45.000 voces contra el 'tijeretazo'

Barcelona vive la mayor protesta contra los recortes - Sindicatos y sanitarios mantienen una fuerte movilización - Participación discreta de otros colectivos

Unas 45.000 personas, según cálculos de este diario, marcharon ayer por el corazón de Barcelona bajo el lema Basta de recortes, nuestros derechos no se tocan. La Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra cifraron el seguimiento en 30.000 personas, y los organizadores, en 200.000. Es la movilización más masiva que se ha vivido desde que el Gobierno de Artur Mas anunció recortes en sanidad y educación. Los sindicatos transmitieron el mensaje de que estarán vigilantes ante los recortes aplazados para después del 22-M, aunque las entidades convocantes, unas 200, no lograron una gran exhibición...

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Unas 45.000 personas, según cálculos de este diario, marcharon ayer por el corazón de Barcelona bajo el lema Basta de recortes, nuestros derechos no se tocan. La Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra cifraron el seguimiento en 30.000 personas, y los organizadores, en 200.000. Es la movilización más masiva que se ha vivido desde que el Gobierno de Artur Mas anunció recortes en sanidad y educación. Los sindicatos transmitieron el mensaje de que estarán vigilantes ante los recortes aplazados para después del 22-M, aunque las entidades convocantes, unas 200, no lograron una gran exhibición de fuerza.

Unas 22.000 personas ya colapsaron el centro de Barcelona el pasado 14 de abril, sin apenas días de preparativos para los sindicatos. El éxito de esa convocatoria obligó a Artur Mas a aplazar los recortes para después de las elecciones, temeroso también de que su aplicación perjudicara a los candidatos de CiU. Especialmente a Xavier Trias, que tiene más cerca que nunca la alcaldía de Barcelona tras 32 años de mandato socialista.

La marcha ocupó desde la plaza de Catalunya hasta la estación de Francia
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La situación queda ahora en una especie de tregua hasta que, tras los comicios, la Generalitat detalle los recortes aún no anunciados, sobre todo en la sanidad pública. Al poco de acabar la manifestación, Mas insistió en que mantendrá "el rumbo" de su política para asegurar el Estado de bienestar que reclamaban los manifestantes, según dijo. La manifestación transcurrió en un ambiente reivindicativo y festivo, sin que se produjera ningún incidente. Era otro de los objetivos de los organizadores, que querían evitar dar argumentos al repetido discurso de ley y orden del consejero de Interior, Felip Puig.

Muchos ciudadanos acudieron a la cita pertrechados con silbatos, tambores y panderetas para lanzar consignas a favor de la educación y la sanidad públicas. Abundaban las batas blancas, como las que llevaban Silvia Franco, de 35 años, y Juan Fernández, de 33, auxiliar de enfermería y enfermero, respectivamente. "Estamos aquí para que se lo piensen un poquito más antes de seguir con los recortes", explicaron. No se han perdido ni una protesta.

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La marcha ocupó casi dos kilómetros, desde la plaza de Catalunya hasta el parque de la Ciutadella, sede del Parlament."No a los recortes, más inversión pública y más empleo" y "Nuestros derechos no se tocan, educación pública de calidad" estaban entre los lemas más coreados.

"Los recortes de CiU son un ataque directo a los pilares básicos del Estado de bienestar", expresó Robert García, de 38 años, mientras sostenía en hombros a su hija Marina, de cinco años, que no paraba de hacer sonar un pito. Como ellos, muchas familias, con cochecitos, acudieron ayer a la pacífica marcha, que duró más de dos horas.

"Los pacientes nos culpan del tijeretazo, no entienden que nosotros no tenemos nada a ver con las decisiones de los hospitales", se defendían un corro de enfermeras ante las preguntas de ancianos molestos con el trato sanitario recibido. "El Gobierno quiere un país de enfermos y de analfabetos", añadía Mimoun Jalich, de 49 años, celador de uno de los hospitales catalanes.

En la manifestación había también personas comprometidas con cualquier ataque a los derechos sociales, no solo el de Mas. "Hereu, tú también recortas", se leía en una pancarta. "Lo que están haciendo es una injusticia, no solo para los profesionales, también para los usuarios", lamentaba Ana S., de 54 años, enfermera del hospital del Mar. Su pareja, Daniel Cando, histórico de CC OO, señalaba su camiseta, donde se podía leer: "No te Boi a votar Mas", en un juego de palabras con los apellido del consejero de Salud, Boi Ruiz, y el del presidente de la Generalitat.

La cola de la manifestación llegó al parque de la Ciutadella pasada la una del mediodía. Un grupo de maestros, padres y alumnos de una escuela de Castelldefels ponía la nota festiva con coreografías y canciones en contra de los recortes. Mientras uno de los manifestantes amenazaba al resto con una enorme tijera de cartón piedra, sus compañeros cantaban: "Olelé, olalá, la pública es lo mejor que hay".

Las familias con niños eran las claras protagonistas en el cierre de la protesta, copado por agrupaciones de padres de alumnos y por profesores de escuelas e institutos de toda Cataluña, y sin presencia de carteles sindicales. Algunos niños, que vivían su primera manifestación, preguntaban a sus padres qué banderolas debían llevar y señalaban a las cuatro furgonetas de los Mossos d'Esquadra que abrían paso al tráfico justo al final de la marcha. La cabecera hacía una hora que había llegado a destino.

Las direcciones de ERC e ICV, casi al completo, desfilaron con pancarta propia en la parte final de la marcha, con la presencia de los candidatos Jordi Portabella y Ricard Gomà, respectivamente. Ningún dirigente del PSC acudió a la marcha. Sí lo hicieron los diputados Jaume Collboni y Joan Ferran. Además de ello, la presencia de este partido se limitó a las banderas de sus militantes y simpatizantes, que se entremezclaron con las de los sindicatos.

El efecto que puede provocar la manifestación en los días que quedan hasta el 22-M está todavía por ver, especialmente en la ciudad de Barcelona. La crítica a los recortes de Mas y la exhibición de los Ayuntamientos con alcaldes socialistas como garantes del mantenimiento de esos servicios dominó en los primeros días de campaña, pero la votación del pasado día 10 en el Congreso descuajeringó la estrategia. CiU rentabilizó la derrota parlamentaria y Jordi Hereu fue descalificado por la votación de los 25 diputados del PSC, que se alinearon con el PSOE para no exigir al Gobierno central que pague este año los 1.450 millones del fondo de competitividad. Sin embargo, Hereu se desmarcó anteayer de esos diputados, a los que acusó de "no estar a la altura", reclamó el pago de ese dinero y hasta abogó por un grupo parlamentario propio del PSC en el Congreso.

Horas después de la manifestación, Hereu pidió a Mas que "tome buena nota" y "recoja el mensaje" de la manifestación contra los recortes, y que rectifique las medidas adoptadas para limitar "derechos sociales y ciudadanos". En los próximos días seguramente intentará rentabilizar el clamor de la calle y retomará el discurso de que es la grantía frente al tijeretazo, aunque ayer Hereu no participó en la marcha.

En el mismo sentido, el secretario general de ICV, Joan Herrera, reclamó al Gobieno de CiU que "escuche" a los ciudadanos porque hay otras "alternativas" y "caminos" antes que aplicar los recortes en sanidad y educación. Herrera evitó referirse a la ausencia de Hereu en la manifestación, al contrario de lo que hizo Jordi Portabella, quien dijo que el alcalde "perdió una buena ocasión de demostrar que le importa que se mantengan las políticas sociales".

Con información de Alba Casanovas, Dani Sánchez, Jesús García y Miguel Carrizo.

Vista de la manifestación contra los recortes a su paso por la Via Laietana.CONSUELO BAUTISTA

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