El Museo Van Gogh recorre la evolución de los animales en el arte

La exposición 'Amigos feroces' reúne 200 obras de 1750 a 1900

El Museo Van Gogh de Amsterdam ha abrazado el reino animal con su nueva muestra colectiva, Amigos feroces: artistas y animales en la era industrial, 1750-1900, abierta hasta el 5 de febrero. A través de más de 200 obras, entre ellas un cangrejo, un murciélago y una polilla al óleo firmados por Vincent van Gogh, el museo presenta los cambios de las figuras animales antes y después de su encuentro con el hombre.

Con la ventaja de los avances tecnológicos, el museo holandés ha reunido fósiles y piscinas cibernéticas para bucear en seco. Cuadros de época con estampas de felinos compa...

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El Museo Van Gogh de Amsterdam ha abrazado el reino animal con su nueva muestra colectiva, Amigos feroces: artistas y animales en la era industrial, 1750-1900, abierta hasta el 5 de febrero. A través de más de 200 obras, entre ellas un cangrejo, un murciélago y una polilla al óleo firmados por Vincent van Gogh, el museo presenta los cambios de las figuras animales antes y después de su encuentro con el hombre.

Con la ventaja de los avances tecnológicos, el museo holandés ha reunido fósiles y piscinas cibernéticas para bucear en seco. Cuadros de época con estampas de felinos comparten espacios con mamíferos y aves disecados. Esculturas de animales a medio camino entre la rana y el conejo asoman en las vitrinas. Hasta cuelgan pinturas ejecutadas por un mono. Se trata de Congo, el chimpancé estudiado por el zoólogo Desmond Morris, que producía figuras abstractas pero no podía copiar la realidad.

Los leones de aspecto mítico de la antigüedad dan paso a auténticos retratos tras los viajes de los exploradores. El carnívoro en cuestión ya no amenaza, sino que parece haber posado muy sereno para el pintor. Es el caso de la tela victoriana Isaac van Amburgh y sus animales, de Edwin Landseer, que encierra en una misma jaula tigres, leopardos y leonas junto a un cordero. En el idilio que pareció presidir los primeros momentos de la cercanía del nuevo reino animal, ajeno a sus representantes domésticos, hasta las jirafas se inclinan educadas a beber. Lo recoge una escena de Jacques-Laurent Agasse titulada La jirafa nubia.

Pintados ambos antes de que Darwin publicara en 1859 El origen de las especies, la revolución de las ciencias naturales sirvió para que artistas y científicos miraran juntos el reino animal. "La supervivencia del planeta mismo, algo hoy evidente, empezó a fraguarse en unas sociedades que pasaron de verlo como un espectáculo a estudiarlo para explorar nuestro pasado común", señala Louise Lippincott, conservadora del Museo Carnegie de Arte de Pittsburgh (Estados Unidos), precisamente al país donde el evolucionismo de Darwin está en los tribunales para ver si debe ser explicado, o no, en las escuelas, viajará en marzo la muestra.

The jealous lioness (hacia 1880), de Paul Meyerheim.
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