Moscú prueba un misil diseñado para burlar el escudo de EE UU

Washington envía el buque insignia de la VI Flota al mar Negro

Los gestos militares han empezado a acompañar el choque diplomático provocado por el conflicto de Georgia. Rusia lanzó ayer un misil balístico intercontinental desde el cosmódromo de Plesetsk. El Tópol-RS12M, diseñado para burlar los sistemas antimisiles, dio en el blanco previsto en la península de Kamchatka, a 6.000 kilómetros. El lanzamiento del Tópol, con un alcance máximo de 10.000 kilómetros, es un desafío a los planes estadounidenses de emplazar un radar en la República Checa y 10 misiles interceptores en Polonia como parte de su escudo antimisiles.

El Kremlin ha criticado durame...

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Los gestos militares han empezado a acompañar el choque diplomático provocado por el conflicto de Georgia. Rusia lanzó ayer un misil balístico intercontinental desde el cosmódromo de Plesetsk. El Tópol-RS12M, diseñado para burlar los sistemas antimisiles, dio en el blanco previsto en la península de Kamchatka, a 6.000 kilómetros. El lanzamiento del Tópol, con un alcance máximo de 10.000 kilómetros, es un desafío a los planes estadounidenses de emplazar un radar en la República Checa y 10 misiles interceptores en Polonia como parte de su escudo antimisiles.

El Kremlin ha criticado duramente esos planes y ha amenazado con una respuesta militar, ya que no cree las explicaciones de Washington de que su objetivo sea evitar un ataque de países como Irán o Corea del Norte.

Simultáneamente, Estados Unidos ordenó ayer el envío al mar Negro del Mount Whitney, buque insignia de su VI Flota, con el objetivo de entregar ayuda humanitaria. Dos navíos de guerra estadounidenses, el guardacostas Dallas y el destructor USS McFaul, se encuentran en aguas georgianas para mostrar su apoyo al Gobierno de Tbilisi. El Dallas llegó el miércoles a Batumi, mientras que el McFaul continúa en la zona tras descargar el martes 35 toneladas de ayuda en ese mismo puerto.

En medio de esta escalada de maniobras, la OTAN rechazó ayer con vehemencia las acusaciones de Moscú de que está reforzando su presencia en el mar Negro. "No hay ningún refuerzo naval, como las autoridades rusas lo anuncian en los medios de comunicación", remarcó una portavoz. La Alianza Atlántica explicó que cuatro buques de guerra (un español, un polaco, un alemán y un estadounidense) habían llegado a la zona en el contexto de unos ejercicios de rutina con Rumania y Bulgaria, planificados mucho tiempo atrás, como lo demuestran las notificaciones de tránsito por los estrechos de Turquía y los permisos recibidos en junio.

El mar Negro, hasta ahora dominio de la flota rusa basada en Sebastopol (en la península ucrania de Crimea) se ha convertido en nuevo foco de tensión. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, dio ayer a entender que su flota no piensa cumplir las nuevas normas aprobadas por el Gobierno ucranio que obligan a los buques, aviones y personal a notificar sus movimientos con 72 horas de antelación.

Una imagen del navío de guerra Mount Whitney
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