El dilema de los hoteleros: abrir o no este verano
Muchos establecimientos vacacionales permanecen cerrados porque para conseguir ganancias tienen que lograr ocupaciones del 30% o 40%, que todavía no alcanzan
Con más pausa que prisa, poco a poco, algunos hoteles españoles van reabriendo sus puertas. La mayoría de las grandes cadenas aún no han levantado sus persianas. Lo harán a finales de este mes o primeros de julio, a menudo después de comprobar cómo evolucionan los establecimientos que tienen operativos en otros países más avanzados en la contención de la crisis sanitaria. La demanda es la que marca el ritmo de la desescalada hotelera y, según Jorge Ma...
Con más pausa que prisa, poco a poco, algunos hoteles españoles van reabriendo sus puertas. La mayoría de las grandes cadenas aún no han levantado sus persianas. Lo harán a finales de este mes o primeros de julio, a menudo después de comprobar cómo evolucionan los establecimientos que tienen operativos en otros países más avanzados en la contención de la crisis sanitaria. La demanda es la que marca el ritmo de la desescalada hotelera y, según Jorge Marichal, presidente de la patronal del sector, CEHAT, “las reservas para julio y agosto en los productos de sol y playa siguen un poco paradas”, en tanto que hay “gran demanda” de turismo interior y de naturaleza, en alojamientos pequeños. “Es difícil saber el porcentaje de establecimientos que estarán abiertos este verano con el nivel de incertidumbre que tenemos, pero si fuesen más del 50% sería un éxito”, avanza.
Los hoteleros echan cuentas para saber si compensa arrancar o permanecer cerrados, como harán muchos que dan la temporada por perdida, según Marichal. Números difíciles con la poca visibilidad de la demanda de que disponen ahora mismo, coinciden el director de operaciones de Meliá Hotels International, André Gerondeau, y el consejero delegado del Grupo Inversor Hesperia, Jordi Ferrer. Sus alojamientos, dicen, llevan tan solo una o dos semanas recibiendo más reservas que cancelaciones. Andalucía, especialmente Cádiz, donde un hotel en Sancti Petri será el primero en operar el próximo día 22; Huelva y Málaga van a buen ritmo para Meliá, que espera tener funcionando 50 hoteles vacacionales entre el 1 y el 15 de julio. “Serán los primeros en atraer la demanda nacional porque de la internacional no se sabe nada seguro todavía”, según Gerondeau. Le seguirán Levante, Baleares y Canarias, por ese orden.
En el caso de Hesperia, las reservas de La Manga Club, en Murcia, son las que mejor evolucionan. La cadena reabrirá el complejo el 1 de julio para llegar un mes después a 12 hoteles en operativos en destinos urbanos pero con turismo vacacional (A Coruña, San Sebastián, Mallorca, Barcelona...). “Aunque, si llega el momento de la apertura y no hay mucha demanda, habrá que aplazarla”, avanza Ferrer. Como hizo Barceló en Estados Unidos, donde la baja ocupación en Nueva York y Chicago les obligó a cerrar, decía en un reciente webinar del IESE Raúl González, consejero delegado de la cadena, que abrirá paulatinamente sus hoteles, primero los andaluces, a partir de finales de este mes.
Durante los más de tres meses que van a pasar cerrados, los alojamientos solo generan gastos. Por eso es importante retomar la actividad para perder menos dinero y sacar a sus empleados de los ERTE escalonadamente. Así lo cree Meliá, que no va a aguardar a una ocupación de entre 28% y el 35%, que es la que marca el punto de equilibrio a partir del cual empieza a generar beneficio (en función de la categoría del hotel y su nivel de servicios). “Perdemos dinero con los hoteles cerrados, por ello en lugar de esperar al punto muerto o break even, optaremos por el break open, cuando perdamos menos dinero abiertos que cerrados, que orientativamente alcanzaremos con ocupaciones del 20% o 25%”, explica Gerondeau. El directivo sostiene que eso les proporciona una ventaja en destinos en los que disponen de varios hoteles: “Es más fácil escalonar las aperturas. Concentrar a los clientes en un hotel y, conforme se llena, abrir el siguiente”.
En Hesperia el equilibrio se obtiene con un 30% de reservas y en Globalia con alrededor del 40%, según Antonio de la Fuente, director de recursos humanos de la compañía. Ambas firmas esperarán llegar a ese punto para empezar a trabajar. Porque, como indica Gerondeau, “si nuestro nivel óptimo de reservas es de dos millones de euros diarios, hoy estamos en 500.000”.
“Los hoteleros irán arrancando en función de las reservas que tengan y de forma flexible si cuentan con varios establecimientos. Quienes tengan hoteles en propiedad contarán con una ventaja competitiva porque se ahorrarán el segundo coste más importante, el del alquiler del inmueble, que puede suponer el 26% del gasto operativo total. Es el segundo más relevante, por detrás del de personal, que ronda el 35%”, explica Miguel Vázquez, director de Hoteles de Colliers International.
Desventajas
“Todos los operadores piensan que las reservas de los españoles llegarán a última hora y que la temporada de verano se prolongará hasta el 30 de septiembre. Pero la certeza es nula”, apoya Coré Martín, responsable de inversión de Christie & Co. Mientras tanto, países competidores, como Francia e Italia, “aprietan”. “Ambos han dado ayudas directas al turismo, pero España no. El Gobierno está poniendo muy difícil a los hoteleros manejar la gestión de sus alojamientos. Con incertidumbres respecto a la duración de los ERTE o la apertura de fronteras”, continúa Inmaculada Ranera, directora general de la consultora. “Ir por detrás cuando somos líderes es una desventaja evidente. Hay que tomar decisiones claras y muy rápidas porque lo peor que le puede pasar al turismo es que se convierta en el sector de las gangas como ocurrió en la anterior crisis”, agrega.
Las ofertas de precios se prodigan ya. Rebajas del 30% para atraer turistas en un verano que Meliá prevé sea corto, con ajuste de precios y sin saber si los hoteles pueden ir abriendo y cerrando áreas en función de la demanda. “Algunos hoteles tendrán un par de meses positivos, pero será muy difícil rentabilizar el conjunto del verano, más aún teniendo en cuenta el coste del cierre y el arranque y de las medidas sanitarias”, dice Gerondeau. El directivo de Hesperia agrega: “No esperamos tener rentabilidad sino perder menos dinero y aguardar el largo camino hacia la recuperación”. “Ya llegamos tarde, pero si esperamos una semana más para tomar medidas, perderemos la temporada completa”, avisa Jorge Marichal. Según Miguel Vázquez, “este va a ser el primer año en el que se van a producir pérdidas en el sector vacacional. Los hoteleros de Baleares no las han tenido en su vida”.
Los inversores oportunistas llaman a la puerta
Inversores oportunistas acechan ante las previsibles dificultades de los hoteleros. Quieren descuentos de precios del 30% sobre las valoraciones previas a la covid-19. Pero, de momento, el mercado de la compraventa de inmuebles continúa parado, confirman Christie & Co y Colliers. Ambas consultoras recuperan operaciones que dejaron congeladas antes del confinamiento. Y están a punto de cerrar alguna con rebajas importantes. A falta de visibilidad sobre los precios porque no hay operaciones, Inmaculada Ranera, directora general de Christie, prevé que a partir de septiembre habrá dos mercados: uno con descuentos del 10% o 15%, y otro con grandes gangas. Existe una liquidez altísima, aunque el último trimestre será flojo en transacciones y 2020 un año malo, aprecia Miguel Vázquez, de Colliers. Con unas empresas mejor capitalizadas que en la crisis de 2008, “no va a haber grandes oportunidades para los fondos oportunistas”, prevé.
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