Reportaje:FOTOGRAFÍA

Ochenta años pasan volando

La imagen más simbólica de la visita de los Beatles a España, en 1965, no se produjo sobre un escenario, sino a la salida de un avión. En pleno boom turístico mundial, Iberia enarbolaba el Spain is different y, contradiciendo los principios del régimen franquista, abría una puerta al mundo. Ésta es tan sólo una de las incontables estampas célebres que atesoran los archivos de nuestra compañía aérea insignia, una de las más antiguas del mundo, que acaba de cumplir 80 años.

Desde que despegara el primer avión trimotor Rohrbach-Roland con Alfonso XIII y otros nueve pasajeros a bordo, el 14...

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La imagen más simbólica de la visita de los Beatles a España, en 1965, no se produjo sobre un escenario, sino a la salida de un avión. En pleno boom turístico mundial, Iberia enarbolaba el Spain is different y, contradiciendo los principios del régimen franquista, abría una puerta al mundo. Ésta es tan sólo una de las incontables estampas célebres que atesoran los archivos de nuestra compañía aérea insignia, una de las más antiguas del mundo, que acaba de cumplir 80 años.

Desde que despegara el primer avión trimotor Rohrbach-Roland con Alfonso XIII y otros nueve pasajeros a bordo, el 14 de diciembre de 1927, la línea aérea convirtió la escalerilla en su mejor escaparate VIP. Hoy viste más rehuir las cámaras, pero durante décadas, los códigos de glamour incluían como materia esencial una espléndida bajada de la cabina. Aun así, las caras más rutilantes de Hollywood perdían el cálculo de su sonrisa al pisar la tierra caliente del Mediterráneo. Ava Gardner, apodada como el animal más bello del mundo, aterrizó un día de 1953 en un avión de Iberia para rodar Pandora y el holandés errante y acabó quedándose 15 años.

Otras, como Sofia Loren, escogerían España como punto de partida de su carrera internacional. Aquí rodó la italiana en 1956 junto a Frank Sinatra y Cary Grant Orgullo y pasión, de Stanley Kramer, transformada de comadre a españolaza, con un improbable baile flamenco incluido. Romy Schneider también fue agasajada con un ramo de rosas a su llegada a Barajas en 1965, justo antes de ser madre por primera vez, cuando vino a rodar a Segovia 10:30 p.m. summer. Y el cuerpo de Raquel Welch acometió la bajada de la escalerilla en 1966 ostensiblemente más tapada de lo que a muchos españoles habría gustado: venía a promocionar la película Hace un millón de años, y la cromañona salvaje se presentó como una mujer sofisticada e inaccesible.

Estas imágenes podrían servir como apuntes nostálgicos del cuaderno de bitácora de una compañía que empezó con dos aviones y ahora cuenta con más de mil vuelos diarios a 106 destinos. El crecimiento desaforado de la actividad aeroportuaria ha roto el encanto de recibir a las celebridades a pie de pista, y las fotos que llegan al imaginario popular se toman por paparazzi a la salida de la terminal de turno. El archivo oficial de Iberia ahora continúa creciendo sólo a base de recepciones oficiales con líderes políticos.

Hoy sólo la Jefatura de Gobierno y Estado dispone de un servicio VIP, a expensas de Aena, en el pabellón de autoridades, "básicamente, para agilizar los trámites de entrada y salida", explica Javier Blanco, jefe de protocolo de Barajas y la voz más veterana en estas lides en activo dentro de la compañía. Durante más de veinte años ha recibido a jefes de Estado, premios Nobel, papas y actrices de la talla de Elizabeth Taylor. "Antes a los pasajeros ilustres se les atendía, lógicamente, por la repercusión me¬¬diá­¬tica que pudieran tener. Las auténticas celebridades eran muy pocas y un viaje de, pongamos, Nueva York a Madrid era todo un acontecimiento. Esas visitas podían aprovecharse para promocionar la compañía aérea que las traía. Ahora todo lo que piden es rapidez y discreción". Dos signos de nuestros tiempos que muy poco tienen que ver con los recuerdos que pueblan esta página.

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