y al del sábado por la mañana para volver a retomar la actividad el lunes. Desde la fábrica, que cuenta con más de 5.000 trabajadores, informan de que las rupturas en la cadena se han suavizado con respecto a hace ocho o nueve meses, pero el problema en la industria sigue allí. “Hemos aprendido a trabajar con mucha flexibilidad y a reaccionar muy rápido a las faltas de componentes. Mandamos calendarios a los proveedores con antelación, pero llega un momento en el que faltan ciertas piezas y no se puede mantener la producción. Nos nutrimos de muchos suministradores y con que uno falle la cadena se desmorona”, agregan. La planta de Vigo del mismo grupo automovilístico, con casi 6.000 empleados, también vuelve a parar su fabricación hasta el martes, tras reanudar la actividad hace pocos días al regresar de las vacaciones de verano.
En cambio, en la fábrica de Seat en Martorell (Barcelona), donde trabajan alrededor de 7.000 empleados, aún es temporada de descanso. De forma excepcional, esta semana ha estado en marcha una de las tres líneas de producción para recuperar el volumen de fabricación de vehículos que no se ha alcanzado durante el resto del año. Pero, a partir del lunes está previsto que los trabajos se retomen a su ritmo habitual. Sus trabajadores estuvieron en ERTE desde septiembre hasta junio y la firma alerta de que el suministro de componentes se mantiene muy volátil. “Todavía estamos lejos de la normalidad, aunque los problemas deberían resolverse de manera gradual en los próximos meses. De aquí a finales de año no descartamos cancelar otros turnos de producción. Seguiremos evaluando la situación en el día a día”, señalan desde la planta.
Las continuas tensiones en la cadena de abastecimiento han impulsado a la dirección de la fábrica de Ford de Almussafes (Valencia) a modificar la fechas de cuatro días de ERTE previstos para finales de agosto y principios de septiembre. La suspensión de los turnos de este viernes pasa al próximo miércoles, y la de los días 2 y 5 de septiembre se trasladan al 22 y 23 de ese mes. Según ha informado UGT, sindicato mayoritario en el comité de empresa de Ford, la multinacional automovilística ha indicado que estas tensiones se han visto agravadas por la guerra de Ucrania y las incidencias en el tráfico marítimo. Los confinamientos en Shanghái durante el mes de mayo por la política de cero covid provocó un atasco de contenedores en el puerto de la ciudad china, el mayor de carga en el mundo. “Se fletan transportes extraordinarios para intentar no parar, pero llega un momento en el que no lo puedes evitar”, añaden fuentes del sindicato.
Según la Asociación Española de Fabricantes de Vehículos (Anfac), la producción de vehículos en España cayó en 2021 un 25,6% respecto a 2019. La entidad aún no se atreve a hacer una estimación para este año, ya que dependerá de la disponibilidad de chips. Carmona confía en que la regularización del sector se haga más patente a partir del año que viene, salvo que no haya otras sorpresas. Además, la federación de Industria de UGT pide al Ministerio de Industria que, más allá de poner en marcha soluciones temporales—como la implementación de los ERTE, que evitó una debacle laboral—, trabaje en propuestas a largo plazo para que la transformación del sector hacia el coche eléctrico no tenga graves repercusiones en el empleo. “La fabricación de un vehículo eléctrico necesita menos mano de obra con respecto a uno de combustión”, zanja.