Objetivo 1%. Es el reto que se ha marcado el Grupo Volkswagen para reducir las emisiones globales de CO2 y aportar su contribución a la lucha contra el cambio climático. La meta está en 2050, cuando todos sus proveedores, las fábricas, los procesos de producción y los vehículos que entregue el líder del mercado mundial del automóvil (10.83 millones de unidades vendidas en 2018), tengan unas emisiones 100% neutras de CO2. Y la entrada en producción del nuevo ID.3, su primer eléctrico de fabricación masiva, en la factoría de Zwickau, simboliza el comienzo de esa nueva era, porque será el primer automóvil con huella neutra de CO2
Del coche sin emisiones al ciclo de vida 100% neutro en CO2
Es el cambio de paradigma que se ha propuesto VW y que tarde o temprano deberán seguir otros consorcios automovilísticos y el resto de sectores industriales para luchar contra la gran amenaza del siglo XXI.
Pero en la industria de las cuatro ruedas supone una transformación en 360 grados, porque no solo implica pasar del coche térmico al de emisiones Zero, sino lograr el CO2 neutral en su ciclo de vida completo. Es decir, desde la extracción y procesamiento de las materias primas con que se elaboran sus componentes, a la fabricación y montaje del coche, la energía consumida en el uso diario durante toda su vida útil y el reciclaje final de los componentes.
El resultado en el caso del consorcio alemán es el compromiso de reducir nada menos que el 1% de las emisiones globales de este gas cuando culmine su hoja de ruta en 2050.
El paraguas ambiental "goTOzero"
Es el programa calendarizado que agrupa las iniciativas del Grupo Volkswagen para reducir las emisiones de CO2 de su flota, casi 11 millones de vehículos nuevos fabricados al año en 122 plantas de todo el mundo den 2018. Se resume así.
- A partir de 2020 las emisiones medias de CO2 de su flota en Europa bajarán a 95 g/km de CO2, frente a 123 g/km en 2018.
- En 2025 las plantas reducirán un 45% las emisiones de CO2 por vehículo producido respecto a 2010. En 2018 ya habían bajado en un 25% desde la misma fecha.
- En 2025 la huella de carbono del Grupo por vehículo producido a lo largo de su ciclo de vida se reducirá en un 30% respecto a 2015.
- En 2030 el Grupo Volkswagen reducirá las emisiones medias de CO2 de su flota de turismos nuevos a 74 g/km.
- El 40% de las ventas del Grupo VW en 2030 serán vehículos eléctricos.
- Volkswagen se compromete a desarrollar sistemas efectivos para monitorizar el impacto ambiental de sus soluciones de movilidad a lo largo de todo su ciclo de vida.
La revolución de Zwickau: de 158.000 toneladas de CO2 a 53.000 en solo 8 años
Aunque la lucha por reducir el consumo de energía de las factorías lleva ya años en marcha en el Grupo VW, sobre todo desde 2011 con el plan Think Blue, la carrera por lograr la neutralidad ambiental ha entrado ahora en fase de aceleración. Y es que Zwickau, la fábrica de Sajonia donde se producían los legendarios Trabant que motorizaron a la Alemania del Este hasta la caída del muro, está culminando una profunda transformación para conseguir la neutralidad medioambiental y fabricar 330.000 coches eléctricos. Empezando por el ID.3, que empieza a salir ahora de sus líneas.
De entrada, desde 2010 y a pesar de haber elevado un 3% la producción, se han eliminado ya el 66% de sus emisiones de CO2, lo que supone pasar de 158.000 a 53.000 toneladas en solo 8 años. Un tercio se ha conseguido utilizando energías verdes, otro tercio con una central de ciclo combinado, una cuarta parte por mejoras de eficiencia y el resto con producción propia de energía eólica y fotovoltaica.
Pero se sigue trabajando para mantener una mejora continua que las acerque pronto al deseado cero, con especial atención a la climatización y sobre todo a las instalaciones de pintura. Y es que esta última fase supone ya del 50% al 60% del consumo de energía de las fábricas de automóviles modernas, mientras las ganancias de eficiencia han dejado ya en solo el 10% la estampación de las piezas de la carrocería, del 10% al 15% el montaje y soldadura de éstas, y apenas otro 10% el montaje del resto de piezas del coche.
El reto de producir coches eléctricos con menos huella de CO2 que los de combustión
El objetivo del CO2 neutral exige cubrir todas las fases de la producción de un coche y en el caso de los eléctricos es crítico, porque la fabricación de las baterías produce una huella ambiental muy elevada. Así, según estudios de VW (ver ilustración), si se compara solo el proceso de fabricación, producir un Golf diésel suponía hasta ahora repercutir 29 g/km de CO2 a su vida útil sin contar las emisiones que provoca la elaboración del carburante (gasóleo) y el consumo durante el uso del coche. Pero la cifra se eleva a 57 g/km en un e-Golf (100% eléctrico). Sin embargo, cuando se incluyen esos factores del combustible, el Golf eléctrico lo compensa después quedándose en 120 g/km en toda su vida útil, frente a 141 g/km de un Golf Diésel y nada menos que 173 g/km de un Golf de gasolina.
Pero esos datos pronto serán historia, porque en 2020 la fabricación de un coche eléctrico como el ID.3 con las mejoras introducidas en la fábrica de Zwickau y en sus proveedores, tendrá una huella ambiental neutra.
CO2 neutral desde los proveedores a la producción del coche, su uso y el reciclaje final
El trabajo desarrollado ya en Zwickau y el que se implementará en un futuro próximo refleja con bastante precisión la hoja de ruta que van a afrontar el resto de las fábricas del grupo VW para alcanzar ese objetivo de CO2 neutral. Y pasa por varias fases.
Materias primas y proveedores. Es la más crítica en los coches eléctricos porque la extracción de algunas materias primas necesarias para los componentes de las baterías exige grandes movimientos de tierras que provocan elevadas emisiones de CO2. Y como tienen lugar en países subdesarrollados y con proveedores de lo más variado, sus procesos resultan muy complicados de evaluar con precisión en términos ambientales. Pero VW está exigiendo ya a sus proveedores que monitoricen a su vez a todos los actores que forman parte de su cadena de valor para certificar su sostenibilidad ambiental. Y primará en sus contratos a los que cumplan con mayor fidelidad los protocolos establecidos. De hecho, desde el 1 de julio de 2019 ya ha entrado en vigor un rating de sostenibilidad para proveedores.
Producción de baterías. La planta de Salgitter que producirá las baterías para abastecer la fabricación del ID.3 y los demás modelos eléctricos que se harán en Zwickau solo utilizará energía 100% renovable, lo que supone un potencial de reducción del 80% en su huella de CO2.
Producción de los coches. La planta de Zwickau también utilizará energía 100% renovable para fabricar los automóviles.
Recargas con energías limpias garantizadas. VW ofrecerá a los clientes del ID.3 contratar las recargas de electricidad de su coche, tanto en el domicilio como en ruta, con su filial ELLI, una compañía eléctrica de Green Power que solo produce y comercializa energía eléctrica 100% renovable. De momento, el servicio solo está disponible para los clientes alemanes, pero el objetivo es irlo ampliando a otros países, una solución que permitirá al ID.3 (de momento a los compradores alemanes que contraten el servicio) ser el primer modelo de gran serie con emisiones neutras de CO2 en todo su ciclo de vida.
Reciclaje final. El Grupo VW ha creado un Centro de Excelencia en su fábrica de baterías de Salzgitter para procesar las pilas de sus coches eléctricos al final de su ciclo. El objetivo es aprovechar todos los materiales de valor y darles una segunda vida útil para aproximarse lo más posible a la economía circular.
Compensación de emisiones con proyectos ambientales. Volkswagen se compromete también a compensar las emisiones de CO2 que al principio no se puedan eliminar en las diferentes fases de producción con su participación en proyectos de Protección del medioambiente como el que ya está en marcha, como por ejemplo el programa de reforestación de la isla de Borneo.
Centros de datos sin emisiones de CO2
El grupo alemán ha abierto ya dos Centros de datos alimentados al 100% con energías renovables. Uno está en Reykjanesbær (Islandia) y el otro en Rjukan (Noruega), y al eliminar la huella de CO2, ahorrarán la emisión de 6.200 y 5.800 toneladas anuales de este gas, respectivamente.
Los servidores de alto rendimiento de estas instalaciones procesan proyectos de desarrollo de vehículos con un uso intensivo de capacidad computacional, lo que incluye simulación de pruebas de choque, túnel de viento virtual, etc. Y las energías renovables que utilizan permiten refrigerarlos de forma eficiente.