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Cuentas bancarias, o la gratuidad condicional

Las entidades suelen pedir algún tipo de vinculación para no cobrar por estos productos

Un ciudadano camina frente a una sucursal bancaria, el pasado abril.
Un ciudadano camina frente a una sucursal bancaria, el pasado abril.

Lo que hasta hace poco parecía absurdo, es decir, pagar por tener una cuenta bancaria que no ofrece ninguna remuneración, ya es realidad. Ante la merma de rentabilidad generada por la crisis del coronavirus y la política de tipos de interés cero del Banco Central Europeo (BCE), la respuesta de las entidades ha sido modificar las condiciones de este producto, entre otros. De esta forma, el cobro de una tarifa a los clientes por tener una cuenta con su banco se ha convertido en un hecho cada vez más habitual. Las ofertas gratuitas en este ámbito siguen existiendo, pero, para evitar sorpresas, los expertos aconsejan mirar con lupa las demás condiciones de la cuenta antes de contratarlas.

El fenómeno no es del todo nuevo. “En épocas de tormenta, la banca tiende a utilizar las comisiones para sacar rentabilidad, como ocurrió en la crisis financiera de 2008. Aun así, todavía quedan cuentas gratuitas”, asegura María Pérez, directora de Operaciones de Afinia Digital, una empresa de marketing de afiliación.

Es el caso, entre otros, de la cuenta Imagin de ImaginBank. Enfocada a un público joven, Pérez subraya que este producto ofrece todos sus servicios online (entre ellos, las tarjetas), sin comisiones de mantenimiento o administración, y sin exigir ningún requisito para su contratación. Una de sus mayores ventajas es que permite retirar efectivo en los más de 9.600 cajeros de Caixa Bank en todo el territorio español.

Otro de los productos que Pérez señala por tener unas de “las mejores condiciones del mercado” es la cuenta corriente Open de Openbank. Al igual que la anterior, esta tampoco tiene comisiones de apertura, mantenimiento o cancelación. Las transferencias dentro de la UE son gratuitas y la tarjeta de débito no tiene costes añadidos. Openbank tiene a su disposición todos los cajeros de Banco Santander gratis para ingresar y disponer dinero.

En todos los demás casos, el cliente potencial no debería descuidar nunca las condiciones en las que se basa la gratuidad del producto. La cuenta nómina de ING, por ejemplo, es una de las tradicionalmente conocidas por no tener coste alguno a cambio de su mantenimiento, ni tampoco comisiones por apertura. Todos sus productos y servicios, incluidas las tarjetas, son gratis y es posible quedarse en números rojos durante dos días sin pagar nada. No obstante, para contratarla, la nómina, la pensión o los ingresos que obligatoriamente se domicilian en ella tienen que ascender a 700 euros mensuales, al menos.

Nómina o productos asociados

Muchas entidades, por el contrario, han decidido cobrar al cliente por tener una cuenta. Pese a ello, aún es posible esquivar algunas de las comisiones de los bancos al comparar las ofertas y al fijarse en los requisitos que las entidades exigen para contratarlas, una vez más. De entre estos productos, Pérez desgrana aquellos que, en su opinión, tienen los requisitos menos gravosos.

Si la cuenta corriente Única de Banco Mediolanum no tiene costes de mantenimiento durante los tres primeros meses, por ejemplo, también es cierto que, una vez transcurrido este periodo, será necesario tener unos ingresos mensuales superiores a 700 euros o contratar algún producto de gestión por un importe superior a 3.000 euros, para evitar abonar cinco euros cada mes. Al cumplir estos requisitos, todas las tarjetas son gratuitas y se aplica un interés nominal del 1,75% anual durante los tres primeros meses.

Otro ejemplo es la cuenta One de Santander, que sustituye a la antigua 123, y que requiere la domiciliación de una nómina de al menos 600 euros o una pensión de al menos 300 euros al mes y tener tres recibos domiciliados o hacer uso de las tarjetas. Además, se deberá contratar un producto de ahorro (con un saldo mínimo de 5.000 euros), financiación o protección con una prima superior o igual a 120 euros anuales. En el caso de no cumplir estas condiciones, el banco aplicará una comisión de 20 euros al mes.

Asimismo, para disfrutar de los servicios de la cuenta Expansión de Banco Sabadell será mejor domiciliar una nómina o un ingreso regular por un importe mínimo de 700 euros o una pensión, y tener un seguro o un préstamo o disponer de 10.000 euros en fondos de inversión. Ello permite evitar desembolsar 10 euros al mes por el mantenimiento de la cuenta. Única excepción: los clientes con una edad de entre 18 y 29 años no tendrán que asociar ingresos, siempre y cuando la cuenta tenga saldo positivo.

Otra cuenta que menciona Pérez es la Estrella de CaixaBank. La entidad cobra una cuota trimestral de 60 euros por su mantenimiento, si no se tienen unos ingresos mensuales de 600 euros asociados a la cuenta, al menos, una pensión de 300 euros, o más de 20.000 euros en algún producto de inversión o ahorro, y la domiciliación de al menos tres recibos o no se realizan tres compras al trimestre con la tarjeta. Si se cumple solo el requisito de ingresos, la comisión trimestral ascenderá a 15 euros.

Sin cajeros propios

En el marco de un general encarecimiento de las cuentas bancarias, sin embargo, destacan por su política de gratuidad los llamados neobancos, es decir, las entidades 100% online que emiten tarjetas de débito, y que han surgido en los últimos años, al calor de la digitalización del sector. La única desventaja —si se exceptúa el hecho de dirigirse casi solo a un público joven o más familiarizado con las nuevas tecnologías— es que ninguno de ellos dispone de cajeros propios, lo que puede acarrear el cobro de comisiones por la retirada de efectivo.

Ejemplo de ello es la cuenta estándar de N26, una entidad alemana que fue entre las primeras entidades a operar exclusivamente por internet. Este producto ofrece todos sus servicios sin comisiones de mantenimiento o de apertura, no pide ningún requisito de ingresos, pero solo permite sacar dinero de cajeros de forma gratuita tres veces al mes. Una vez sobrepasado este techo, el coste por cada nueva retirada será de dos euros. En el caso de otras cuentas con límites menos estrictos, N26 pide una permanencia de 12 meses y una tarifa mensual que va desde los 9,90 euros hasta los 16,90 euros.

En el caso de Revolut, su cuenta básica ofrece la retirada de hasta 200 euros en efectivo, una tarjeta de débito y una transferencia internacional gratis al mes. Si el cliente lo desea, puede vincular a este producto una cuenta Junior sin coste adicional. Eso sí, habrá que pagar el envío de la tarjeta y comisiones a partir de la tercera retirada de efectivo al mes. Al igual que N26, Revolut también tiene cuentas prémium, a cambio de una tarifa mensual.

Para abrir la cuenta estándar de Bnext, otro neobanco, los únicos requisitos son ser mayor de edad y tener DNI. Todos sus servicios son gratis. Entre ellos, se encuentra una tarjeta de prepago sin coste alguno. Las retiradas de efectivo mensuales sin que se apliquen recargos son tres. Su cuenta prémium tiene hasta tres tarjetas vinculadas y permite añadir una cuarta por 4,50 euros.

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