Entrevista:DAVID R. EPSTEIN | Presidente y consejero delegado de Novartis Oncology

"En los próximos diez años sacaremos un fármaco nuevo contra el cáncer cada año"

Ahora están llegando a los hospitales los frutos del hallazgo de las nuevas dianas terapéuticas, fruto a su vez de los avances en genética. Sólo la compañía Novartis ha sacado al mercado en los últimos siete años cinco nuevos fármacos, entre ellos Glivec, que ha revolucionado el tratamiento de la leucemia mieloide crónica y se muestra efectivo también en otros tumores, como el estroma grastrointestinal; Femara, para el cáncer de mama positivo a receptores de estrógeno, o Zometa, para el tratamiento de las metástasis óseas.

Mientras espera el resultado del pleito que mantiene con el Gobi...

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Ahora están llegando a los hospitales los frutos del hallazgo de las nuevas dianas terapéuticas, fruto a su vez de los avances en genética. Sólo la compañía Novartis ha sacado al mercado en los últimos siete años cinco nuevos fármacos, entre ellos Glivec, que ha revolucionado el tratamiento de la leucemia mieloide crónica y se muestra efectivo también en otros tumores, como el estroma grastrointestinal; Femara, para el cáncer de mama positivo a receptores de estrógeno, o Zometa, para el tratamiento de las metástasis óseas.

Mientras espera el resultado del pleito que mantiene con el Gobierno de India para que este país le reconozca el derecho de patente para Glivec, aprobado por la FDA de Estados Unidos en 2001, la multinacional suiza Novartis se dispone a lanzar varias novedades terapéuticas: "En los próximos 10 años vamos a sacar un fármaco nuevo contra el cáncer cada año". Con esta frase, David R. Epstein, presidente de Novartis Oncology, resume el momento dulce que vive la industria gracias a los avances en la biología de la célula tumoral. "Tenemos 13 compuestos en ensayo clínico, de los cuales siete están ya en fase de registro", precisa.

"La imagen de la industria farmacéutica no es tan buena como debería teniendo en cuenta la gran cantidad de cosas buenas que hacemos"
"Creemos que ha de haber una comunicación constante en los dos sentidos, de la industria a los médicos y de éstos a la industria"

Entre ellos están Tasigna, una terapia oral para los pacientes con resistencia a Glivec; SOM 230, una somatostatina para tumores neuroendocrinos; el angiogénico PTK 78/, que impide la formación de nuevos vasos sanguíneos, y la EPO 906, un citotóxico para cáncer de ovario y otros tumores sólidos.

Pregunta. Las resistencias al Glivec ¿son consecuencia del uso prolongado del fármaco o ya hay pacientes que de entrada presentan resistencias al mismo?

Respuesta. Todavía no puedo dar una respuesta. La verdad es que la tasa de resistencias, es decir, el número de pacientes que no responden al tratamiento, disminuye cada año. En el quinto año de tratamiento, sólo el 0,9% de los pacientes se han vuelto resistentes comparado con el año anterior. Eso parece indicar que hay un grupo de pacientes con múltiples mutaciones desde el principio que son los que generan resistencias.

P. ¿Ha de ser, pues, un tratamiento de por vida?

R. Por lo que sabemos hasta ahora, sí. Pero hay en marcha un estudio para averiguar si se da una respuesta molecular completa a los cinco años. En este ensayo, un grupo de pacientes van a continuar con la terapia y otros la van a interrumpir, para ver qué ocurre.

P. El reciente congreso de ASCO ha sido un poco decepcionante, porque si bien es cierto que hay avances en determinados tumores, en otros de gran incidencia como el de pulmón no hay novedades importantes. ¿Cómo cree que evolucionará la investigación?

R. El congreso ha sido más interesante de lo que la gente piensa. Ciertamente, no ha habido grandes novedades en ensayos de fase III, pero en fase II se han presentado algunas terapias importantes para el cáncer renal y el de pulmón. Nosotros, por ejemplo, tenemos el ARD 001, que ha dado resultados muy interesantes en cáncer neuroendocrino y también en cáncer renal. Este fármaco tiene dos mecanismos de acción: sobre el crecimiento de la célula tumoral y sobre la angiogénesis.

P. La imagen de la industria farmacéutica se está resintiendo tras el fracaso de algunos fármacos que han tenido que ser retirados del mercado por sus graves efectos adversos. ¿Cómo cree que han de afrontar esta imagen global tan negativa?

R. Por desgracia, la imagen no es tan buena como debería ser teniendo en cuenta la gran cantidad de cosas buenas que hacemos. Lo que importa es producir los fármacos de forma segura y aprender del propio desarrollo, trabajando con los legisladores de manera que podamos conocer rápidamente los efectos adversos y comunicarlos inmediatamente tanto a los médicos como a los pacientes. Es cierto que en estos momentos el péndulo de la preocupación social oscila sobre los temas de la seguridad. Pero la sociedad ha de comprender que la razón por la que desarrollamos los fármacos es resolver problemas de salud.

P. ¿Hay suficiente transparencia en la investigación?

R. En todos nuestros productos oncológicos procuramos que la haya. Creemos que ha de haber una comunicación constante en los dos sentidos, de la industria a los médicos y de éstos a la industria. Pero a veces se nos critica precisamente por haber anunciado rápidamente los efectos adversos.

P. Hace un tiempo, las principales revistas científicas hicieron un editorial conjunto criticando el actual sistema de investigación y reclamando para la comunidad científica el control de los ensayos clínicos. ¿Qué opina?

R. Yo creo que es la comunidad científica la que controla los ensayos científicos. Pero para que todo vaya bien es necesaria una buena comunicación. Déjeme poner un ejemplo: en el fármaco Zometa, que se utiliza para proteger el hueso de las metástasis óseas, un cirujano bucal descubrió que podía causar necrosis mandibular. A los pocos meses de descubrirlo, lo incluimos en el prospecto y lo advertimos a los médicos. Creamos rápidamente comités de consulta para ver cómo tratar o prevenir ese trastorno. Llegamos a la conclusión de que si los pacientes van al dentista antes de tomar el fármaco, se reduce drásticamente la incidencia y que el problema se resuelve con un tratamiento de antibióticos y suero salino. Antes de estas recomendaciones, lo que hacían los cirujanos orales era estropear las cosas: raspaban los dientes y eso empeoraba la situación. Una respuesta rápida ayuda a solucionar los problemas.

P. La sociedad tiene muy poca tolerancia al riesgo cuando no depende de uno mismo.

R. Es cierto, pero la gente ha de saber que todos los medicamentos tienen efectos secundarios y pueden crear problemas, que no es como beber agua, aunque también beber agua en exceso puede crear problemas.

P. ¿Qué papel cree que deben tener las organizaciones de pacientes?

R. La existencia de organizaciones de pacientes potentes ayuda a las compañías farmacéuticas y los médicos a entender qué implica ser paciente. Y, además, pueden dar información y ayuda a otros pacientes cuando se les diagnostica. Yo personalmente he asistido a alguna de estas reuniones, y la verdad es que he aprendido muchísimo. Y como resultado ha cambiado la manera de pensar y me ha ayudado a establecer prioridades.

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