Ni condones, ni educación sexual

El observatorio católico de bioética niega la política pública con dinero del Consell

En la portada de la web se lee: "Destacado: Ya está a su disposición el vídeo sobre el aborto retirado por Youtube". Un vendaval de imágenes escabrosas aptas solamente para estómagos militantes. Es la tarjeta de visita del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia, un think tank ultraconservador de lo más activo, propiedad de la Iglesia y financiado directamente por la Generalitat.

Sus frentes de acción son el aborto, la investigación con embriones para la obtención de células madre, la educación sexual, la objeción de conciencia del perso...

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En la portada de la web se lee: "Destacado: Ya está a su disposición el vídeo sobre el aborto retirado por Youtube". Un vendaval de imágenes escabrosas aptas solamente para estómagos militantes. Es la tarjeta de visita del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia, un think tank ultraconservador de lo más activo, propiedad de la Iglesia y financiado directamente por la Generalitat.

Sus frentes de acción son el aborto, la investigación con embriones para la obtención de células madre, la educación sexual, la objeción de conciencia del personal sanitario y la eutanasia.

Hace una semana, en un congreso celebrado en el Observatorio, Cristina López del Burgo, profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, descalificó la eficacia de los preservativos en la lucha contra el sida, el método más utilizado a escala mundial para frenar la enfermedad. López del Burgo dijo que las únicas prevenciones reales pasan por la castidad y la monogamia.

Era posible que esa opinión no coincidiera con la línea del observatorio. Su cabeza visible, Justo Aznar, médico retirado y director del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica (en el que está insertado el observatorio) aclara las cosas: "Indudablemente aquella opinión era de la profesora. El observatorio es un foro de debate ético y no tiene una opinión como tal. Pero es evidente que entre sus componentes es mayoritaria la postura de que los preservativos no son una solución idónea para frenar el sida. Es falsa su identificación con el sexo seguro, porque fallan en un 5% o 10% de los casos. Otra cosa es que para aquellos que quieran tener relaciones promiscuas sí que implique una reducción del riesgo".Entre los fondos de la web del observatorio existen numerosos documentos que critican las clases de educación sexual para menores porque, se sostiene, pueden "estimular a tenerlas".

El Gobierno valenciano aprobó el 21 de marzo un convenio por el que la Consejería de Sanidad subvencionaba con 60.000 euros "el funcionamiento del gasto corriente del observatorio". El entrecomillado está extraído del boletín informativo del propio organismo.

No ha sido la única contribución pública. La Generalitat ha destinado 102.000 euros a dos cursos máster de la Universidad Católica, uno de los cuales, el de bioética, está directamente vinculado al observatorio. El punto 10 del cuarto apartado del programa tiene por título: "Homosexualidad: aspectos médicos y éticos". Y los puntos 12 y 13 rezan: "Análisis de libros de texto sobre educación sexual" y "Educación para la ciudadanía, aspectos éticos y políticos".

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El máster, que tiene precio libre al tratarse de una universidad privada, cuesta 3.000 euros. Se dirige "especialmente a personas interesadas en formar parte de un comité de bioética asistencial. Comités que deben existir en cualquier institución sanitaria según el decreto del Consell de la Generalitat 99 / 2004 del Consell de la Generalitat".

El observatorio lo sostiene en primer lugar personal de la Universidad Católica de Valencia, pero entre sus 60 miembros destacan por su número los profesores de la Universidad de Navarra (vinculada al Opus Dei). Y los hay de la Universidad Francisco de Vitoria (vinculada a los Legionarios de Cristo), el CEU y la Universitat de València (sobre todo del departamento de Filosofía del Derecho, Moral y Política). En el organismo están representados también el Foro Español de la Familia, la Pontificia Academia para la Vida, el Instituto Pontificio Juan Pablo II y la Asociación Provida.

La mayor campaña lanzada por el observatorio se dirigió contra la Ley de Investigación Biomédica aprobada en junio por el Parlamento. Y la oposición a las políticas gubernamentales ha sido constante. Justo Aznar rechaza, sin embargo, que partan de una fijación contra el Ejecutivo o contra los avances científicos en general. Y recuerda por ejemplo las críticas vertidas contra el Centro de Investigación Príncipe Felipe, dependiente de la Generalitat valenciana, que gobierna el PP.

"Nuestro enamoramiento hacia la investigación es absoluto. No hay ninguna oposición al desarrollo de la investigación. Lo que sí hace el observatorio, porque es su función, es estar atento a problemas éticos que puedan derivarse de una línea de investigación concreta. En esos casos si por el Gobierno, o por otra institución, como el Príncipe Felipe, encontramos líneas que a nuestro juicio adolecen de una realidad ética que sea admisible, nos manifestamos en contra de ella", afirma Aznar.

El observatorio se mueve, toma postura, emite alertas, trata de remover conciencias. Pero para ser verdaderamente efectivo necesita un terreno más sólido. Una base desde la que dar consistencia científica a sus planteamientos. Algo así como una facultad de Medicina.

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