Los 20 millones de euros de la estafa de Fórum Filatélico que nadie reclama
El plazo para solicitar los últimos fondos para los afectados por la compraventa fraudulenta de sellos vence el 30 de noviembre con muchos afectados que renuncian a su dinero
Ana (nombre ficticio) suspira mientras repasa unas hojas que guarda en varias carpetas. La jubilada pide proteger su identidad, que sí aparece en esas cartas y documentación coronadas por un lustroso Fórum Filatélico, la entidad que le estafó una cifra de la que habla en “millones de pesetas” y que prefiere no revelar. Esta vallisoletana llegó a esta empresa mediante una antigua compañera que, sin saber que esta acabaría quebrando, le recomendó depositar mensualmente durante 10 años una suma que le granjearía un estupendo complemento a su pensión. Quedaban dos meses para que empezara a recibir...
Ana (nombre ficticio) suspira mientras repasa unas hojas que guarda en varias carpetas. La jubilada pide proteger su identidad, que sí aparece en esas cartas y documentación coronadas por un lustroso Fórum Filatélico, la entidad que le estafó una cifra de la que habla en “millones de pesetas” y que prefiere no revelar. Esta vallisoletana llegó a esta empresa mediante una antigua compañera que, sin saber que esta acabaría quebrando, le recomendó depositar mensualmente durante 10 años una suma que le granjearía un estupendo complemento a su pensión. Quedaban dos meses para que empezara a recibir lo acordado cuando Fórum Filatélico fue intervenido en mayo de 2006 y se destapó una colosal estafa piramidal que afectó a unas 270.000 personas.
El Tribunal Supremo confirmó el año pasado penas de prisión para 16 integrantes de la cúpula de Fórum, con el expresidente Francisco Briones, condenado a 11 años y 10 meses de cárcel, como principal señalado. Briones, el exasesor de la compañía Juan Ramón González y la empresa debían responder económicamente ante las víctimas, si bien en los últimos años los perjudicados apenas han obtenido un 23,5% de sus pérdidas porque no hay más fondos. Este martes 30 de noviembre vence el plazo para que los inversores embaucados reclamen su dinero ante la administración concursal que se hizo cargo de Fórum. La suma pendiente asciende a 19,76 millones de euros y cientos de perjudicados, muchos de ellos desinformados, aún no han reivindicado su parte. Ana es uno de ellos: se rindió hace años porque no veía forma de acceder a esos ahorros depositados pacientemente. Tanto jaleo la superó. La administración concursal ha rechazado pronunciarse ante EL PAÍS porque declina las “relaciones directas con los medios”.
El abogado Francisco Llanos, de la Asociación para la Defensa de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), explica frente al antiguo local de Fórum Filatélico en Valladolid, que lleva abandonado desde su hundimiento, que la mayor parte de los acreedores que no han pedido este dinero han perdido el nexo con la entidad por los cambios en los números de cuenta o las concentraciones bancarias, de modo que la administración concursal no ubica a miles de implicados. Así, los casi 20 millones pendientes “tienen nombre y apellido”. Otro problema es que muchos de quienes no reclamaron han fallecido y esa inversión no se ha considerado en las herencias, por lo que se pierde el rastro. Llanos entiende la desazón popular pero avisa de que haber logrado recaudar ese porcentaje “no está mal”, pues en muchas estafas similares no se obtiene nada.
El experto destaca que el 20 de noviembre venció el plazo de alegaciones para quienes están personados en el concurso y el 30 para pedirlo a la administración, que consignará esa suma en el juzgado de lo mercantil 7 de Madrid, que ha seguido este proceso desde sus inicios. El letrado de Adicae apunta que los usuarios aún pueden enviar su petición a la administración o, en el futuro, reclamarlo al juzgado y recibirlo mediante mandamiento judicial.
Tanto Llanos como Marisa Fernández, una afectada que ha creado una asociación de afectados por Fórum Filatélico, coinciden en que la administración concursal sí ha intentado devolver lo pertinente a los estafados. Fernández lamenta que “muchas familias metieron herencias o ahorros de toda la vida de los mayores” y se quedaron sin nada, si bien critica a las personas de mediana edad que en este tiempo “no se han enterado” de cómo proceder o no han “mirado su banco” para ver si tienen ese ingreso. La mujer comprende que haya ancianos que “por vergüenza” no confesaran lo ocurrido con sus ahorros, pero denuncia que ante una estafa de este calibre haya quienes no se hayan molestado en pedir lo que era suyo mientras miles de personas perdían inversiones de años. Más le indigna la aquiescencia con la que los gobiernos o las instituciones públicas trataron a la empresa sin percibir durante años que era fraudulenta: “Fórum Filatélico era la leche, no un chiringuito perdido en la esquina”.
Una de las víctimas despistadas es Antonio Nacher, pintor en Valladolid. Afirma que se enteró de que el plazo vencía próximamente mientras trabajaba con una clienta también perjudicada. Nacher, que había recibido dos pagos, siente que no ha habido la suficiente comunicación por parte de la entidad y se ha apresurado en demandar ese último cobro del 3% con el que espera “cerrar un círculo”. Él no se vio tan afectado como otros, “que tienen un pufo gordo”, pero cualquier ingreso de esa suma que creía desaparecida es bienvenido: “Yo lo daba por perdido”. La pensionista Ana asume que sus inversiones jamás volverán y añade que también sufrió el fraude de las acciones bancarias preferentes. Sus dos grandes apuestas salieron mal y hoy prefiere pasar página y seguir con su vida tranquila: “Yo solo sé que se lo llevaron todo, hijo”.
El escándalo de Fórum Filatélico estalló el 9 de mayo de 2006, cuando la policía accedió a las sedes de Fórum y del grupo empresarial Afinsa por orden de la Audiencia Nacional para intervenirlos. En el aire quedó el dinero de unas 270.000 personas que confiaron en los sellos como inversión. El magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska (hoy ministro del Interior) les procesó por delitos de estafa piramidal y blanqueo de dinero por un engranaje fraudulento que ofrecía unos intereses de un 6%, superiores a los de las entidades bancarias de entonces, por la compraventa de lotes sobrevalorados de productos filatélicos. La burbuja estalló cuando los nuevos ingresos que sustentaban los pagos anteriores se desinflaron y revelaron un agujero de 3.000 millones de euros. La estafa piramidal había funcionado durante 27 años y había generado prestigio a un grupo que patrocinó al club de baloncesto de Valladolid, donde había unos 10.000 afectados, y organizaba pomposas galas con ilustres invitados.