La UE permitirá producir hortalizas y frutas con subvenciones de otros cultivos

Bruselas propone mañana una reforma liberalizadora que los agricultores rechazan

Para el director general de la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas, José María Pozancos, se trata de una medida discriminatoria para los intereses de los cultivadores tradicionales de frutas y hortalizas que rompe la unidad de los mercados.

En los años precedentes, sólo una serie de producciones como cereales, algodón, tabaco u olivar generaron derechos de ayuda que Bruselas asignó como pago único a las explotaciones. Frutas y hortalizas no contaron con ninguna ayuda y, en consecuencia, tampoco han generado derechos de pago a los agricultores. Para evitar per...

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Para el director general de la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas, José María Pozancos, se trata de una medida discriminatoria para los intereses de los cultivadores tradicionales de frutas y hortalizas que rompe la unidad de los mercados.

En los años precedentes, sólo una serie de producciones como cereales, algodón, tabaco u olivar generaron derechos de ayuda que Bruselas asignó como pago único a las explotaciones. Frutas y hortalizas no contaron con ninguna ayuda y, en consecuencia, tampoco han generado derechos de pago a los agricultores. Para evitar perjuicios a los cultivadores de frutas y hortalizas, en la reforma de la PAC de 2003 se prohibía que, con esos derechos de ayuda en el bolsillo, un agricultor pudiera operar en el sector de las frutas y hortalizas.

Esta posición comunitaria se interpreta en medios agrarios y de la Administración como la decisión imparable de Bruselas de ir a una total liberalización de producciones.

En materia de fondos, la propuesta de reforma de la OCM no plantea cambios respecto a la situación actual y mantiene los mismos en el entorno de los 1.600 millones de euros.

Para la regulación del sector en fresco, la propuesta supone también una continuidad en la filosofía y las medidas contempladas en la actual OCM. Las organizaciones de productores, a través de los fondos de los programas operativos, seguirán siendo los ejes para la regulación del sector.

La aportación comunitaria para los fondos operativos, actualmente con un techo del 50%, puede llegar en algunos casos hasta el 60%, aunque esa financiación tiene como límite el 4,1% del valor de la facturación de una organización de productores. El sector agrario ha solicitado que ese porcentaje se incremente al 6%. Ante una situación de crisis, se contempla la posibilidad de poner en marcha acciones sin que el gasto no supere la tercera parte de los fondos de los programas. Igualmente se contempla que al menos un 20% de los gastos sean para medidas medioambientales.

Para la regulación de las producciones con destino a su transformación e industrialización como tomates, cítricos, peras o melocotones, la propuesta supone un vuelco a la regulación actual. En este momento existe una ayuda por kilo de producto de materia prima transformada dentro de los cupos asignados por Bruselas. La reforma apuesta por el funcionamiento del mercado y establece un pago único desligado de la producción a los agricultores en función de los cobros habidos en los años precedentes.

España se opone en principio a ese desacoplamiento total de esos pagos. El nuevo sistema, para sectores como cítricos, peras o melocotones, supondría un premio a quienes en las últimas campañas han entregado sus calidades más bajas para su transformación. Sin embargo, supone marginar en las ayudas a quienes obtuvieron producciones de calidad para vender en el mercado.

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