GRANDES REPORTAJES

Mallorca exclusiva

Escondidas en parajes de excepcional belleza o encaramadas en acantilados de difícil acceso, se encuentran algunas de las exclusivas casas de Mallorca habitadas por artistas, millonarios y famosos. Son islas dentro de la isla, alejadas de la masificación del turismo y abiertas al 'glamour' y la creatividad

Detrás de la postal de la Mallorca bulliciosa del turismo de masas, un selecto grupo de artistas, poderosos y famosos de todo el mundo veranea y crea en esta zona exclusiva y disfruta casi en secreto de mansiones y fincas espectaculares por su fuerza arquitectónica, belleza, situación y extensión. Estas residencias y las colecciones de arte que albergan denotan un estilo de vida y la personalidad de quienes las construyeron y las ocupan. EPS ha visitado algunas de "estas islas en las islas" en las que viven sus protagonistas, los dueños o mecenas que ejercen de anfitriones, lejos de las playas...

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Detrás de la postal de la Mallorca bulliciosa del turismo de masas, un selecto grupo de artistas, poderosos y famosos de todo el mundo veranea y crea en esta zona exclusiva y disfruta casi en secreto de mansiones y fincas espectaculares por su fuerza arquitectónica, belleza, situación y extensión. Estas residencias y las colecciones de arte que albergan denotan un estilo de vida y la personalidad de quienes las construyeron y las ocupan. EPS ha visitado algunas de "estas islas en las islas" en las que viven sus protagonistas, los dueños o mecenas que ejercen de anfitriones, lejos de las playas y las pasarelas periodísticas. Personajes como Carlos Fuentes, Cristina Macaya; Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones; Diandra Luker; Claudia Schiffer, Boris Becker, Peter Einseman, Klaus Graff, los Jakober, Fabrizio Plessi y Gabriel Escarrer.

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Es Canyar, de Cristina Macaya. En los atardeceres, las cabras silvestres bajan en tropel de la montaña a los estanques de los jardines. Es Canyar, la mansión de Cristina Macaya, la gran anfitriona de la isla, está situada en un valle de increíble belleza de Mallorca. "Una casa abierta en un paisaje calmo", como dice ella.

La algarabía ruidosa de los animales -todo un espectáculo- inquieta a dos perros malteses que corren por la finca y ladran a los intrusos. La escena ocurre a tan sólo quince minutos del centro de Palma.

En el silencio fresco de Es Canyar, Carlos Fuentes y su esposa, Silva Lemus, íntimos amigos de Cristina Macaya, son a menudo sus huéspedes. Allí, el escritor, premio Cervantes de Literatura, sigue sus rutinas como siempre. Se levanta cada día muy temprano e inmediatamente comienza a trabajar. Escribe siempre a mano, en un cuaderno grande, en un rito ya muy trabajado. En una página, narra de corrido y la otra la deja en blanco para las enmiendas. "Escribo en la derecha y en la izquierda corrijo, como debe suceder en la política", explica el autor.

Carlos Fuentes se encuentra a gusto en Mallorca. Hace escapadas a Formentor, paraíso de escritores, pasea, lee y anota. A veces, dicta conferencias a las que acuden multitudes.

Otro huésped ilustre de Es Canyar, Felipe González, buscó pedruscos en las sendas que transitan las cabras. El ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y su hija Chelsea se repusieron del trajín en las estancias de esta casa paradisíaca y navegaron en las plácidas aguas de la isla. El músico Van Morrison se dejó allí el sombrero y las gafas, y disfrutó el exquisito arroz con verduras que comió. Al actor Jack Nicholson, una invitada le dio un beso fetichista, y el mítico Kirk Douglas fascinó a los asistentes a un almuerzo sin fin.

En Es Canyar, 620 invitados sufragaron en una sola noche un centro de jóvenes del Proyecto Hombre. Cristina Macaya, ex presidenta de la Cruz Roja, recibió el Premio Women Together de Naciones Unidas por su trabajo para "mejorar la vida de los hijos de las mujeres presas". "Gozo de una vida buena, comenta, soy afortunada, tengo cuatro hijos y 16 nietos. Me muero de ganas de hacer cosas y preocuparme por los demás".

En una celebración exclusiva, Cristina Macaya logró reunir, entre otras personalidades, al premio Pulizter Jim Hoagland, editorialista de The Washington Post, y a la entrevistadora de la cadena ABC, Barbara Walters, junto con el magnate británico Evelyn Rothschild.

"Yo no doy parties, organizo fiestas para mi familia y mis amigos", puntualiza Macaya. "Aquí, en mi casa, se sienten libres, nadie agobia a nadie. Cuando sales, deseas ver gente distinta. A mí me divierte cenar con desconocidos al lado y me encanta escuchar. No es que no me guste hablar de mí, es que me interesa más la vida de otros que explicar la mía", asegura.

Cristina Macaya, viuda desde los 28 años, vive a caballo entre Madrid, Mallorca, Suiza y Nueva York. Ama tanto la libertad que, para ella, "la pareja es lo perfecto, pero estar sola no es la soledad, es la libertad". Sus hijos han emparentado al casarse con las familias Cisneros, Rodés o Ballvé.

Hace años, cuando Macaya descubrió la casa de Es Canyar se entusiasmó con ella y rápidamente se puso manos a la obra para reformarla con la ayuda del diseñador Toni Obrador. Su primer invitado fue Roberto Goizueta, presidente de la Cola-Cola, ya fallecido. "No llevo diarios, lo guardo todo dentro de mí, tengo memoria fotográfica.Y soy poco ordenada. No escribo memorias ni las escribiré".

Un gran invernadero de cristal acoge cenas y bailes. Bajo las terrazas y la logia del casón, 5.000 naranjos alfombran el suelo. "Una casa en el interior tiene vida todo el año. En invierno, el mar es desapacible y causa melancolía. Mallorca es una isla grande y con servicios de calidad. No conocía prácticamente a nadie, pero decidí que era el sitio que me gustaba. Suelo hacer las cosas antes de pensarlas. Las reflexiono después; así es como he vivido", dice.

Una escultura abstracta en hierro de Xavier Corberó preside la entrada de la casa. Las buganvillas, el agua remansada en el estanque y la sombra que proporcionan árboles centenarios dan idea al visitante del lugar paradisíaco en el que se encuentra. "Los artistas de Mallorca me han motivado. He tenido la suerte de relacionarme con ellos y su arte. Les quiero. Tengo obras de Canet, Jakober, Carbonero, Menéndez Rojas, Costa, Martí, Sirvent, Canyelles y Coll, y otros. Soy muy amiguera. Reconocerme anfitriona es una frivolidad, y mecenas, pretencioso", afirma con sensatez.

Cristina Macaya habla con humor de su antepasado corsario, el francés Jean Lafitte (Saint Malo, 1781-1819), glorificado en Nueva Orleans (EE UU), cuyo alcalde pretendió que su descendiente desfilara vestida de pirata. Ella se ríe al recordarlo: "Rodaron una película sobre Lafitte, y nos llamaron por el parentesco. Guardamos una carta manuscrita que envió a su hermano de París, del que desciende mi madre. De ahí viene mi parte corsaria".

S'Estaca, de Michael Douglas. Michael Douglas tiene sobrasada adiction, una debilidad enfermiza por el embutido rojo de Mallorca y por el tumbet, las hortalizas de verano, fritas y melosas. El actor estadounidense ve la isla "algo exótica, con sentido espiritual y una fabulosa combinación de ambientes, culturas y paisajes. Una tierra repleta de belleza y tradición. No sólo es la playa".

Junto a su esposa, la actriz Catherine Zeta-Jones, vive en un lugar privilegiado sobre la costa, S'Estaca, entre Valldemossa y Deià, en la falda de la sierra de Tramontana. La ex mujer del actor, Diandra Luker, alterna a temporadas la residencia en la casa.

La puesta de sol se funde en los atardeceres con el mar. Una vista de cine que se contempla desde las terrazas de S'Estaca, donde los Douglas buscan atrapar en el ocaso marino el mágico rayo verde.

S'Estaca fue el refugio del archiduque Luis Salvador de Austria, primo de la emperatriz Sissi. El noble levantó, en el siglo XIX, este refugio romántico como nido de amor, o de reclusión, para su amante Catalina Homar. "Parece una perla en una concha esmeralda", comentó al descubrir el lugar Luis Salvador de Austria, quien ordenó colocar en aquel lugar mágico una placa de mármol con el nombre de Catalina para rogar a los visitantes que recen por su alma.

Diandra Luker, la ex mujer de Michael Douglas, frecuentaba desde antiguo Deià, el lugar mítico del escritor Robert Graves. Douglas se casó con esta mujer de pálida belleza en 1977 y se divorciaron en 1995.

En la finca hay varias edificaciones. "La casa del pintor" es el estudio que utilizó en los años sesenta Domenico Gnoli. "La casa marroquí" fue construida por Antonio Juncosa y Diandra la decoró con antigüedades. En "La casa italiana" están la bodega, los dormitorios y la terraza. En la ladera, la piscina. Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones sirven vinos exclusivos de su viñedo en las comidas. Cameron -el nombre de su hijo mayor- es un tinto joven; Kirk, un gran reserva, y S'Estaca es el blanco malvasía.

Paco Calatayud conoce bien cómo viven los Douglas en Mallorca: "No tienen ni escolta ni séquito. En familia, con sus dos hijos pequeños. Cogen la zodiac en el puertito de S'Estaca y van a Na Foradada, Sóller, Sa Calobra. Disfrutan del paisaje y de sus amistades. Catherine, que descubrió la isla cuando vino con 14 años a Magaluf de turista, está encantada. Él camina y trepa por los senderos abruptos de la finca".

Michael Douglas ha sentado la cabeza después de su boda con Catherine. Tras su nueva paternidad dice que "las prioridades en mi vida han cambiado". Ahora "ve noticias y deportes en la televisión, y mucho cine infantil con mis niños".

Cuando está en S'Estaca, Diandra Luker convoca a propietarios y ecologistas para alentar la defensa del patrimonio natural de la isla. Es una persona crítica con el desarrollismo salvaje y cedió públicamente al Grupo de Ornitología Balear (GOB) el Siurell, premio periodístico que recibió.

Casa Escarrer, palacio para un magnate. Casa Escarrer, una vivienda de 3.000 metros cuadrados, es un manifiesto, un palacio contemporáneo, la residencia sobre la tierra de un triunfador, Gabriel Escarrer Juliá. Escarrer ha recorrido toda la escala social; de joven fue botones y recogía turistas en el puerto de Palma. En 2006, a los 71 años, controla la cadena Sol Meliá, con cerca de 350 hoteles en todo el mundo.

Los arquitectos Josep Martorell, Oriol Bohigas, David Mackay (MBM) construyeron en 1988 la espectacular mansión de Escarrer, situada en una ladera en Son Vida ante la bahía de Palma. Escarrer combinó sus deseos patrimoniales y domésticos -un gesto de época- con la ambición y el riesgo de los arquitectos. Es una vivienda de vanguardia y un foro de corte clásico.

"Escarrer fue un buen interlocutor, es inteligente y nos dio libertad sobre sus necesidades. No existía un problema de metros ni tampoco intención de exhibicionismo", cuenta Bohigas.

La villa, con rasgos de templo, se proyectó para albergar a una familia con seis hijos mayores, y que sirviera de marco adecuado para las recepciones del empresario.

Los dos hijos menores de Escarrer, Sebastián y Gabriel, vicepresidente y consejero de la empresa Meliá, no han edificado un nuevo chalé, han restaurado monumentales edificios señoriales de la Palma antigua.

La revista Forbes estima la fortuna de Escarrer, por Sol Meliá, que cotiza en Bolsa, en 1.700 millones de dólares. El empresario posee un jet para viajes de negocios y un barco de recreo, el Patrina II, que no es descomunal.

Hiperactivo, la leyenda sobre Escarrer cuenta que los fines de semana se acercaba de improviso con sus hijos a revisar sus hoteles, o se pasaba una hora mirando el fluir del pasaje y los horarios del aeropuerto. Para Escarrer, "el turismo de masas expresa el camino de la igualdad de oportunidades". Mantiene una buena relación personal con el Rey y está bien visto por Fidel Castro. En Cuba explota 23 establecimientos, y no se recató en decir que la ley Helms-Burton de EE UU, para sancionar a los inversores en la isla, era "inhumana". Fue uno de los impulsores del mecenazgo del yate real Fortuna, que reunió 30 aportaciones de 600.000 euros. "Mi padre destaca por su tenacidad, carácter y visión en el mundo y en los negocios", afirma María Antonia Escarrer, una de sus cuatro hijas, que dirige la acción social, para el turismo sostenible y responsable.

El 29 de julio pasado, los Reyes presidieron una fiesta en Palma de reconocimiento a Gabriel Escarrer por sus 50 años como empresario. Los príncipes de Asturias tienen amistad con Sebastián Escarrer Jaume y su esposa, Marián Bisbal.

Los arquitectos de MBM idearon para Escarrer un edificio complejo, un cuadrado desplegado en dados que forman una U enganchada a un espacio triangular, rematada por una cúpula transparente piramidal y una torre. El exterior está revestido de piedra seca. Las habitaciones se abren al interior. En el conjunto se identifican un patio gótico, columnatas de alabastro, acero, hormigón, pavés y pavimentos, y muros en mármol, al estilo veneciano. En las paredes, un mural de Ràfols-Casamada, y un joan miró, una tela de la obra teatral Mori el merma.

En enero, en el jardín brota un manto de alas blancas, flores de almendro que fueron reclamo turístico en las "lunas de miel en Mallorca", hito del boom de los cincuenta, cuando el gigante Escarrer empezó a construir su imperio de la nada, únicamente con el aval del cura del barrio.

Los Jakober y su fundación. A través de una cámara oscura, el artefacto que utilizaron para pintar Leonardo da Vinci y Vermeer, la isla se torna plateada y antigua, líquida. En la costa, a través del espejo y las lentes, se proyecta en la penumbra como un espejismo en el muro circular.

El artilugio está en un búnker camuflado del ex observatorio militar sito en la Fundación Yannick Vu y Ben Jakober, en Sa Bassa Blanca, Alcúdia. "La finca privada se puede visitar, nos desprendimos de ella", anota Ben. Tiene un kilómetro de costa y la preside un ribat del egipcio Hassan Fathy junto a las esculturas de los Jakober.

En la residencia ajardinada se exponen las colecciones de Domenico Gnoli, Vu Cao Dam, Rebecca Horn y Plessi.

Entre S'Estaca y Sa Bassa Blanca, Ben Jakober ve "una ósmosis, porque Diandra -la ex mujer de actor Michael Douglas- fotografió nuestra casa para decorar la suya, y nosotros, en los setenta, nos habíamos inspirado en el edificio de S'Estaca para alzar el nuestro. Gnoli nos enlazó".

Los Jakober residen en la isla desde 1968, viven en Malta y París. "Esta isla es el punto más creativo del Mediterráneo. Los mallorquines ya estaban vacunados por toda la gente rara que vino antes, el archiduque, George Sand, Robert Graves", afirma. En su finca tienen bellas obras de arte, como la de Niños, una colección de pintura de representación infantil, retratos de notables y príncipes europeos de los siglos XVI a XIX. Una rareza.

Sa Pedra, de Plessi. Fabrizio Plessi se asemeja a un indio del Oeste y se reconoce como un "artista navegante solitario, lejos de escuelas y modas. Voy contorneando, nunca en línea recta. Soy nómada, trabajo y viajo".

Ha rescatado para la isla Sa Pedra, "una gran escultura viviente, una obra global en la que vivo cuatro meses y creo mis exposiciones". Italiano, con palacio en Venecia, destaca "el sentido bárbaro, atávico de la naturaleza de Mallorca. ¿Dónde hallaría esta luz y este silencio?". El campo de Santanyí es una geografía de poetas y contrabandistas.

Plessi es el creador de unas personales videoinstalaciones que introdujo en la Bienal veneciana. Su próximo proyecto son tres exposiciones en museos alemanes, su primer mercado. "Una, sobre el volcán, con muchas imágenes de lava roja, fuego electrónico, en pantallas de piedras negras de lava, en el suelo. El espectador lo pisará y notará la escultura caliente".

La casa "minimalista, tecnológica, entre muros de piedras seculares, con un ambiente antiguo y algo zen", la ideó con su mujer, Carla, y el picapedrero Salvador Pastor. Levantó una casa dispersa conectada a un taller largo como un baluarte, enlazado por pasillos blancos con el conjunto de edificaciones payesas y apriscos. Un complejo de 1.200 metros cuadrados. En el piso liso y banco afloran rocas, un mapa en relieve. El rostro de la casa está en el suelo, "un río neolítico", de pedruscos sin tierra en el patio. La música se oye en la piscina y las luces nacen de la tierra. "Es la modernidad que respeta la arquitectura campesina y el espíritu de la isla".

En las paredes, ni un cuadro. "No me autocelebro. He hecho 574 exposiciones y sigo haciendo tres al mes". En la Expo de Zaragoza montará una noria tecnológica.

La casa que creó Claudia Schiffer. La modelo Claudia Schiffer declara siempre su "amor por Mallorca". Y por ese amor edificó una mansión en medio millón de metros cuadrados, en una cresta de peñas. "La hice aquí para aislarme y protegerme de los fotógrafos", dijo en su día. La casa está en el Cap Andritxol, en Camp de Mar, al lado de una torre medieval para avistar piratas. Por el solar, en área protegida, pagó, en 1998, 400.000 euros al financiero Zourab Tchkotua, Zu. El proyecto de edificación es de G. Reynés.

La más famosa turista y el rostro publicitario más retratado fue cazada en Mallorca, sin sujetador, en 1993 por un paparazzi en un yate con Peter Gabriel. Rodeó su primera casa de cipreses. Pero en el año 2000 un fan llegó hasta la puerta de Cap Andritxol. Fue detenido.

La modelo es adicta a la isla balear: "He ido a lugares de todo el mundo de vacaciones y todavía prefiero Mallorca". Y le encanta "su gastronomía fantástica". Claudia cumple años el próximo 25 de agosto. Serán días de fiestas de postín e incógnitas. Valentino, que la vistió para su boda, atracará en Ibiza con su yate, el rutilante Blue One'. Siempre acude a Palma para ver a la Schiffer y a Rosario Nadal.

Alemanes en Mallorca

Binigual, el pueblo de Klaus Graf. Francesc, Pere y Miquel Àngel, jóvenes rockeros que crearon en 1994 Ànima Negra, AN, un festejado vino de Felanitx, han acudido en auxilio de un magnate de la cocina, Klaus Graf, de Teka, que posee un pueblo privado, Binigual, en Binissalem, con 35 hectáreas de viñedo alrededor y otras cientos en huertos y pastos.

Forat de Gorc es el primer caldo de la alianza multinacional entre el potentado y la microempresa. Producirán hasta 250.000 botellas. "Como un quirófano, en una vieja granja está la bodega", dice Miquel Àngel. "Los Graf nos buscaron y son buenos socios. La experiencia es independiente de Ànima Negra".

Graf inventó y explota el Puerto de Portals, emporio de ocio. Con su esposa Margarita vive en un chalé cerca de su hotel, Son Caliu. La empresa Teka factura mil millones de euros y fue uno de los patrocinadores del Real Madrid.

El industrial alemán salvó Binigual, aldea de llano con iglesia, que entró en bancarrota por el ataque de la filoxera a las viñas. Poco a poco se adecentó y se reactivó la agricultura. Ahora, el riego por goteo humedece las jardineras de las calles y casas, vacías.

Es Fangar, de Peter Einsemann. La gigantesca finca de Einsemann, ocupa el uno por ciento del suelo de Mallorca. "Nunca imaginé que fuera tan grande", afirma el alcalde de Manacor, Antonio Pastor, que voló en ultraligero sobre la finca de Peter Einsemann, un millonario alemán que ha hecho fortuna con la robótica y la ingeniería del reciclaje, ha reformado las casas viejas, instalado una hípica privada, labora cientos de hectáreas y criará vinos.

"No conozco al señor Einsemann", dice Pastor, que firmó permisos por valor de seis millones en reformas en el latifundio. El letrado del dueño, Joan Buades, anota que es una inversión para uso particular.

Es Fangar, "la pequeña Alemania", no tiene costa, pero está al lado de muchas calas y de la montaña de Sant Salvador. Su anterior propietario, Pedro J. Bonnín, era un estrambótico. Hizo fortuna en América, compró el latifundio y lo amplió para superar al de Sa Vall, de Juan March, con playas desiertas.

Bonnín era propietario del coche de Gilda y de un Rolls-Royce como el de Franco. Caprichoso, toreaba animales exóticos y se vestía con revólver, tenía un chimpancé y calzó patines a un mulo. La familia vendió la finca por 20 millones de euros.

Existen pleitos contra Einsemann para que abra las vías de la finca con derecho de paso, que eviten los rodeos de 10 kilómetros. Él propone desviar los caminos públicos por los lindes. En su propiedad dará trabajo a 40 personas fijas y 30 temporales.

Es Coll de Artà, de Boris Becker. La vida de Boris Becker, el que fuera un afamado tenista, ha sido tan convulsa como la peripecia urbanística de sus casas de Artà, un municipio hasta ahora a salvo del turismo duro y las urbanizaciones. Ha tardado nueve años en estrenar su complejo en la montaña costera. El pasado 1 de agosto dio una fiesta en su posesión de Es Coll, una finca de 300.000 metros cuadrados.

Becker, hijo de un arquitecto, fue desmesurado en las obras -se las pararon dos años-, fue sancionado con derribo y multa de 200.000 euros. Con sus hijos y su ex mujer Barbara Feltus, por separado, se hospedó en hoteles cercanos. Mientras construía sus casas en la isla, fue perseguido por el fisco de la RFA y rompió su matrimonio al descubrirse su aventura con una modelo.

"Por su obra, a Boris le dejaron frito y aún habla bien de Mallorca. No lo hizo mal a propósito. Su villa valdría 20 millones, pero hoy no está en venta". Lo dice Mathias Khün, inmobiliario, con helicóptero. "La isla será aún más una colonia de ricos de verdad, mejor que la Costa Azul y Cerdeña".

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