Reportaje:Día Internacional de la Mujer

Un adelantado contra el maltrato

Castañeda defiende que se incrementen las medidas de vigilancia de los agresores

Manuel Castañeda, de 40 años, policía municipal de Basauri, es el primer hombre en Euskadi que ha obtenido un título de experto en violencia contra la mujer tras completar recientemente un máster en la Universidad de Deusto, uno de los primeros que se imparten España para formar a especialistas en esa materia.

Castañeda, quien lleva 15 años de trabajo policial, defiende que quienes tienen que ser controlados son los agresores, y no las mujeres con órdenes de alejamiento. Cree que las mujeres que gozan de protección policial y judicial respiran intranquilas: "Una mujer maltratada es una ...

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Manuel Castañeda, de 40 años, policía municipal de Basauri, es el primer hombre en Euskadi que ha obtenido un título de experto en violencia contra la mujer tras completar recientemente un máster en la Universidad de Deusto, uno de los primeros que se imparten España para formar a especialistas en esa materia.

Castañeda, quien lleva 15 años de trabajo policial, defiende que quienes tienen que ser controlados son los agresores, y no las mujeres con órdenes de alejamiento. Cree que las mujeres que gozan de protección policial y judicial respiran intranquilas: "Una mujer maltratada es una víctima. No ha cometido ningún delito y, sin embargo, ahora no puede llevar una vida normal: continuamente mira para atrás por si su agresor vulnera la orden de alejamiento".

Un policía municipal de Basauri es el primer hombre vasco que obtiene un título de máster en violencia doméstica
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El agente siguió en su tiempo libre la mayoría de las clases del máster, en el que se matriculó tras percibir que fallaba el sistema. "Antes de la aprobación de la ley integral [sobre violencia de género], muchas mujeres debían volver a casa con sus agresores tras interponer denuncia. Recuerdo el caso de una mujer que hace seis años llegó de madrugada a nuestras dependencias con un bebé en brazos, porque su pareja le amenazaba con tirarle por la ventana. No tuvimos más remedio que pedirle que pusiera la denuncia y volviera a casa", cuenta.

Aunque estima que la situación ha mejorado con la entrada en vigor de la ley, opina que aún existen "lagunas" que podrían cubrirse creando unidades de policía especializadas en violencia conyugal. Por ello, le causó desazón que el consejero de Interior, Javier Balza, las descartase recientemente para la Ertzaintza. "Si rehúsan poner en marcha unidades especializadas en la Ertzaintza, es muy difícil que las policías locales lo hagan. Esos equipos son necesarios, porque no es suficiente con formar a los agentes unas pocas horas", sostiene Castañeda, quien también es titulado en criminología por la UPV.

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A su juicio, las situaciones más delicadas se presentan con aquellas mujeres que, pese a no denunciar a sus agresores, dejan entrever a los servicios sociales que están siendo maltratadas. La Ley de Protección de Datos impide poner estas situaciones en conocimiento de la policía si no lo hace la propia maltratada.Por su experiencia, sabe que algunas víctimas pueden preferir ser atendidas en comisaría por una mujer, pero recalca que otras muchas desean que sea un hombre quien les tome declaración. "Tienen la autoestima por los suelos y tú, como policía, debes tratar de que se sienta segura para que te lo cuente todo", comenta. Si no presentan pruebas visibles de haber sido agredidas, la información sobre la investigación que se incluirá en el atestado resultará determinante para que la denuncia prospere y el juez dicte medidas de protección. "Es muy importante hablar con su entorno, con sus vecinas, el médico de cabecera, el personal de los comercios donde compra habitualmente,..." destaca.

Decretada una orden de alejamiento, los agentes realizan labores de vigilancia preventiva y están al tanto de cualquier cambio en la situación de la mujer. "Si pasa un fin de semana fuera, es necesario contactar con las fuerzas de seguridad del lugar para que sepan que deben protegerla, lo que no siempre la policía hace, porque estas medidas son muy nuevas", señala. Explica que la mayoría de estas víctimas sufre una media de diez años de agresiones, insultos y humillaciones, porque "en la primera discusión no se da la primera torta".

La opción de crear en las policías locales unidades especializadas en violencia doméstica no es apoyada por el jefe de la Guardia Urbana de Basauri, César Pérez, a su vez presidente de la Asociación de Jefes de Policía Local del País Vasco. Pérez aduce que la mayor parte de las guardias urbanas carecen de recursos suficientes. "Es interesante disponer de algún experto y alguna persona formada para recoger denuncias, pero las policías tienen muchos temas que abarcar", sostiene.

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