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Clausura de la discoteca Pícaro / ULY MARTÍN
Misma zona. Misma hora. Y seis días de diferencia. Un nuevo crimen rompió ayer de nuevo la tranquilidad matinal de Torrejón de Ardoz. El dominicano Geraldo de la Rosa, de 19 años, murió de una puñalada en el corazón en el transcurso de una reyerta en una zona de copas de la localidad.
A golpe de decreto. Así intentó solucionar ayer el alcalde de Torrejón de Ardoz, Pedro Rollán (PP), los dos crímenes registrados en la localidad que preside en menos de una semana. Minutos antes del cierre del registro municipal, ordenó la clausura durante un año de la discoteca Pícaro, a cuyas puertas murió el rumano Cosmin Virgil Costea, de 26 años.
A partir de este fin de semana habrá mayor presencia policial en la zona de copas de Torrejón de Ardoz. Así al menos lo anunció a este periódico la delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, que ha ordenado que acudan las unidades de intervención policial (UIP, también conocidos como antidisturbios) durante las noches de los viernes y los sábados.
A un mes justo del comienzo de las clases en los colegios de la región, la consejera de Educación, Lucía Figar, aprovechó ayer una visita a las obras del colegio público Pintor Rosales para adelantar que la Comunidad abrirá 74 nuevos centros educativos en el curso 2010-11, con casi 12.000 plazas públicas de nueva escolarización.
Los vestigios en piedra de un puente y de una puerta hallados recientemente por agentes forestales en el término de Las Zorreras, en El Escorial, pertenecen a uno de los tramos de una cerca histórica, reforzado por el arquitecto escurialense Juan de Villanueva (1739-1811) a encomienda del rey Carlos III en la segunda mitad del siglo XVIII.
El cantaor granadino Enrique Morente estremece en Los Veranos de la Villa con su quejido oscuro acompañado a la guitarra por David Cerreduela
Tienen un pie en el museo y el otro camina hacia la tumba. Son los organillos, emblema y sonido del Madrid castizo. Ellos y quienes los hacen sonar desaparecen de las fiestas más tradicionales. Se van en silencio, sin más quejas que las de los forofos del chotis. En las fiestas de La Paloma, que concluyen el domingo, solo suena uno, y lo hace en un bar.
El grupo Mamá lleva a Las Vistillas un rock honesto para un público variado
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