Euskadi ha perdido 2.000 explotaciones de ganado bovino en los últimos cinco años

El sector ganadero carece de relevo generacional y su media de edad supera los 53 años

El sector ganadero vasco carece de relevo generacional y sufre un paulatino envejecimiento, según muestran los datos que el Departamento de Agricultura ha incluido en una respuesta parlamentaria al PSE. La media de edad supera los 53 años y en algunos subsectores de la ganadería mixta llega a alcanzar los 61 años. El número de explotaciones de bovino ha caído además de las 9.938 existentes en 2000 a las 7.829 registradas el pasado año. El sindicato agrario EHNE atribuye esta situación a una política de desarrollo agrario que ha sido "nefasta".

En su respuesta a la pregunta del parlament...

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El sector ganadero vasco carece de relevo generacional y sufre un paulatino envejecimiento, según muestran los datos que el Departamento de Agricultura ha incluido en una respuesta parlamentaria al PSE. La media de edad supera los 53 años y en algunos subsectores de la ganadería mixta llega a alcanzar los 61 años. El número de explotaciones de bovino ha caído además de las 9.938 existentes en 2000 a las 7.829 registradas el pasado año. El sindicato agrario EHNE atribuye esta situación a una política de desarrollo agrario que ha sido "nefasta".

En su respuesta a la pregunta del parlamentario socialista José Luis Anda, el director del gabinete de Agricultura, Javier Tellería, incluye una serie de cuadros que detallan el número de explotaciones ganaderas y las cabezas de animales existentes en Euskadi. Si bien el numero de explotaciones de ovino y caprino han aumentado y en el último caso también el de cabezas de ganado, las granjas de cerdos y vacas se encuentran en claro retroceso. Lo mismo sucede con el número de cabezas de ganado de ambas especies.

El sector primario vasco representaba en 2004 el 1,18% del PIB y el 1,9% del empleo en la comunidad autónoma. De acuerdo con los datos del Eustat, la producción final agraria disminuyó en valores absolutos (sin considerar el efecto de la inflación, lo que la reduciría aún más) entre 1995 y 2003 de 465,2 millones de euros a 450,5 millones. De igual medida, la renta agraria ha pasado de 401,1 millones de euros en 1998 a 310,2 millones hace tres años.

El Gobierno muestra en su respuesta su preocupación por el envejecimiento que sufre el sector, pero no entra a preguntarse por las causas del mismo. Unzalu Salterain, miembro de la ejecutiva del sindicato agrario EHNE, sí realiza un duro análisis de la situación del sector primario en la comunidad autónoma. Asegura que los ganaderos están trabajando con los mismos precios de hace 20 años y que lógicamente así el sector no resulta atractivo. "Hay margen para cambiar dentro de las políticas de la UE", señala.

Todo para la industria

Salterain se pregunta también por qué el Gobierno vasco destina la mayor parte de las ayudas a la industria agroalimentaria, que no actúa como sostén del sector productor. Asegura que la política que desarrolla el departamento que encabeza Gonzalo Sáenz de Samaniego está reduciendo la producción y que se produce un "doble fraude": por un lado, el precio que se paga al productor es más barato con un coste superior y, por otro, el precio final que paga el consumidor resulta más elevado porque el dinero queda en manos de los intermediarios.

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"Se está creando una estructura de comercialización que no aporta nada al sector ganadero. Producimos el 40% de lo que consumimos y el precio es el de hace 20 años. Es una contradicción. Se está creando una estructura de comercialización dirigida a los productos de fuera, no para lo de aquí", indica Salterain.

Dentro de esta política en el sector agroalimentario se encuadran para EHNE el impulso de dos empresas públicas: Iparlat para el sector lechero y Gurokela para el cárnico. La primera creció gracias al apoyo de los presupuestos y ha tenido como resultado un sector productivo en disminución.

Para EHNE, Gurokela supone la repetición de la misma jugada. Gracias al dinero público, se impulsa una operación de comercialización y distribución, que quiere además controlar los mataderos y, que de momento, asegura la central, ha hecho caer el precio de la carne.

Salterain sostiene que Gurokela sólo busca controlar el espacio de la industria cárnica con "dinero público". "Dan igual los ganaderos. Lo importante es la distribución", agrega. De hecho, EHNE critica que el borrador de la ley de política agroalimentaria se ha redactado también para la distribución. Se indigna su dirigente de que incluya dentro del sector a las grandes superficies. "Hay que repartir los recursos en otras cosas".

La respuesta a esta política del Gobierno, que entienden lleva a la centralización de los mataderos, es impulsar proyectos contracorriente. Por un lado, EHNE quiere crear en Álava un matadero que sustituya al cerrado en Vitoria de la mano de los carniceros alaveses. Por otro lado, está peleando por la reapertura del matadero de Durango de forma provisional y la construcción de un nuevo que de servicio a la zona. Por último, la central se ha empeñado en mantener abierto el matadero de Oñati, pese a los intentos que ha habido de cerrarlo. "Estamos en un enfrentamiento frontal", dice Salterain, quien apuesta por atender las necesidades de los ganaderos.

El campo se jubila

El sindicato agrario EHNE asegura no conocer la media exacta de edad de los profesionales de las explotaciones agrarias vascas, pero considera que la situación resulta similar a la que se registra entre los ganaderos: un progresivo envejecimiento. Unzaluz Salterain, miembro de la ejecutiva del sindicato agrario EHNE, asegura que en las explotacionesa de remolacha, en proceso de reconversión por la variación de las ayudas europeas en el sector, se habla de la "muerte dulce" en un juego de palabras. "La gente aguanta, pero no entran nuevos. Sin un cambio de política agraria de raíz es difícil lograr nuevas incorporaciones", se lamenta.

El único subsector que parece que se libra de la crisis de edad es la agricultura ecológica, donde si entran nuevos productores. Sin embargo, su peso en el total del sector es limitado. El campo camina hacia su jubilación sin tener listo un relevo generacional.

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