Recompensas tributarias para luchar contra el fraude

Los expertos estudian un sistema de recompensas con deducciones en la cuota del IRPF

Un planchista en un taller de coches.Jordi Roviralta

Entre las propuestas para luchar contra el fraude fiscal, el informe de los expertos plantea la posibilidad de establecer un sistema de recompensas tributarias a modo de deducciones en la cuota del IRPF para luchar contra el fraude. Se trata de incentivar la petición de facturas y la declaración de ingresos en actividades que con frecuencia caen en la economía sumergida. Aun así, la propuesta es muy prudent...

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Entre las propuestas para luchar contra el fraude fiscal, el informe de los expertos plantea la posibilidad de establecer un sistema de recompensas tributarias a modo de deducciones en la cuota del IRPF para luchar contra el fraude. Se trata de incentivar la petición de facturas y la declaración de ingresos en actividades que con frecuencia caen en la economía sumergida. Aun así, la propuesta es muy prudente, ya que señalan que dar premios (al estilo de la lotería o en forma de deducaciones) tendría muy diversos riesgos. Portugal anunció una medida de este tipo, que tendrá coches de alta gama como recompensa.

Los sabios de Montoro recuerdan que el tipo de incentivos podrían ser diversos: por una parte, se podría premiar a quienes exijan factura con deducciones fiscales por esos servicios. Ese sistema, señalan sin embargo, sería complicado de rentabilizar, ya que su coste podría ser más elevado que el propio fraude. habría que "evaluar cuidadosamente su coste, enfrentándolo con una cuantificación muy prudente de sus posibles beneficios tributarios", señalan.

Por otra parte, recuerdan que existe una vía alternativa de recompensas, que ya usan otros países: ofrecer a quienes exigen factura papeletas o boletos para participar en sorteos con premios de valor muy importante pero que, pese a esa importancia, suponen una cantidad mucho menor que la cuantía de ingresos fiscales generada por la exigencia de factura. "Es posible que las recompensas fundamentadas en la esperanza de un premio tengan cierto éxito, al menos en sus periodos iniciales, aunque la Comisión confía poco en ello", advierten.

Además, los expertos proponen “delimitar su ámbito exclusivamente a los servicios personales de naturaleza doméstica y a la ejecución de obras y prestaciones de servicios en el ámbito del hogar”. consideran que es el ámbito más adecuado "para el establecimiento de ciertas recompensas  tributarias", porque es "en ese ámbito donde se prestan con mayor frecuencia servicios totalmente opacos para la Seguridad Social y para la imposición sobre la renta o, en su caso, sobre el valor añadido. Esos servicios no pueden ser considerados en sí mismos como de un gran peso en la economía nacional, aunque tampoco de un peso despreciable, pero fomentan considerablemente el empleo informal y permiten cerrar el circuito del fraude en algunas actividades", justifican.

En ese sentido, identifican dos frentes vulnerables, en materia de fraude fiscal, que podría incluir este tipo de premios para favorecer la exigencia de facturas o de pruebas que demuestren la tributación. "El primero es el del servicio doméstico, donde el fraude se centra en las cotizaciones sociales que deben satisfacer empleados y empleadores y en la declaración y retención de ingresos a efectos del IRPF. El segundo es el de las pequeñas obras de reparación y acondicionamiento del hogar, donde la falta de facturas evita de inmediato el pago del IVA y abre la puerta para que, posteriormente, los suministradores del servicio puedan defraudar cotizaciones a la Seguridad Social y retenciones en el IRPF", explica el comité de expertos fiscales, que añaden que también podría ampliarse el sistema a otros sectores, pero que "su eficiencia resultaría muy discutible, al no poderse acotar adecuadamente ni el espacio para su aplicación, ni su coste ni sus efectos colaterales". Incluso en el reducido ámbito doméstico de la familia existen aspectos

No solo en este aspecto los expertos tienen sus dudas y se muestran prudentes. Por eso piden “evaluar cuidadosamente su coste, enfrentándolo con una cuantificación muy prudente de sus posibles beneficios tributarios, incluso en el caso de que la recompensa consista en premios repartidos al azar mediante sorteos”. Además recuerdan que se deben tener en cuenta “los riesgos recaudatorios que supondrá su inevitable extensión a quienes ya hoy cumplen con sus obligaciones tributarias”.

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