Google sigue a su aire

La alianza de la industria informática contra la pornografía en Internet nace lastrada por un grave peso: entre sus promotores no está Google. El gigante, en cuyas páginas se realiza una de cada dos búsquedas, no ha explicado las razones por las que no se ha unido a la alianza, pero lo cierto es que su postura sobre la protección de la intimidad ha chocado frontalmente con las ideas del resto del mercado, y con las del Departamento de Justicia estadounidense.

Los problemas de Google con el Gobierno de EE UU comenzaron de una manera aparentemente casual. El Departamento de Justici...

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La alianza de la industria informática contra la pornografía en Internet nace lastrada por un grave peso: entre sus promotores no está Google. El gigante, en cuyas páginas se realiza una de cada dos búsquedas, no ha explicado las razones por las que no se ha unido a la alianza, pero lo cierto es que su postura sobre la protección de la intimidad ha chocado frontalmente con las ideas del resto del mercado, y con las del Departamento de Justicia estadounidense.

Los problemas de Google con el Gobierno de EE UU comenzaron de una manera aparentemente casual. El Departamento de Justicia estaba enfrascado en una pelea con el Tribunal Supremo acerca de la constitucionalidad de la ley de protección al menor en Internet. Durante la preparación de su caso, el Gobierno pidió a Yahoo, MSN, AOL y Google que le diera los datos de miles de millones de direcciones de páginas web (URL) y de millones de búsquedas. Las tres primeras compañías accedieron. Google dijo que la petición del Gobierno era "excesiva" y que invadía la intimidad de sus usuarios, así que se negó. Acudió a los tribunales en busca de protección contra la acción del Gobierno, y el caso sigue abierto.

Google asegura que ha entablado esta batalla porque cree que este caso puede convertirse en un importante precedente a la hora de equilibrar la necesidad de los gobiernos y las fuerzas de la ley de acceder a los datos manejados por delincuentes, y asegurarse de que ese acceso es proporcionado y respeta el derecho a la intimidad de los usuarios.

Y es que Google salió a Bolsa con una inusual declaración de intenciones: "No ser malvado". Con su acción contra el Gobierno de EE UU, la compañía asegura que intenta respetar ese principio. Y por eso, fue tan criticada cuando decidió desembarcar en China comulgando con las exigencias del Gobierno de censurar páginas web. La empresa asegura que, en todo caso, en China no retiene información personal.

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