Una juez determina que Miquel Barceló es autor único de sus cerámicas

La sentencia rechaza la demanda de un alfarero

El artista Miquel Barceló ha sido absuelto por una juez en la sentencia de una demanda civil interpuesta por un alfarero que el artista contrató y que cuestionaba la autoría, única e individual, de "más de 300" cerámicas. Se ha rechazado la reclamación de "coautoría", derechos de autor y "entrega inmediata de la mitad de los rendimientos económicos" de aquellas obras, que planteó el artesano Jeroni Ginard Murtó, de Mallorca, quién trabajó para Barceló entre 1996 y 1999.

La juez de Manacor María del Mar Saliente Gallego deniega la pretensión de Murtó de la existencia de "un...

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El artista Miquel Barceló ha sido absuelto por una juez en la sentencia de una demanda civil interpuesta por un alfarero que el artista contrató y que cuestionaba la autoría, única e individual, de "más de 300" cerámicas. Se ha rechazado la reclamación de "coautoría", derechos de autor y "entrega inmediata de la mitad de los rendimientos económicos" de aquellas obras, que planteó el artesano Jeroni Ginard Murtó, de Mallorca, quién trabajó para Barceló entre 1996 y 1999.

La juez de Manacor María del Mar Saliente Gallego deniega la pretensión de Murtó de la existencia de "una obra en colaboración", la atribución de autoría compartida y ser el "sujeto del derecho de autor" de los barcelós de arcilla. El demandante -al que impone el pago de las costas- no probó su supuesta aportación a las cerámicas como "pieza necesaria en el resultado final" y "no acreditó la subsistencia del derecho de autor como colaboración". Barceló retribuyó, con facturas y en pagos de un préstamo, al alfarero "por su labor consistente en el trabajo de torno, un trabajo mecánico, así como el proceso de cocción", anota la juez sobre las pruebas periciales de varios testigos.

La juez señala en su sentencia que la propiedad intelectual "corresponde al autor por el solo hecho de su creación" y "está integrada por derechos de carácter personal y patrimonial". En su demanda, Murtó pretendió que las piezas eran fruto de "una simbiosis artística", "creación conjunta" y "resultado unitario de la colaboración". No especificó las pretensiones monetarias. El pintor se consideró víctima de "un chantaje" y aseguró: "Nunca escondí que trabajé con él. Figura en todos los catálogos". "Su trabajo era mecánico, bases de fango, platos hondos y tinajas".

Para argumentar jurídicamente la resolución, la juez se remite a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a la Constitución española, al Código Civil y a la Ley de la Propiedad Intelectual.

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