La ONG PreSOS Galiza recurre el registro de personas con VIH

La decisión del Supremo no ha cerrado el debate sobre la creación de un registro estatal de personas con VIH por parte del Ministerio de Sanidad. La ONG PreSOS Galiza ya ha presentado un recurso ante el Constitucional, y otras organizaciones, como las federaciones de asociaciones Red2002 y la Coordinadora Estatal de Sida (Cesida) -la mayor de España- están estudiando su postura.

Ninguna niega la necesidad de saber cuántas personas se infectan por el virus de la inmunodeficiencia humana. Se calcula que son unas 3.000 al año, diez al día, pero no hay manera de comprobarlo. La imposibilida...

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La decisión del Supremo no ha cerrado el debate sobre la creación de un registro estatal de personas con VIH por parte del Ministerio de Sanidad. La ONG PreSOS Galiza ya ha presentado un recurso ante el Constitucional, y otras organizaciones, como las federaciones de asociaciones Red2002 y la Coordinadora Estatal de Sida (Cesida) -la mayor de España- están estudiando su postura.

Ninguna niega la necesidad de saber cuántas personas se infectan por el virus de la inmunodeficiencia humana. Se calcula que son unas 3.000 al año, diez al día, pero no hay manera de comprobarlo. La imposibilidad de tener esta cifra (hace más de cinco años que las autoridades sanitarias trabajan con una horquilla que va de 120.000 a 150.000) lastra los planes de prevención: no se sabe quiénes son, ni cuál es la vía de transmisión. Por eso se corre el riesgo de poner recursos -siempre escasos- por ejemplo en mujeres que se dedican a la prostitución, cuando a lo mejor hay que hacerlo en jóvenes heterosexuales, por ejemplo.

Protecciones

El Plan Nacional sobre el Sida suple esta carencia con proyecciones a partir de los datos de siete comunidades, pero todos, responsables de la Administración y de las ONG, admiten que es insuficiente. También sirve para orientar las cifras de casos de sida (la enfermedad que aparece después de unos años de infección), pero estos datos -que sí son de notificación obligatoria a las autoridades- reflejan la situación hace 7 o 10 años (el tiempo medio que se calcula que tarda la infección en manifestarse clínicamente): 1.600 casos, la mitad infectados por compartir jeringuillas y el resto por prácticas sexuales inseguras, tanto homosexuales como heterosexuales.

Todos, organizaciones de afectados y políticos, están de acuerdo en que hacen falta esos datos. Pero el problema es que el modelo de registro que Sanidad lleva más de cinco años intentando sacar adelante incluye las iniciales de la persona con VIH, su fecha y lugar de nacimiento. Según demostró un perito de las ONG cuando el litigio pasó por el Supremo, estos datos permitirían, sobre todo en sitios pequeños, identificar a las personas que tienen el virus. Y, con ello, se abre la puerta al estigma y la discriminación, afirman las ONG.

Y eso no se ha resuelto, insisten en PreSOS Galiza. Además, y desde el punto de vista contrario, tampoco evitan duplicidades (una persona puede hacerse los análisis en dos sitios y entrar dos veces en ese registro).

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