Los analistas ven “optimista” el cálculo del Gobierno sobre el impacto de las ayudas europeas en la economía
El Ejecutivo espera que la inversión con los fondos de Bruselas ascienda a 25.000 millones en 2021, impulsando así el crecimiento 2,6 puntos hasta el 9,8% del PIB
El Gobierno acaba de echar un jarro de agua fría sobre la economía española. Las restricciones de movimientos y los cada vez más habituales brotes del coronavirus le obligaron el martes a elevar la cuantía del desastre, con un desplome del PIB para este año del 11,2%. Pero en el horizonte se divisa una buena noticia: ...
El Gobierno acaba de echar un jarro de agua fría sobre la economía española. Las restricciones de movimientos y los cada vez más habituales brotes del coronavirus le obligaron el martes a elevar la cuantía del desastre, con un desplome del PIB para este año del 11,2%. Pero en el horizonte se divisa una buena noticia: la llegada de los fondos europeos que permitirán impulsar la actividad en 2021. El problema es que para calcular ese impacto, el Ejecutivo se ha puesto en el mejor escenario. Y diversos analistas coinciden en que será difícil que se cumplan todos los requisitos para alcanzar las previsiones oficiales.
Según las estimaciones presentadas por las ministras de Economía y Hacienda, Nadia Calviño y María Jesús Montero, el maná procedente de Bruselas permitirá elevar el crecimiento en 2021 al 9,8%, a 2,6 puntos de PIB de distancia del 7,2% que se registraría si no hubiera ayudas externas. Es un impulso muy fuerte que se basa en el cálculo que hace el Gobierno de que cada euro de inversión de dinero europeo repercutirá en el crecimiento en 1,2 euros. Pero ese impacto, que los expertos consultados consideran optimista, es mayor del que calculaba hace unas semanas el Banco de España.
En el Ministerio de Economía explican que han hecho los cálculos basándose en los proyectos concretos que recibirán los fondos europeos, unas inversiones que el Gobierno ya conoce y que el miércoles tiene previsto presentar el presidente Pedro Sánchez. Por eso, asegura una portavoz oficial, la metodología del ministerio es más ajustada que la del Banco de España.
Pero para que se cumplan esos pronósticos tienen que darse varios condicionantes: que España reciba los 25.000 millones de euros que espera de Europa, que sea capaz de invertirlos a lo largo de 2021. Y que además lo haga en proyectos con alto valor añadido, en los que su efecto multiplicador sea tan alto como calcula el Gobierno.
“La previsión entra dentro de lo posible, pero está claramente en la parte optimista del rango”, comienza Ángel Talavera, de Oxford Economics. Este analista ve sobre todo problemática la capacidad del Gobierno de absorber y ejecutar esos 25.000 millones. “Los proyectos tienen que ser enviados a Bruselas y aprobados basado en unos objetivos impuestos por la Comisión Europea, por lo que es de esperar un proceso relativamente largo. Creo más probable que el impacto de los fondos se vea con más fuerza a partir de 2022 en adelante”, añade.
Una opinión parecida tiene María Jesús Fernández, de Funcas. “A primera vista el multiplicador me parece un poco alto. Nosotros lo calculamos ligeramente por debajo del uno, y el Gobierno lo eleva a 1,2. Pero aún más difícil me parece la capacidad de gastar tanto dinero en tan poco tiempo”, concluye la economista. Rafael Domenech, de BBVA Research, considera realista la previsión de un repunte del PIB en 2021 del 7,2% si no hubiera ayudas europeas. La mejora de 2,6, asegura este experto, “debe interpretarse como un objetivo aspiracional si se dan una serie de circunstancias”. “El reto es sacar el máximo partido al plan de recuperación, si realmente queremos aprovechar la oportunidad para transformar nuestra economía y corregir las debilidades estructurales”, concluye Domenech.
La Airef ha dado el visto bueno a las cuentas presentadas por el Gobierno. Pero coincide con los analistas consultados en que los escenarios planteados son alcanzables solo “si confluyen circunstancias favorables tanto en la evolución de la pandemia como en la ejecución e impacto de los fondos recibidos a través de los fondos europeos”. La autoridad fiscal también habla del riesgo de “escenarios menos benignos que llevarían a menores tasas de crecimiento”.
El Fondo Monetario Internacional publicó este lunes un estudio que también incide en el importante efecto que la inversión tiene para sacar a la economía internacional de la crisis. Según los técnicos del Fondo, en tiempos de incertidumbre como los actuales los efectos benéficos son aún mayores: aseguran que si los Gobiernos de los países avanzados y en desarrollo gastaran un 1% más del PIB en industrias competitivas, la economía crecería 2,7 puntos más, el empleo lo haría 1,2 puntos y la inversión privada remontaría más de 10 puntos.
A mediados del pasado septiembre, el Banco de España hizo públicas sus propias previsiones. Y además de dar una horquilla de crecimiento ligeramente más pesimista que la del Gobierno -con una caída este año de entre el 10,5% y el 12,6%-, el organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos aseguraba que el impacto positivo de las ayudas europeas podría ser muy positivo siempre se que los proyectos se ejecuten bien y se dediquen más a inversiones y no tanto a gasto corriente. Pero incluso en ese caso, los multiplicadores que ofrecía el Banco de España eran inferiores a los que ahora da el Ministerio de Economía. Habrá que esperar a finales del próximo año para saber qué pronósticos se acercan más a la realidad.
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