Relevo en Cuba

La UE apuesta por el consenso

Bruselas sólo intervendrá en la transición si lo piden los cubanos

La Unión Europea quiere ser especialmente escrupulosa ante el proceso de transición de Cuba, acelerado tras la reciente enfermedad de Fidel Castro. A diferencia de Estados Unidos que ha manifestado abiertamente su propósito de intervenir activamente en la transición, para la Unión Europea el protagonista del cambio hacia un régimen democrático debe ser exclusivamente el pueblo cubano. A pesar de esta actitud respetuosa, Bruselas coincide con Washington en la conveniencia de evitar una situación caótica que pudiera provocar un éxodo masivo de cubanos a Estados Unidos y a Europa.

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La Unión Europea quiere ser especialmente escrupulosa ante el proceso de transición de Cuba, acelerado tras la reciente enfermedad de Fidel Castro. A diferencia de Estados Unidos que ha manifestado abiertamente su propósito de intervenir activamente en la transición, para la Unión Europea el protagonista del cambio hacia un régimen democrático debe ser exclusivamente el pueblo cubano. A pesar de esta actitud respetuosa, Bruselas coincide con Washington en la conveniencia de evitar una situación caótica que pudiera provocar un éxodo masivo de cubanos a Estados Unidos y a Europa.

La UE acordó el pasado 12 de junio "empezar los trabajos para establecer una estrategia sobre Cuba para el medio y largo plazo". Era la primera vez que, con lenguaje diplomático, se planteaba la necesidad de establecer una política para la transición y el poscastrismo. Hasta el momento, no obstante, no se ha tomado iniciativa alguna. La tarea para la presidencia finlandesa no se presenta fácil. Entre Los Veinticinco existen posiciones bien diferenciadas. Algunos países, especialmente la República Checa, Polonia y Eslovaquia, con recuerdos muy cercanos de sus regímenes comunistas, exigirán una posición más dura, próxima a Estados Unidos, para forzar el establecimiento de un régimen de libertades en Cuba.

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La política de relaciones exteriores de la UE con Cuba ha tenido hasta ahora una fuerte inspiración española. En la época del Gobierno de Aznar, la UE mantuvo una posición más dura, siguiendo la senda estadounidense, incluyendo la imposición de sanciones diplomáticas en 2003 en repuesta al endurecimiento de la represión y la detención de 75 disidentes. Dos años más tarde, ya en la época de Zapatero, la UE moderó su posición y suspendió temporalmente las sanciones diplomáticas.

En cualquier caso el régimen castrista ha mostrado una total incapacidad para evolucionar hacia un sistema democrático y de respeto de los derechos humanos, como lo refleja el incesante aumento de los presos políticos, que ya superan los 330, según la última documentación de la UE. Fuentes comunitarias señalan su especial preocupación por la imposibilidad de los cubanos de acceder a los medios de comunicación de otros países y a Internet.

"Siempre que el pueblo cubano lo solicite", señala una fuente próxima al Consejo, "la UE estará dispuesta a colaborar para lograr una transición pacífica". "No queremos", añade, "que el castrismo se suceda a sí mismo, ni tampoco que se produzca una situación de caos que desemboque en una emigración masiva". Tanto en la Comisión como en el Consejo existe cierto consenso en que sería más fácil encontrar una salida pacífica si se contara con la participación del sector más moderado del Gobierno. "Cuba no puede seguir el modelo chino, ni por su capacidad económica ni por su posición geográfica a escasas millas de Estados Unidos", añade la misma fuente.

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"El futuro de la isla", señala un alto funcionario de la Comisión, "tendrá que ser una transición y nada que tenga que ver con empezar desde cero". Existe el temor de que la tentación de provocar un acelerón de los acontecimientos conduzca a una situación conflictiva de "no Gobierno", que además del temido éxodo masivo de ciudadanos, permita "la instalación de mafias de tráfico de armas y drogas", como ya ocurría antes de la revolución.

La corriente dominante en la UE, pendiente de consenso, propugna "mantener una política de canales abiertos con el Gobierno actual y las organizaciones de la oposición". Bruselas ya ha descontado que la fijación de "una posición común" de la UE ante Cuba molestará al actual régimen. La UE no ha fijado ninguna posición común sobre ningún otro país de la región. Pero Bruselas también es consciente de que precisa enviar un mensaje claro de Los Veinticinco, tanto a los 11 millones de residentes en la isla como al millón y medio de exiliados en Miami.Desde 1993, la UE ha proporcionado cerca de 145 millones de euros en medidas de asistencia.

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