Armengou y Belis narran la tragedia de los españoles en Mauthausen

Testimonios desgarradores, ojos inundados de lágrimas, palabras de recuerdo y silencios emergen de las páginas de El convoy de los 927 (Plaza & Janés), de Montse Armengou y Ricard Belis, para descubrir al lector la tragedia que vivieron un millar de españoles que se encontraban refugiados en Francia. El 20 de agosto de 1940 un tren cargado con 927 españoles, hombres, mujeres, ancianos, niños y enfermos partió de Angulema hacia Mauthausen sin saber qué sería de ellos. "Fue el primer tren de la Europa occidental cargado con población civil que emprendió el camino hacia un campo alemán naz...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Testimonios desgarradores, ojos inundados de lágrimas, palabras de recuerdo y silencios emergen de las páginas de El convoy de los 927 (Plaza & Janés), de Montse Armengou y Ricard Belis, para descubrir al lector la tragedia que vivieron un millar de españoles que se encontraban refugiados en Francia. El 20 de agosto de 1940 un tren cargado con 927 españoles, hombres, mujeres, ancianos, niños y enfermos partió de Angulema hacia Mauthausen sin saber qué sería de ellos. "Fue el primer tren de la Europa occidental cargado con población civil que emprendió el camino hacia un campo alemán nazi sin saber el destino que les esperaba", señala Armengou.

La periodista recuerda que el dato del convoy apareció durante una investigación sobre su trabajo anterior, Las fosas del silencio, y que a partir de ahí decidieron trabajar sobre el tema. "Encontramos a 20 supervivientes y de ellos han muerto ya cuatro. Los relatos sobre lo que padecieron eran escalofriantes, pero mucho más duro era oír de ellos que España les había abandonado y que durante la democracia se había prolongado la situación de olvido y silencio. Los republicanos españoles fueron las víctimas del fascismo de tres países: Francia, que no quería a aquellos indeseables en su tierra; España, que se desentendió de ellos porque eran rojos y Alemania, que los vio como opositores y como una preciada mano de obra".

Recuperar la memoria

En Mauthausen se quedaron 470 prisioneros españoles y la mayoría murieron en los dos primeros años de estancia en el campo. Tan sólo lograron salvarse 73 jóvenes, que trabajaron arduamente en la construcción del campo. El resto de los viajeros de ese tren fueron deportados y durante tres años vivieron con el sufrimiento y la angustia de no saber qué había ocurrido con los que se quedaron en Mauthausen. "Estuvimos en la vía muerta un buen rato, sin que nadie se ocupara de nosotros. Oías a gente de otros vagones gritar...", relata Jesús Ramos, quien se quedó en el tren con su madre y su hermana mientras su padre y sus hermanos eran encerrados en el campo.

Las imágenes de los prisioneros de Mauthausen realizadas por el fotógrafo Francesc Boix pueden verse hoy gracias a que los españoles que trabajaban en las canteras lograron sacar los negativos fuera del campo.

En el prólogo de El convoy 927, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien acudió a Mauthausen con los supervivientes españoles a los actos conmemorativos del 60º aniversario del final de la II Guerra Mundial, dice que "la memoria es hoy la mejor forma de hacer justicia". Los autores del libro reivindican la creación de un fondo de la memoria oral antes de que desaparezcan los hombres y mujeres que padecieron la represión del franquismo. "Tenemos la oportunidad de recuperar los testimonios y que queden como legado de lo que fue uno de los horrores del siglo XX", apunta Ricard Belis.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Archivado En